sábado, 28 de febrero de 2009

LIBRO OFICIALES DE LA LOGIA: VERSION COMPLETA


VICTOR MANUEL GUZMAN VILLENA
M:. M:.


PRESENTACION
Ante todo, estimo que la clave de la vida y de  la labor masónica es la fraternidad. Sin ella, todo afán nuestro, por más progresista e inteligente que pueda ser, no pasa del mejor nivel de la vida profana. Con ella, nuestra labor adquiere una trascendencia individual y social muy particular, que nos aproxima en corazón e inteligencia a los demás hermanos masones y nos orienta a ver a los demás seres humanos también como hermanos. La fraternidad es el rescate de nuestra plena identidad humana, por encima de los prejuicios raciales, religiosos, sexistas o nacionales que por desgracia campean en la sociedad contemporánea. De ahí que buscamos con todo afán el fortalecimiento de nuestra fraternidad masónica y la proyección creciente de nuestro espíritu de solidaridad hacia el mundo profano.


También estimo indispensable asumir con un total convencimiento la práctica del enriquecimiento de la tolerancia. Esa gran virtud masónica que marca la diferencia esencial entre el espíritu masónico y el espíritu profano. Afuera, en los corrillos de la vida mundana, se agitan encontradas pasiones e intereses individuales o colectivos, que muchas veces nos dan el triste espectáculo de la diatriba mutua o el implacable combate entre los humanos. En el fondo de esas disputas y enconos palpita casi siempre la intolerancia, el irrespeto por las opiniones ajenas, la agresión u ofensa a todo lo que es diferente, a todos los que son diferentes.

Lamentablemente en varias de nuestras Logias Masónicas, que deben ser templos en que se rinda culto a la Razón, nos empeñamos en levantar  por todo lo alto un espíritu de intolerancia, que no permite escuchar y entender las opiniones ajenas. Es necesario respetarlas aunque no las compartamos, y que sepamos respetar a los que son diferentes a nosotros en la manera de pensar y actuar.

En consideración al contenido de las palabras anteriores os ofrezco este sencillo trabajo, no con la intención de que lo toméis como el “Non Plus Ultra” de la interpretación y forma de trabajar, sino más bien como una sugerencia que sirva de guía para el mejor desarrollo de los mismos.

Mi querida Logia Galápagos Nº 31, Oriente de Quito, perteneciente a la Muy Respetable Gran Logia  de los Antiguos, Libres y Aceptados Masones del Ecuador se ha caracterizado por tratar de cumplir el ritual con la mayor corrección y solemnidad posible, y por estar razón, ahora quiero compartir con todos los hermanos mis modestos conocimientos y brindarles este manual para estudiarlo, corregirlo, modificarlo y difundirlo, a fin de que con el concurso de luces más brillantes que la mía se pueda tener una verdadera guía que norme los trabajos de cada Oficial en su taller, y así todos contribuyamos al mejor desenvolvimiento de la masonería, como escuela de aprendizaje de las virtudes.

Al entregar  esta obra quiero dejar constancia de mi agradecimiento a los Respetados Hermanos M:.M:. Humberto Nieto, Past:. Diputado Gran Maestro  de la Muy Respetable Gran Logia del Ecuador,  y Carlos Alberto Eduardo Gravier, miembro de la Respetable Logia Panamericana 397 de la Gran Logia de la Argentina de los Libres y Aceptados masones, por sus palabras de aliento llenas de sabiduría y fraternidad para con la masonería, a la que ha entregado toda su vida, por su valioso comentario al prologar esta obra. A mi querido padre y hermano fraterno Aníbal Guzmán Lara, hoy fallecido, lo dedico con cariño y con la profunda fe de que su ejemplo sirva de sendero para aquellos que a través del trabajo, pensamiento y fraternidad quieren cambiar al mundo. A mi madre esthela Villena Granizo quien en los momentos precisos me inculcó el amor y la entrega para con esta noble Institución Masónica y por eso a ella le debo mi permanencia y mi constancia. Al Q:. H:. Manuel Pérez Rendón y  la Fundación Ecuatoriana para el no vidente, del cual es su director, por su aporte a la publicación de este trabajo; y, a todos esas personas especiales que me han apoyado moralmente en la preparación de la obra.

El autor

PROLOGO A LA PRIMERA EDICION

Nuestro Querido y Respetado Hermano Víctor Manuel Guzmán Villena M:.M:: mediante su gran impulso de servir, que surge en su corazón y ser espiritual, está apoyando a todos los miembros de la Institución Masónica, con su especial trabajo titulado “Oficiales de la Logia”; sosteniendo como causa, la verdad, la justicia y la libertad. Observa como regla, la igualdad, la caridad y la fraternidad, y persigue como fines el perfeccionamiento permanente de las funciones que deben llevar a cabo en todas las Respetables Logias de los Ritos Azules y Rojos. Respeta y exige la práctica de las virtudes y la conducción de los trabajos para conseguir una completa realización de los fines directivos que se propone la fraternidad masónica.

La Masonería acepta en sus senos a todas las personas libres y de buenas costumbres, de todas las razas y de todas las creencias, sistemas filosóficos, sociales, etc.; en una palabra a todos aquellos hermanos dirigentes de cada Logia a fin de que realicen el trabajo intelectual de sus funciones que están llevando a cabo en cada tenida. Los trabajos de cada uno de los miembros ejecutivos son los principios que regulan la vida institucional de la Masonería.

Es interesante observar que nuestros conceptos y puntos de vista sobre el servicio y su presentación cambian y se modifican a medida que aumentan nuestros conocimientos y acumulamos experiencias que nos impersonaliza cada vez más a medida que reconocemos nuestra unidad entre nuestros hermanos masones y el prójimo. Ya no es la naturaleza puramente emocional la que nos impele a servir a nuestros semejantes, sino una fuente superior más inteligente, que identificamos en la vida misma, la cual activa de acuerdo con planes del Gran Arquitecto del Universo; de manera que, sin darnos cuenta de ello, sin dejar de ser servidores en el amplio sentido de la palabra, nos elevamos a la categoría de colaboradores inteligentes de la vida.

El proceso es, por decirlo así, de expresión constante; primeramente nos identificamos y servimos a los hermanos, luego a un grupo de ciudadanos, hasta que con el tiempo nos acercamos a la vida, es decir al Gran Arquitecto del Universo que no es otra cosa que el programa humano, o sea el servicio personal ilimitado.

De acuerdo con los servicios de la Nueva Era, la obra asume con carácter colectivo tanto en su presentación como en lo que respecta al beneficiario (así puede expresarse). En otras palabras son grupos los que sirven y es la humanidad entera la beneficiaria.

