miércoles, 18 de febrero de 2015

LA VIDA QUE DESEAMOS



VICTOR MANUEL GUZMAN VILLENA

Decretar es usar el poder de tu palabra para obtener los resultados que deseas. Es una afirmación verbal o mental que es emitida por una persona con la autoridad de saber que se cumplirá. Un decreto es una orden para el universo para que se cumpla de manera positiva y armoniosa o también puede ser negativa en contra de determinada persona o cosa.

El poder de la palabra es tan grande que muchas cosas que nos suceden se deben al uso de ella. Quienes se la pasan diciendo cosas negativas crean situaciones negativas, lo contrario de aquellos que hablan positivamente. Hay quienes dicen cosas como "La situación del país cada día está peor", "Este tráfico está terrible", "A mí nadie me quiere", “soy fea, por eso nadie se enamora de mí”, "Es que yo si soy de malas", "No hay que confiar", "La clase política es corrupta", etc. Al estar usando nuestra palabra para afirmar estas cosas les estamos dando mayor fuerza y estamos permitiendo que ellas existan y cada vez se manifiesten con mayor fuerza en forma negativa negando la posibilidad que sea favorable a la persona y a su entorno. Estas  formas de pensar y actuar se heredan anteriores generaciones, o por el sistema cultural en que se vive, donde el pesimismo era y es la regla por múltiples causas. La repetición de frases negativas va formando una fuerte creencia en nuestro subconsciente y hace que eso se convierta en realidad. Estas son las llamadas cristalizaciones, o convicciones negativas que hemos creado y sostenido con la palabra. Por ejemplo, a un niño se le puede decir continuamente "No salgas descalzo porque te enfermas". Si el niño, algún día llega a salir descalzo es seguro que se va a enfermar, entonces el papá y la mamá le van a decir "Si ves que era cierto, por salir descalzo te enfermaste." Sin embargo, ¿cuántos niños hay descalzos, sucios, que hasta comen tierra y viven sanos? Ellos han estado libres de esa repetición verbal. Todo lo que nos repitan se va cristalizando hasta que se convierte, para nosotros, en una realidad difícil de rechazar.

Recordemos nuevamente que el poder de las afirmaciones está íntimamente ligado al poder de las palabras, entonces los decretos son todas aquellas ideas que decimos y que producen efectos positivos o negativos en nuestro mundo. Son declaraciones que se escriben o repiten verbalmente en forma regular para ayudar a provocar un cambio en distintas áreas del individuo, por lo que tenemos que tener mucho cuidado en pensar algún suceso que queremos que se cumpla, por lo que es recomendable decreta siempre en positivo, ya que la palabra pronunciada o idealizada está creando situaciones.

Es energía

Las palabras tienen una energía propia. Hay palabras que son afirmaciones que construyen y otras que destruyen o nos mantienen indefinidamente en el estado o condición que deseamos cambiar o modificar, por lo que debemos concentrarnos en lo que genuinamente queremos que nos suceda. Es un trabajo al principio concreto y difícil, ya que debemos abandonar viejos hábitos y nos puede servir de herramienta para cambiar hábitos negativos y dar lugar a lo nuevo en nuestras vidas. Hay momentos en que sentimos que debemos dejar una afirmación o modificarla porque esa área ha cambiado, se ha transformado por pedido nuestro, ya que cuando hablamos, evocamos un pensamiento y le damos vida, haciendo audible lo que está oculto dentro de nosotros. 

Pensar antes de hablar

Tenemos que saber utilizar el poder maravilloso de la Palabra, para que ella pueda alcanzar un objetivo cósmico, comunicando el orden y el equilibrio del Universo. El lenguaje revela lo que somos ya que encierra un propósito, que puede tener dos intenciones: benéfico, así como el lenguaje incorrecto puede crear una forma que tenga un objetivo maligno. Sin darnos cuenta, hablamos incesante e irresponsablemente día tras día, empleamos palabras; multiplicamos sonidos, y nos rodeamos de mundos de formas creadas por nosotros mismos. La palabra puesta en nuestra boca es un arma poderosa, por lo que es indispensable hacer buen uso de la palabra y tener un propósito positivo y lleno de valores.

Ley de causa y efecto

El decretar pone en movimiento una causa y ésta trae una consecuencia, positiva o negativa, que dependerá de la causa puesta en movimiento. Por cada acción, existe una consecuencia, es decir entra a funcionar una de las siete leyes del universo que se denomina la ley de la causa y efecto: “Toda Causa tiene su efecto, todo efecto tiene su causa”, y también se conoce como Acción- Reacción. Esta ley funciona en todos los planos y trae a la realización todo lo que sembramos, tanto en pensamiento, palabra y acciones. Esto quiere decir que todo lo que hacemos pone en movimiento una causa y ésta trae una consecuencia, positiva o negativa, que marcará en muchas ocasiones nuestras vidas. No existe el azar, la buena suerte o la mala suerte, sólo resultados.

En conclusión siendo nuestras vidas un conjunto de consecuencias de nuestras acciones, del mismo modo, nuestro futuro dependerá de los caminos que elegimos recorrer hoy. Así, mantener una mentalidad optimista nos facilitará la elección de senderos de felicidad y paz, en pro de alcanzar nuestros sueños, ya que tenemos el control de nuestras vidas.


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