VICTOR MANUEL GUZMAN VILLENA
Decretar es usar el poder de tu
palabra para obtener los resultados que deseas. Es una afirmación verbal o
mental que es emitida por una persona con la autoridad de saber que se cumplirá.
Un decreto es una orden para el universo para que se cumpla de manera positiva y
armoniosa o también puede ser negativa en contra de determinada persona o cosa.
El poder de la palabra es tan grande
que muchas cosas que nos suceden se deben al uso de ella. Quienes se la pasan
diciendo cosas negativas crean situaciones negativas, lo contrario de aquellos
que hablan positivamente. Hay quienes dicen cosas como "La situación del
país cada día está peor", "Este tráfico está terrible", "A mí
nadie me quiere", “soy fea, por eso nadie se enamora de mí”, "Es que
yo si soy de malas", "No hay que confiar", "La clase
política es corrupta", etc. Al estar usando nuestra palabra para afirmar
estas cosas les estamos dando mayor fuerza y estamos permitiendo que ellas
existan y cada vez se manifiesten con mayor fuerza en forma negativa negando la
posibilidad que sea favorable a la persona y a su entorno. Estas formas de pensar y actuar se heredan anteriores
generaciones, o por el sistema cultural en que se vive, donde el pesimismo era
y es la regla por múltiples causas. La repetición de frases negativas va
formando una fuerte creencia en nuestro subconsciente y hace que eso se
convierta en realidad. Estas son las llamadas cristalizaciones, o convicciones
negativas que hemos creado y sostenido con la palabra. Por ejemplo, a un niño
se le puede decir continuamente "No salgas descalzo porque te
enfermas". Si el niño, algún día llega a salir descalzo es seguro que se
va a enfermar, entonces el papá y la mamá le van a decir "Si ves que era
cierto, por salir descalzo te enfermaste." Sin embargo, ¿cuántos niños hay
descalzos, sucios, que hasta comen tierra y viven sanos? Ellos han estado
libres de esa repetición verbal. Todo lo que nos repitan se va cristalizando
hasta que se convierte, para nosotros, en una realidad difícil de rechazar.
Recordemos nuevamente que el
poder de las afirmaciones está íntimamente ligado al poder de las palabras,
entonces los decretos son todas aquellas ideas que decimos y que producen
efectos positivos o negativos en nuestro mundo. Son declaraciones que se
escriben o repiten verbalmente en forma regular para ayudar a provocar un
cambio en distintas áreas del individuo, por lo que tenemos que tener mucho
cuidado en pensar algún suceso que queremos que se cumpla, por lo que es
recomendable decreta siempre en positivo, ya que la palabra pronunciada o
idealizada está creando situaciones.
Es energía
Las palabras tienen una energía
propia. Hay palabras que son afirmaciones que construyen y otras que destruyen
o nos mantienen indefinidamente en el estado o condición que deseamos cambiar o
modificar, por lo que debemos concentrarnos en lo que genuinamente queremos que
nos suceda. Es un trabajo al principio concreto y difícil, ya que debemos abandonar
viejos hábitos y nos puede servir de herramienta para cambiar hábitos negativos
y dar lugar a lo nuevo en nuestras vidas. Hay momentos en que sentimos que
debemos dejar una afirmación o modificarla porque esa área ha cambiado, se ha
transformado por pedido nuestro, ya que cuando hablamos, evocamos un
pensamiento y le damos vida, haciendo audible lo que está oculto dentro de
nosotros.
Pensar antes de hablar
Tenemos que saber utilizar el
poder maravilloso de la Palabra, para que ella pueda alcanzar un objetivo
cósmico, comunicando el orden y el equilibrio del Universo. El lenguaje revela
lo que somos ya que encierra un propósito, que puede tener dos intenciones:
benéfico, así como el lenguaje incorrecto puede crear una forma que tenga un
objetivo maligno. Sin darnos cuenta, hablamos incesante e irresponsablemente
día tras día, empleamos palabras; multiplicamos sonidos, y nos rodeamos de
mundos de formas creadas por nosotros mismos. La palabra puesta en nuestra boca
es un arma poderosa, por lo que es indispensable hacer buen uso de la palabra y
tener un propósito positivo y lleno de valores.
Ley de causa y efecto
El decretar pone en movimiento
una causa y ésta trae una consecuencia, positiva o negativa, que dependerá de
la causa puesta en movimiento. Por cada acción, existe una consecuencia, es
decir entra a funcionar una de las siete leyes del universo que se denomina la ley
de la causa y efecto: “Toda Causa tiene su efecto, todo efecto tiene su causa”,
y también se conoce como Acción- Reacción. Esta ley funciona en todos los
planos y trae a la realización todo lo que sembramos, tanto en pensamiento,
palabra y acciones. Esto quiere decir que todo lo que hacemos pone en
movimiento una causa y ésta trae una consecuencia, positiva o negativa, que marcará
en muchas ocasiones nuestras vidas. No existe el azar, la buena suerte o la
mala suerte, sólo resultados.
En conclusión siendo nuestras
vidas un conjunto de consecuencias de nuestras acciones, del mismo modo,
nuestro futuro dependerá de los caminos que elegimos recorrer hoy. Así,
mantener una mentalidad optimista nos facilitará la elección de senderos de felicidad
y paz, en pro de alcanzar nuestros sueños, ya que tenemos el control de
nuestras vidas.