Así el Querido y Respetado Hermano M:. M:. Víctor Manuel Guzmán Villena va penetrando gradualmente las labores que deben seguir adelante los hermanos masones, miembros de los directorios de cada una de las logias masónicas, aplicando la forma de trabajar en los diferentes cargos de cada taller.

Por este motivo, a esta altura de su desenvolvimiento mediante su libro que se publica con el titulo de “Oficiales de la Logia”, el Querido y Respetado Hermano Víctor Manuel Guzmán Villena como servidor ha de cuidar de no perder de vista que es su ser espiritual, el que actúa, el cual ha trabajado en el mundo objetivo para mejorar las actividades que cada uno de los hermanos que han sido designados miembros del directorio de cada logia y aprovechen los consejos dados para actuar con perfección en cada trabajo de los dirigentes.

De mi parte, felicito por la capacidad y buena voluntad del Querido y Respetado Hermano M:. M:. Víctor Manuel Guzmán Villena, al haber preparado este libro para el mejoramiento de la administración masónica

Humberto Nieto J.
Past:. Diputado Gran Maestro 
de la Muy Respetable
Gran Logia del Ecuador.

PROLOGO A LA SEGUNDA EDICION

Puede definirse a la masonería como una ciencia de la moral, con una tradición oral, que enseña su filosofía mediante un lenguaje compuesto de alegorías y símbolos.
Estos últimos, los símbolos son la expresión de un lenguaje de carácter  universal  y atributos de atemporalidad   que parecen anidar  en el corazón  de la existencia humana, involucrando  valores, tanto como conocimientos.

Interpretar el símbolo reviste entonces gran importancia para la Masonería, que hace de   la comprensión del sentido del símbolo un camino, una herramienta invalorable para elevarse al conocimiento metafísico desde lo tangible y lo visible.

El símbolo puede ser definido como un modelo abstracto  de la realidad, que sin embargo, la inteligencia humana no puede dominar en su totalidad, elaborando entonces estructuras sucedáneas, que pretenden suplir las falencias de la mente, en un intento por comprender, su profundo significado, percibiendo así las verdades inteligibles por medio de la intuición.

Es decir que para el hombre que aspira a hallar la verdad en  si mismo, el símbolo se torna insustituible, y el trabajo colectivo en los  talleres masónicos, tiende a la elevación individual de cada uno de los iniciados de la Institución, impulsándolo a una expansión de conciencia desde la que es posible construir una nueva visión del mundo y del hombre.

En consecuencia el trabajo subjetivo cobra valor a partir de lo grupal, en donde el símbolo brilla con luz propia, y puede ser interpretado de tan diversas formas como cada uno de los que se aproximen a descifrar sus misterios.

La visión desplegada en esta obra por Víctor Manuel Guzmán  Villena, es un loable y destacado esfuerzo por exponer cuales han sido desde los lejanos tiempos, las filosofías y sistemas de pensamiento en los cuales abrevó la Masonería hasta alcanzar su actual estado de madurez, producto de la asimilación e integración de conceptos aparentemente disímiles, como lo es armonizar la ciencia con los principios metafísicos.

Acierta así el autor cuando afirma que "La masonería rinde culto a la razón, atributo del hombre, pero no da preferencia al racionalismo puro porque acabaría con los principios metafísicos…"

Es decir que el eclecticismo del que hace gala  la Masonería al extraer de cada religión, de cada tradición, de cada Misterio Iniciático, lo mejor, el meollo más luminoso de cada uno de estos pensamientos,   como la tradición Hindú o de los Brahmanes, la tradición egipcia, los Misterios de Grecia, de Ceres o de Eleusis, la Escuela pitagórica con su profunda influencia en la francmasonería, como también la tradición judía, o el esoterismo cristiano, para citar solo algunos, que nos llegan como un legado de sabiduría, desde los pretéritos días, queda desplegado en sucinta y brillante síntesis en las páginas de este volumen.

La masonería es la recipiendaria de toda la tradición iniciática de Oriente y Occidente y ha comprendido sabiamente que su sistema de transferencia de conocimientos a sus nóveles  estudiantes a través de alegorías, imágenes y símbolos, abre la puerta a otra dimensión espiritual que acerca al hombre a la Verdad en la construcción incesante de su Templo interior.

El lector que se aproxime a este libro no se sentirá defraudado porque deducirá de él los fundamentos, los elementos, las justificaciones, los porque, la masonería guarda con esmero, alguno de sus secretos y debe necesariamente ser discreta.

En síntesis en éstas paginas, el autor contribuye con maestría a desplegar los elementos que aproximan al lector, a un conocimiento más profundo de los valores morales y de los fundamentos históricos que contribuyeron y contribuyen al prestigio del que goza   la francmasonería, reafirmando su condición de secular y ecuménica.

Pero también pone en evidencia que la francmasonería es en última instancia  una herramienta, un instrumento que puede llevar al hombre hacia otros planos de una espiritualidad más elevada y trascendente.


Carlos Alberto Eduardo Gravier
M:. M:.
Resp:. Log:. Panamericana 397
Gran Logia de la Argentina
De  Libres y aceptados Masones 


¿QUE ES LA MASONERIA?

Tantas veces se ha definido a la Masonería diciendo que “Es la ciencia de la moral velada en alegorías y esclarecida por medio de símbolos”, que si no fuera por la fuerza de la definición sería hasta enojoso repetirla; pero ella expresa el principio exacto, la Masonería: es una ciencia, una filosofía, un sistema de doctrinas que se enseña de un modo peculiar por alegorías y símbolos y por la práctica de las virtudes; consideramos ciencia lo que todos entendemos por tal, es decir, las razones del por qué de las reglas para hacer bien alguna cosa;  y por virtud, el ceñimiento a las reglas del buen vivir y la práctica constante del bien por amor al bien mismo y nada más.

La Masonería es una institución de índole compleja, que carece de religión, por existir todas en su seno y no tener, lo que las excluye a todas, sin predominio de ninguna; no tiene patria, porque ello le quitaría su carácter eminentemente universal; carece de raza, porque ella subsiste bajo todos los climas; no tiene color, porque entonces negaría la virtud, cualidad susceptible de encontrarse en cualquier hombre negro, amarillo o blanco, pobre o rico, grande o pequeño.

Los que afirman que la Masonería está en pugna con ésta o aquella religión, son personas que ignoran de todo lo que es la Institución Masónica, y que juzgan tan solo por referencia o por apasionamiento a ésta o aquella causa. Si la Masonería atacará a alguna creencia o religión, no habría en su seno individuos que son a la vez creyentes y masones, no tendría religiosos intransigentes y masones convencidos.

La Masonería deja a sus miembros la más amplia facultad de pensar y creer; pero se rebela contra toda invasión fanática, cualquiera que sea la forma en que se presente; pues todo extremo o exageración  en las ideas o creencias es un vicio que exalta y que se combate sin tregua, teniendo presente para ello “Que el hombre es libre para todo, menos para ser esclavo”.

La Masonería, institución altruista y tolerante es a la vez escuela, templo, academia, que a sus labores intelectuales, añade los principios que rigen en la vida las eternas enseñanzas de la más sana moral; que práctica las virtudes más elevadas tratando de hacer efectivo “Amaos los unos a los otros”. Como escuela, es una institución sobre bases objetivas fundadas en verdades evidentes. En filosofía, no da preferencia a ningún sistema, porque si es sensualista arruina los principios espiritualistas; rinde culto a la razón, atributo del hombre; pero no da preferencia al racionalismo puro porque acabaría con todos los principios metafísicos que son conocidos y respetados como principios fundamentales de ideología, por eso vemos que su filosofía es ecléctica, pues así tiene cabida todos los sistemas sin que exista la preferencia en ninguno; teniendo siempre presente: Que la verdad es una y que los caminos por donde puede el espíritu humano llegar hasta allá, son muchos.

La Masonería no ha ido nunca contra ninguna religión, secta, ideología, idea, creencia ni bandería política; lo que ha hecho en todo caso es combatir todo fanatismo y toda superstición; porque esos vicios son la forma más exaltada de la razón, que pervirtiendo el entendimiento y perturbando el criterio han sido la causa del extravío de las ideas que han conducido a la humanidad a los errores más graves; de allí han salido las guerras más crueles, como han sido las guerras religiosas, de donde nació uno de los hechos históricos fanáticos religiosos más repugnables que la historia recuerda con horror y se llamó “La Inquisición”; en el mundo moderno la guerra fratricida en Irlanda, entre católicos y protestantes; en los pueblos del  Medio Oriente la imposición a la fuerza del Islamismo, etc.

La Masonería ha sufrido con paciencia y resignación todas las persecuciones que le han hecho sus más crueles y encarnizados enemigos; ha visto con ojos de piedad a sus detractores; ha perdonado a todos aquellos que de algún modo la han escarnecido; pues comprende que no ha podido ser entendida  por todos, y en algunos casos por sus propios adeptos, pues cuando llegue esa época venturosa en que todos los hombres sepan lo que es la Masonería, ese día será en la tierra el reinado de la libertad y la justicia regirá a las naciones  y así habrá cumplido la Masonería su misión y su obra, razón para que la Masonería deje de ser.

La Masonería no es una institución benéfica, como muchas que existen con fines de mutuo auxilio; no, ella ejerce la caridad bajo todas sus manifestaciones; pues la Masonería cree que, no son sólo mendrugos los que necesita la humanidad: así, pues, un consejo a tiempo; una observación oportuna; una amonestación conveniente; una reprensión sin acritud; una corrección sin avergonzar u otro medio cualquiera de enmienda a las faltas, defectos o extravíos son también obras de caridad que debemos emplear en favor de los hermanos y amigos. “Compartir las alegrías y aliviar las penas” son deberes de fraternidad. “no sólo de pan vive el hombre”.

La Masonería rinde culto excelso a la virtud, adora la verdad, respeta  la razón, lucha por la justicia y ama el derecho, emanaciones del Gran Arquitecto del Universo. Los masones lo consideran como el ser  eterno y existente y es por ello que el humano es  inmortal,  que se prepara en esta vida para otra eterna y futura, en idéntica contraposición primero con la filosofía de la antigüedad y luego con las doctrinas religiosas de occidente que circunscriben la existencia humana a la vida presente.

Por tanto, estas dos doctrinas: la de la unidad del Ser Supremo y la de la Inmortalidad del Alma constituyen la filosofía de la Masonería. De ahí que en la historia de la humanidad siempre encontraremos instituciones y asociaciones que enseñaran estas verdades de un modo alegórico y simbólico, a pesar de desarrollarse muchas veces en un ambiente en que predominaba el oscurantismo intelectual y la degradación de las antiguas religiones politeístas y creo a tener derecho de sostener que esas acusaciones fueron la inunabula, es decir los predecesores de la institución masónica, tal como hoy día existe.

Por eso la definición inglesa llega a lo siguiente: “La Masonería es una ciencia moral, que se desarrolla y se piensa por medio del antiguo método de enseñanza del simbolismo”. Esto lo ha afirmado la fidelidad de sus miembros y su propia perpetuidad.

Puesto que la ciencia del simbolismo constituye parte importante del sistema masónico, por ser antigua forma de enseñanza, más extendida en sus primeras épocas y alimentada por la sabiduría de los caldeos, fenicios, egipcios, la de Zoroastro, Pitágoras, Sócrates, Platón, para citar nombres y para reafirmar lo antes dicho nos preguntamos  ¿acaso no está  todas las ciencias de los egipcios escrita en simbolismos?  ¿No habla la religión católica en sus escrituras de parábolas? Los antiguos sentían predilección por la alegoría y la personificación. La sencillez de la verdad se sacrificaba continuamente en el ornato poético. Y ahora apliquemos esta doctrina a investigar la naturaleza de la ciencia especulativa derivada del arte operativo, porque como todos sabemos la Masonería es de dos clases:

Actualmente se trabaja en la Masonería especulativa; pero los antiguos hermanos lo hacían en las dos. La operativa aquella que consiste en el arte de la construcción como fundamento y base para su filosofía. Los gremios de constructores le dieron vida a esta Masonería y poseían el saber tradicional e iniciático que provenía de tres fuentes principales:

a) De las fraternidades creadas por los emigrados de Oriente;

b) De obreros llevados a Europa por los templarios; y,

c) De los últimos artesanos bizantinos, más ricos en enseñanzas tradicionales.

En cambio, la especulativa, nos sumerge en profundas investigaciones sobre diferentes tópicos. Enseña a dominar las pasiones, obrar rectamente, hablar con discreción, conservar el secreto, practicar la caridad y el único lazo que une a la Masonería especulativa con la operativa es el simbolismo.

Y teniendo en cuenta que el origen de la  Masonería especulativa data de la construcción del Templo de Salomón, que es la  espiritualización y la ubicación simbólica más destacada e importante de la Masonería por el trazado de arquitectura que constituye la aplicación de sus símbolos. La tradición dice que existían tres clases de trabajadores en la construcción de este templo, y en la Masonería especulativa constituye parte fundamental de su vivencia y que son: Aprendices, Compañeros y Maestros. Y es así como se supone  que cada masón simboliza un templo espiritual y la Logia de los hermanos representa el universo.

De este breve análisis de la simbología masónica  se puede sacar las siguientes conclusiones:

1)    Que los masones de la antigüedad, se dedicaron  mientras predominaba en la institución el arte operativo a construir templos materiales, de los cuales el más célebre es el de Salomón.

2)    Que los masones dejaron de trabajar en la construcción de templos físicos cuando la ciencia especulativa sustituyó el arte operativo y empezaron a laborar en templos vivientes.

3)    El trabajo de todo masón que comprende debidamente su arte estriba en construir  un templo viviente. Y el trabajo es una palabra importante en la Masonería, quizás la más importante, porque únicamente trabajando es como el hombre se convierte en masón. La obra que realizan las logias en sus reuniones es el trabajo, pero como los masones no edifican un templo masónico visible, ni una pirámide egipcia, el trabajo debe hacerse visible en obras imperecederas, es decir que no perece, que supervive al paso del tiempo, de modo que cuando dejen de existir físicamente se diga que la obra estaba bien hecha.

Así planteadas las cosas, debemos considerar algunas variables sobre la universalidad de la Orden Masónica:

En primer lugar, la Masonería no impone a sus miembros la aceptación de un criterio unitario y cerrado del universo, porque ello envolvería una actitud dogmática. Entrega a cada uno de sus miembros la responsabilidad de realizar, con las herramientas simbólicas que le alarga, en forma de principios, el progreso del ideal humano, dentro del amplio marco de la ley moral y de la libertad ética, en acuerdo y consonancia con la autonomía de sus personales convicciones.

En segundo lugar, La posición universalista viene a ser algo más serio y trascendental que la religión, ya que siendo los rituales y la simbología muy semejantes en todas partes, su práctica e interpretación en los diferentes países y tendencias demuestran grandes diferencias, a pesar de que en tal aspecto -quizás por lo mismo- la Masonería ha sufrido una mucho mayor influencia de parte de la filosofía que de los dogmas religiosos.

También ha de considerarse que, por desgracia, existen las más variadas interpretaciones para símbolos y rituales casi idénticos. Y digo por desgracia, porque ello ha restado universalismo a la institución.

Finalmente, por mucha acentuación que se ponga en el trabajo interior, esotérico e iniciático, la Masonería no escapa a la influencia y fenómenos sociales, a la cultura, los usos, costumbres, los niveles de desarrollo, la historia en cada lugar geográfico, a veces tan diferentes en regiones próximas y mucho más cuando la distancia y los pasados son más dilatados.


HISTORIA DEL RITO ESCOCES ANTIGUO Y ACEPTADO


Me permitiré recordar que de los datos existentes se desprende que al finalizar la primera cruzada, en el año de 1099, se establecieron en Francia, Prusia y Escocia los grados sublimes e inefables del Rito Escocés, los cuales por circunstancias desconocidas permanecieron abandonadas desde 1658, hasta 1758, en cuyo tiempo se reorganizaron en París y Burdeos las Logias de Perfección. En 1761, las Logias y Consejos de Grados Superiores se extendieron por toda Europa y Federico II, Rey de Prusia, aceptó el patronato de las mismas, el cual le fue ofrecido por la Comisión de Estocolmo, bajo el Título de Primer Soberano Gran Inspector General e Ilustre Comendador en Jefe de la Orden de Sublimes y Valientes Príncipes del Real Secreto, y fue reconocido como Jefe del Rito Escocés. En el año de 1762, se promulgaron las Constituciones y Reglamentos del Gran Consejo de los Sublimes Príncipes del Real Secreto, para el Gobierno de todos los cuerpos del Rito Antiguo Escocés, rito que se formaba de 25 Grados, siendo el más alto de ellos, el de Sublime Príncipe del Real Secreto. El 1º de Mayo de 1786, Federico II, Rey de Prusia, Soberano Gran Comendador, Gran Maestro Universal y Conservador de la Antiquísima y muy respetable sociedad de antiguos Masones o Arquitectos Unidos o sea Orden Real y Militar del Arte libre del labrar la piedra, o Masonería, con el fin de asegurar y reunir en un solo cuerpo de masonería todos los ritos del Régimen Escocés existentes, tales como: Rito Antiguo; Rito de Heredom; Rito del Oriente del Kilwining; Rito de San Andrés; Rito de los Emperadores de Oriente y Occidente; Rito de los Príncipes del Real Secreto o de Perfección; Rito Escocés y Rito primitivo, promulgó las grandes constituciones de 1786, y declaro para siempre reunidos en una sola orden, las puras Doctrinas de la Masonería del Rito Escocés Antiguo y aceptado de 33 Grados; El primer grado sometido al segundo, éste al tercero y así sucesivamente hasta el 33, de Soberano Gran Inspector General, el cual inspeccionará, dirigirá y gobernará todos los otros. El cuerpo o reunión de miembros poseedores de este grado formarán el Supremo Consejo, quien será el conservador de la Orden. Asimismo Federico II, dispuso que después de su muerte, el poder supremo que hasta entonces le había sido conferido, se transmitiera en cada País o Nación donde no los hubiera, a un Supremo Consejo. El 17 de Agosto de 1786, murió Federico II, y de conformidad con lo que dispuso en las Grandes Constituciones, los hermanos Juan Mirchell y Federico Dalchó instalaron en Charleston el 31 de Mayo de 1801 el Primer Supremo Consejo de Soberanos Grandes Inspectores Generales del Trigésimo Tercero Y Ultimo del Rito Escocés Antiguo y Aceptado; a la fecha, este Supremo Consejo se denomina de la jurisdicción Sur de los Estados Unidos de América y tiene su residencia en Washington, D.C.


LOS TRABAJOS EN EL RITO

El Rito Escocés Antiguo y Aceptado (R.E.A.A.) es un rito donde se combinan los elementos simbólicos más tradicionales con una dinámica de funcionamiento ciertamente expresiva que permite desarrollar junto a un profundo sentido de fraternidad, un agudo sentido del análisis racional que invita a enfocar la vida con criterios donde lo espiritual y lo racional se complementan extraordinariamente.

En las Logias se representan simbólicamente las leyes que rigen el universo y sus trabajos se realizan fundamentalmente en dos líneas que se complementan como los brazos de un mismo cuerpo.

En primer lugar, la práctica del ritual, permite, en sus grados de Aprendiz, Compañero y Maestro, a través de una serie de dramatizaciones ritualísticas de antiquísima simbología, tener una mayor conciencia de las leyes y preceptos de la naturaleza y del universo de la que descubriría nuestra simple pero atenta observación. Así, el ritual está estructurado y codificado de tal manera que conforma un hilo conductor, el cual no sólo puede transmitir un claro y sencillo mensaje general, sino que puede activar mecanismos subconscientes e inconscientes que generan un elevado sentido de la trascendencia. Así pues, en este rito tiene una importancia capital no sólo la práctica del ritual sino también su asimilación espiritual, psicológica y conceptual.

En segundo lugar, dentro de los trabajos de la Logia se pone igualmente énfasis en los trabajos masónicos de tipo intelectual. Los trabajos son presentados por escrito (planchas) y, una vez leídos en la tenida, son tratados de forma oral y coloquial entre los hermanos. De esta forma se consigue, a través de las diferentes apreciaciones u opiniones aportadas, una percepción profunda del tema tratado, con el consiguiente enriquecimiento y formación masónica que invariablemente dará sus frutos en cualquier ámbito o situación.

Siguiendo con el espíritu eminentemente dinámico de las logias de Rito escocés Antiguo y Aceptado habitualmente forma parte importante, el correspondiente ágape fraternal o cena realizada fuera de las logias, donde se desarrolla, si cabe en mayor medida, el profundo sentido de la fraternidad que existe entre todos los hermanos.

GRADOS DEL RITO

Los tres primeros grados, comunes a todos los ritos, se denominan simbólicos, y son administrados con plena soberanía por las Grandes Logias; sin embargo los grados 4º al 33º, ambos inclusive, son administrados por los Supremos Consejos.



LOS GRADOS EN EL RITO ESCOCES ANTIGUO Y ACEPTADO

Masonería Simbólica

1.         Aprendiz
2.         Compañero
3.         Maestro

Masonería Filosófica

04.      Maestro Secreto
05.      Maestro Perfecto
06.      Maestro por Curiosidad o Secretario Íntimo
07.      Maestro Irlandés o Preboste y Juez
08.      Maestro en Israel o Intendente de Edificios
09.      Maestro Elegido de los Nueve o Perfecto Masón Electo
10.      Maestro Elegido de los Quince
11.      Sublime Elegido o Electo de las Doce Tribus
12.      Gran Maestro Arquitecto
13.      Real Arco
14.      Gran Elegido, Perfecto y Sublime Masón
15.      Masón Libre, Consejero de Oriente o de la Espada
16.      Príncipe de Jerusalén
17.      Masón de Oriente y Occidente
18.      Excelente y Perfecto Caballero Soberano Príncipe Rosacruz
19.      Gran Pontífice
20.      Orador o Tribuno
21.      Caballero Noaquita
22.      Caballero Real Hacha o Príncipe del Líbano
23.      Jefe del Tabernáculo
24.      Príncipe del Tabernáculo
25.      Caballero de la Serpiente de Bronce
26.      Príncipe de la Merced
27.      Gran Comendador del Templo
28.      Caballero del Sol
29.      Gran Escocés de San Andrés
30.      Caballero Kadosch
31.      Gran Inspector, Inquisidor, Comendador
32.      Sublime Príncipe del Real Secreto
33.      Soberano Gran Inspector General de la Orden

DIGNIDADES Y FUNCIONAMIENTO DE LAS LOGIAS EN EL RITO ESCOCES ANTIGUO Y ACEPTADO

Las Constituciones de Anderson publicadas en el año de 5723 para uso de las logias señalaban las obligaciones de un francmasón extraídas de los antiguos archivos de las logias allende mares de Inglaterra, Escocia e Irlanda para uso de las logias de Londres, entre las cuales cito alguna de estos preceptos:

LAS LOGIAS
“Una logia es un lugar donde los masones se reúnen y trabajan”. Por consiguiente esta asamblea o sociedad de masones debidamente organizada es llamada logia y cada hermano debe pertenecer a una de ellas y someterse a su reglamento y a los reglamentos generales. Una logia es particular o general, y será mejor comprendida por su frecuencia y por los reglamentos de la Logia General o Gran Logia que a continuación se detallan.

En tiempos antiguos, ningún maestro o compañero podía ausentarse, particularmente si había sido llamado a presentarse, sin incurrir en una severa censura, a menos que el maestro o vigilante supiera la necesidad que le había impedido presentarse.

Las personas admitidas a ser miembros de una logia tienen que ser hombres de bien y  leales, nacidos libres y discretos y en edad madura…

De los Maestros, Vigilantes, Compañeros y Aprendices

Toda promoción, entre los masones, está fundada sobre el valor real y el mérito personal solamente, a fin de que los señores puedan ser bien servidos, los hermanos no expuestos a la vergüenza, y el Oficio Real no despreciado. En consecuencia ningún Maestro o Vigilante está escogido por ancianidad sino por sus méritos. Es imposible describir estas cosas por escrito y cada hermano debe ocupar su sitio y aprenderlas en la forma peculiar de esta Fraternidad. No obstante los candidatos deben saber que ningún Maestro puede enseñar a un aprendiz a no ser que tenga un cargo suficiente para ello a menos que no sea un joven perfecto sin mutilaciones o defectos en el cuerpo lo que haría incapaz de aprender el Arte de Servir al señor de su Maestro y de ser hecho hermanos y luego compañero en su debido tiempo; incluso cuando haya servido durante el término fijado por la costumbre del país; y aunque sea nacido de padres honrados, a fin de que, cuando sea calificado pueda llegar al honor de ser Vigilante y más tarde Maestro de la Logia, Gran Vigilante y por último Gran Maestro de todas las logias, según sus méritos.

Ningún hermano puede ser Vigilante si no ha obtenido el grado de Compañero, ni Maestro antes de haber actuado como Vigilante, ni Gran Vigilante  si no era ya Maestro de una logia, ni Gran Maestro si no era compañero antes de una elección, que sea también de nacimiento noble o caballero de la mejor clase o algún eminente sabio o algún arquitecto inteligente u otro artista nacido de padres honrados y que sea de un singular mérito en la opinión de las logias. Y para realizar de la mejor, la más fácil y la más honorable manera su cargo, el Gran Maestro tiene el poder de escoger de su propio Diputado Gran Maestro, que tiene que ser o haber sido anteriormente el Maestro de la logia particular y tiene entonces el privilegio de hacer todo lo que el Gran Maestro, su principal, podría hacer, salvo si el ya nombrado principal está presente o no impone su autoridad por escrito.

Estos dirigentes o gobernadores, supremos o subordinados de la antigua logia, deben ser obedecidos en sus puestos respectivos por todos los hermanos según las antiguas obligaciones y reglas con toda humildad, reverencia, amor y alegría.

De la Gestión del oficio durante el trabajo

Todos los masones trabajan honradamente los días laborables para poder vivir honorablemente los días de fiesta y el tiempo prescrito por la ley del país; ratificando por la costumbre observada.

El más experto de los compañeros será nombrado como Maestro o Inspector de las Obras del Señor, que tiene que ser llamado Maestro por los que trabajan para él. Los hombres de oficio deben evitar toda expresión grosera y no darse unos a otros nombres descorteces si no el de Hermanos o Compañeros y comportarse ellos mismos con cortesía en el interior y en el exterior de la logia.

El Maestro estando él mismo capacitado, emprenderá los trabajos del Señor lo más razonablemente posible y empleará fielmente los materiales como si fueran suyos y no dará salarios más elevados a ningún otro hermano o aprendiz que no lo merezca realmente.

Al mismo tiempo, el Maestro y el Masón recibiendo sus salarios con exactitud, deben ser leales con su Señor y acabarán honestamente su trabajo, bien sea a destajo o jornada y no trabajarán a destajo la tarea que de costumbre se haga como jornal.

Nadie conocerá la envidia ante la prosperidad de un hermano, ni lo suplantará en el trabajo si es capaz de acabarlo, puesto que ningún hombre puede acabar el trabajo de otro hombre, con el mismo provecho para el Señor, a menos que esté absolutamente al corriente de los proyectos y de los planes del que lo ha empezado.

Cuando un compañero es acogido como Vigilante del Trabajo bajo el Maestro, será a la vez leal con el Maestro y los compañeros, vigilará cuidadosamente el trabajo en ausencia del Maestro para provecho del Señor y los hermanos le obedecerán.

Todos los Masones empleados recibirán sus salarios sin murmurar, ni amotinarse y no dejarán al Maestro hasta que el trabajo sea terminado.

Uno de los más jóvenes hermanos será instruido en el trabajo para evitar que no se echen a perder los materiales por falta de juicio y para aumentar y hacer durar el amor fraterno.

Todos los empleados útiles de los trabajos serán aprovechados por la Gran Logia.

Ningún peón será empleado en el trabajo propio de la Masonería y los Francmasones no trabajarán con los que no son francos salvo en una urgente necesidad; tampoco instruirán al peón ni a los masones no aceptados como instruirán a un hermano o a un compañero.

De la conducta a observar

a. En la logia mientras está constituida

No tener comités privados, ni conversaciones particulares sin permiso del Maestro. Ni hablar de cosas impertinentes o inconvenientes, ni interrumpir al Maestro o a los Vigilantes o a ningún otro hermano que habla con el Maestro.

Tampoco comportarse de una manera ridícula o burlona mientras la logia está ocupada en asuntos serios y solemnes, y no usar ningún lenguaje inoportuno bajo ningún pretexto, sino que manifestarse con el respeto debido a nuestros Maestros, Vigilantes, Compañeros y les demostraremos honor.

Si alguna queja se presenta, el hermano reconocido culpable se someterá a juicio y a la decisión de la logia, que es la propia y competente juez de tales diferencias (salvo si se apelara a la Gran Logia) que debe estar informada, salvo si la obra del señor debiera mientras tanto sufrir por ello, en aquel caso una acción particular puede hacerse pero no debes recurrir a la justicia por lo que concierne a la masonería sin una absoluta necesidad reconocida por la logia.

b. Conducta cuando la logia ha terminado y antes que los hermanos hayan marchado

Puedes alegrarte con inocente alegría tratándolos los unos a los otros según nuestros medios, pero evitando todo exceso, no forzando a ningún hermano a comer o a beber más allá de su deseo y no privando que se vayan a donde le llaman sus asuntos, no haciendo ni diciendo nada ofensivo o que pueda privar una conversación fácil y libre porque esto destruiría nuestra armonía y frustraría muestro laudable propósito. Así bien ninguna disputa ni querella debe ser llevada tras la puerta de la logia, sobre todo ninguna querella sobre religión, nación, política o estado, siendo nosotros solo masones de la religión universal. Somos también todas las naciones, lenguas, parentescos y expresiones, y estamos resueltamente contra toda política, no habiendo nunca contribuido a ésta y no pudiendo jamás contribuir al bienestar de la logia. Esta obligación ha sido casi siempre observada, pero especialmente desde la “Reforma en Gran Bretaña, por su alejamiento y separación de la Comunidad romana”.

C. Conducta cuando los hermanos se encuentran sin extraños, aunque no en una logia cerrada

Debemos saludarnos el uno al otro de manera cortés, según lo aprendido, llamándonos recíprocamente “hermanos”, dándonos libremente mutuas instrucciones oportunas cuando parezca conveniente, sin ser vistos ni comprendidos, sin invadir el uno el campo del otro y sin derogar el respeto que es debido a todo hermano, incluso si no es un masón. Pues aunque los masones sean como hermanos bajo el mismo nivel, la masonería no quita a un hombre el honor que antes tenía; al contrario, ella añade honor, especialmente si ha merecido la fraternidad que debe darlo a quien lo merece y evitar malas conductas.

D. Conducta en presencia de extraños no masones

Ser prudentes en vuestra palabras y vuestro mantenimiento a fin que el extraño más perspicaz no sea capaz de descubrir o de encontrar lo que no conviene sugerir, y algunas veces nos desviaremos de la conversación y conduciremos prudentemente para el honor de la Honorable Fraternidad.

E. Conducta en casa y con vuestro vecindario

Se debe actuar como conviene a un hombre moral y prudente particularmente no hacer saber a vuestras familias, amigos y vecinos lo que concierne a la logia. Pero consultar buenamente vuestro propio honor y el de la antigua Fraternidad de las cosas de las que no se debe hablar no mencionar aquí. Se debe tener cuidado de vuestra salud,  no quedando juntos hasta demasiado tarde, no demasiado tiempo fuera de casa, después que las horas de la Logia han pasado; evitando la glotonería y la borrachera de manera que vuestras familias no sean descuidadas o perjudicadas, ni vosotros mismos incapaces de trabajar”.

Ya en el análisis del gobierno de la logia está dirigido por una oficialidad solvente y dispuesta hacer respetar la autoridad y la solemnidad que los rige, su composición se rige por las siguientes dignidades:

1.            Un Venerable Maestro que se coloca en el oriente.

2.            Un Primer Vigilante que se coloca en el Norte y dirige la columna J.

3.            Un segundo Vigilante que se coloca en el Sur y dirige la columna B.

4.            Un Orador que se coloca en el oriente, a la izquierda del venerable Maestro.

5.            Un secretario que se coloca en el oriente, a la derecha del venerable Maestro.

6.            Un tesorero que se coloca a la izquierda del Orador, encabezando la columna Sur.

7.            Un Maestro de ceremonias que se coloca delante y a la derecha del segundo Vigilante.

8.            Primer experto que se coloca en la columna Norte frente al Maestro de ceremonias.

9.            Segundo experto que se coloca a la derecha del Primer Vigilante.

10.         Un Hospitalario que se coloca a la derecha del Secretario, encabezando la columna Norte.

11.         Un Guarda templo Interior que se coloca a la derecha del primer Vigilante.

12.         Un Guarda Templo exterior que se coloca al exterior de la puerta de acceso al taller.


Los primero Oficiales son llamados las Siete Luces del Taller o Oficiales Dignatarios, y gozan de la prerrogativa de pedir la palabra directamente al Venerable Maestro, y de ingresan al templo, estando abierto los trabajos. La Logia los recibe de pie y al orden, y el Maestro de ceremonias los conduce a su puesto. Todos los hermanos que por derecho se sientan en el Oriente gozan también de esta prerrogativa.

En los misterios de la antigüedad, el ceremonial de recepción figuraba las revoluciones de los cuerpos celestes. Los sacerdotes que presidían las iniciaciones y especialmente la de Eleusis, se llamaban Oficiales y representaban grandes agentes de la creación, al igual de lo que sucede hoy en la masonería moderna, que no son más que una fiel reproducción de aquellas. (1)

Veamos ahora las funciones de cada uno de los Oficiales:

VENERABLE MAESTRO

Es la Primera Luz del Taller y su Presidente. Se sienta en el Trono de Salomón, en el Oriente, y dirige todos los trabajos de la logia. Es la máxima autoridad y su poder es absoluto en la logia. En algunos países se lo denomina Presidente de las Logias Simbólicas; los ingleses le denominan Máster; en Alemania se llama Maestro de Silla. Pero ya se titule Venerable, ya sea que se le llame Maestro, el primer mallete o sea la Presidencia es, por lo general, el principal objetivo hacia el que convergen todas las miradas y todas las ambiciones de los miembros de una logia “aspiración noble y ambición loable dice un escritor, cuando se inspira en la lealtad y el amor, el bienestar y progreso de una logia”.

Es el conductor del ritual de todos los trabajos y es el único que puede hacer uso de la palabra permaneciendo sentado, salvo el Gran Maestro o su representante.

El Venerable Maestro es elegido por mayoría entre los miembros del taller, y para ocupar esa función por lo general debe reunir estas condiciones:

A-           Ser miembro regular de ella, por lo menos desde tres años antes de la fecha de la elección.

B-           Tener una antigüedad mínima de tres años en el tercer grado y haber desempeñado con carácter titular durante su gestión el cargo de Vigilante, Orador o Secretario.

C-          No haber incurrido en irregularidades ni sufrido sentencia ejecutoriada del Tribunal del Honor masónico.

Todo esto, naturalmente, además de ser un hombre capaz de dirigir a sus hermanos jamás debe olvidar que se debe por entero a su logia que le ha honrado con sus votos, otorgándole su representación y toda su confianza. En la logia solo debe ver a hermanos, a quienes tratar por igual con amor y fraternidad, y no ver en ellos a amigos ni enemigos. El es el padre espiritual de sus hermanos y mientras no venga un veredicto a alterar esta situación, debe tratar a todos los hermanos por igual. “Parco en la censura y prudente en las alabanzas, ha de procurar que su imparcialidad nunca pueda ser puesta, ni por un solo instante en tela de juicio”. (2)

Deberes

1.            Convocar y presidir sesiones.

2.            Iniciar a profanos en los misterios de la masonería simbólica, afiliará, conferirá grados hasta el tercero inclusive.

3.            Velar por la conservación de la Carta Constitutiva y la Constitución, Estatutos, Reglamentos y Rituales expedido por Gran Logia.

4.            Resumir las discusiones, fijar las proposiciones que deben someterse a votación, pero evitando siempre influir sobre la opinión de los miembros de la logia y proclamar el resultado de las votaciones.

5.            Velas por el cumplimiento de las disposiciones de Gran Logia, del Gran Maestro y de los acuerdos del Taller.

6.            Conceder la palabra y retirarla cuando hubiere motivo para ello.

7.            Decidir en caso de empate, salvo en elecciones y juicios.

8.            Mantener orden a las discusiones y suspenderlas cuando la actitud y la personalidad hayan reemplazado a la moderación.

9.            Hacer cubrir el templo a cualquier hermano si lo desobedeciera reiteradamente.

10.         Designar a los hermanos que deben desempeñar cargos vacantes y nombrar los adjuntos cuando fueren necesarios.

11.         Nombrar las Comisiones y designar al hermano que debe presidirlas.

12.         Imponer las penas que establece la Constitución y los Estatutos.

13.         Firmar las actas y la correspondencia de la Logia y poner su visto bueno a todo libramiento contra el Tesorero.

14.         Examinar mensualmente los libros que deben llevar los hermanos Secretario y tesorero y los de éste pasarlos a la respectiva comisión.

15.         Dar las necesarias facilidades para que los hermanos Inspectores de la Gran Logia puedan examinar los trabajos, libros de Secretaría y tesorería de la logia.

16.         Velar e imponerse de la conducta profana de los miembros del Taller, exigiendo de ellos la más absoluta moralidad y perfecta honradez, impedir las intrigas y cuidar porque reine la paz y la armonía entre los miembros de la logia.

17.         Acudir al Gran Maestro en consulta y dar a éste y a los Inspectores los informes que le pidieren.

18.         Promover discusiones sobre materias que puedan ser de interés general para la Orden, con sólo el objeto de hacer presente al Gran Maestro su resultado por vía de indicación, y siempre que de la discusión habida en la logia resultare la conveniente de la medida discutida.

19.         Promover estudios y conferencias sobre el simbolismo de los grados de la masonería y sobre aquellas materias que puedan ser de provecho e ilustración para los miembros.

20.         Presentará anualmente a la Gran Maestría un informe detallado de los trabajos efectuados por la logia durante el período de su cargo.

21.         Los Venerables Maestros han de cuidar de que la Biblia -la Masonería es laica. Si bien la Biblia preside la mayoría de los Templos Masónicos entre otros elementos simbólicos, su sentido apunta más a la Sabiduría que a la religión, a la que respeta y acepta en todas sus manifestaciones, tanto cristianas como orientales, pero no las adopta como propias. Nuestra invocación al Gran Arquitecto del Universo las abarca a todas ellas. La interpretación es personal, como corresponde a librepensadores, agnósticos y ateos tienen la misma dignidad entre nosotros- sea abierta en sus Talleres; y, conforme al grado en que se verifica la tenida, en la siguiente forma:

a.    Para el Grado de Aprendiz en el libro de los “Salmos”, versículo 133, que expresa: “Mirad cuan bueno y agradable es…”

b.    Para el Grado de Compañero, en el libro “Amos” capítulo VII, página 8, que dice: “Pondré una plomada…”

c.    Para el Grado de Maestro, en el Eclesiastés”, capítulo XII que se lee: “Recuerda ahora a tu Creador…” (3)

Su principal cuidado que el Venerable Maestro debe observar el estudiar el carácter de sus hermanos para contener prudentemente a unos, estimular a otros y establecer el justo equilibrio que convenga conservar para  la vida y el movimiento del taller. Siempre vigilante y dueño de sí, siempre previsor y prudente, se ha de procurar adivinar con su mirada sagaz la intención y el objeto que guíen a los hermanos en el curso de las discusiones, siempre pronto para acudir al reparo de cualquier incidente, desagradable que pudiera surgir de los debates. (4)

El Venerable Maestro es únicamente un Maestro elegido entre los hermanos masones que conforman la logia, como miembros dotados de pleno goce, de la calidad y de los derechos masónicos, y gobierna la logia con la autoridad que éstos le han reconocido y delegado.

El Venerable Maestro entre los Maestros, es decir, entre los que son más que los demás, es simplemente el primero entre sus iguales. Por eso, “No puede ni debe ser Venerable Maestro, el Maestro envidioso, el apasionado, el rencoroso, el intrigante”. (5)


Para gobernar nuestras logias se necesita tener la aptitud del pastor, saber guiar y no caer en una autocracia ignorante, o en una opresión intolerable, fruto de toda vana ambición. Siendo nuestra Orden espiritual, no debe ser un gobierno que ate, sino que liberte y que guíe e ilumine en el sendero de la iniciación individual, en la verdad y en la virtud. (6) º

Siendo el Venerable Maestro el padre o guía espiritual de su Logia, debe preocuparse también por el adelanto espiritual y el comportamiento moral de sus miembros. El Venerable Maestro en la ceremonia de iniciación debe entregar al recién iniciado los dos pares de guantes blancos y debe decir: “Ese par de guantes es para nuestro uso, y siempre deberéis tenerlos limpios porque jamás deben mancharse con la sangre de un hermano, o ensuciarse con las malas acciones, y en cualquier momento podemos pediros que los enseñéis. Y este otro par de guantes blancos es para vuestra esposa, y jamás debe volver ni siquiera humedecido por las lágrimas de vuestra esposa o de vuestros hijos”. Y se agrega “Si cualquiera de estos dos pares de guantes blancos viene manchado, la Masonería será inflexible en el castigo”. Por lo tanto, el Venerable Maestro debe preocuparse para que los hermanos del taller tengan siempre sus dos pares de guantes limpios, y si notara una mancha, debe llamar al hermano y reflexionarlo sobre sus acciones, como un padre cariñoso reflexiona a sus hijos, para sacarlos del camino del mal y guiarlos en la senda de la virtud.

La joya del Venerable Maestro es una escuadra, que simboliza que él por su recta conducta y por su elevado concepto  de las cosas, debe ser el ejemplo de los demás. Simboliza también la ecuanimidad con que debe regir a todos los miembros del Taller. La escuadra constituye la norma de su conducta, la que debe observar siempre porque está sujeta a las reglas inviolables de la equidad, la razón y la justicia; solo así puede demostrar en cualquier momento que sabe propagar los sagrados principios de la libertad, del deber y del derecho, sancionados bajo los sanos preceptos de la moral más pura.

Cuando el Venerable Maestro ingresa al templo estando abierto los trabajos, la Logia recibe de pie y al orden, y los hermanos Maestro de Ceremonia y Expertos lo conducen a su trono en el Oriente donde el hermano Maestro que está presidiendo accidentalmente le entrega el mallete para que dirija los trabajos. De igual manera cuando el Venerable Maestro debe cubrir el templo, designa al Primer Vigilante  o al Segundo Vigilante o al Experto o  en ausencia de estos, a un Ex Venerable  Maestro o al Maestro de mayor edad civil, para que dirija los trabajos, y la logia lo despide de pie y al orden, y el Venerable Maestro se retira conducido por los hermanos Maestro de ceremonias Y expertos quienes lo acompañan hasta el Salón de Pasos Perdidos.

PAST VENERABLE MAESTRO

 Este nombre es propio del Venerable Maestro que deja sus funciones para cederlas al nuevo Venerable Maestro elegido por el Taller. Pero por extensión se da este nombre a todos los hermanos que han desempeñado la dignidad de Venerable Maestro durante alguna gestión.

La labor del Past Venerable Maestro es guiar con sus consejos y su experiencia al nuevo Venerable Maestro en el gobierno de la logia.

El Past Venerable Maestro se sienta en el Oriente  a la izquierda del Venerable Maestro  y para hacer uso de la palabra la pide directamente al Venerable Maestro y hace uso de la misma de pie y al orden.

La joya del Past Venerable Maestro es una escuadra de la que pende el Libro de la Ley y simboliza la experiencia que ha adquirido y el conocimiento que debe tener de la Ley Masónica y de los reglamentos Particulares del taller, lo que lo capacita para asesorar al Venerable Maestro en sus funciones.

La joya del Past Venerable Maestro también es representada por una escuadra de la que pende, en vez del Libro de la Ley, el postulado Nº 47 del  libro primero de Euclides, grabado sobre una plancha de plata suspendida dentro de un cuadrado. Este postulado es el conocido Teorema de Pitágoras y su simbolismo es que así como los arquitectos comprobarán la regularidad de una construcción valiéndose del triángulo rectángulo de proporción 3, 4, 5, así también el Past Venerable Maestro es el que vigila que todo esté dispuesto y en orden, juzgándolo todo según su criterio y experiencia.

Cuando ingresa al Templo estando abierto los trabajos, la logia lo recibe de pie y al orden, y el Maestro de Ceremonias. Lo conduce a su puesto en el Oriente. En ausencia del Venerable Maestro solo un Past Venerable Maestro puede dirigir una iniciación o un aumento de salario o una exaltación.

El Consejo de los Past Venerables Maestros se debe reunir periódicamente o cuando sea necesario, para deliberar sobre la marcha del taller y dar los mejores consejos para su mejor funcionamiento, pero no pueden tomar ninguna decisión sobre el gobierno de la logia, ya que esta atribución pertenece a la Cámara del Medio.

Se supone que los consejos de los Past Venerable Maestro a los hermanos del taller deben ser siempre llenos de sabiduría y de buenas intenciones, y para esto un Past Venerable Maestro debería estar siempre presente en las tenidas, ya que de otro modo difícilmente puede darse cuenta del desarrollo y de la marcha de su taller.

Lamentablemente en casi todas las logias se observa que los Past Venerables Maestros no concurren a las tenidas, y solamente se presentan durante las elecciones de la oficialidad, sin tener así un juicio cabal sobre cuáles son los candidatos que convienen mejor para la dirección del taller.

Es costumbre en casi todos los talleres que en su primer período el Past Venerable Maestro no sea elegido a ningún cargo en la oficialidad, no porque se considere deshonroso el hacerle ocupar un puesto inferior al de Venerable Maestro que acaba de dejar, sino porque se considera que son mucho más valiosos sus servicios sentado al lado del Venerable Maestro para aclararle cualquier hecho acaecido durante su gestión, y como un guía eficaz por su experiencia.

Atribuciones

1.            Instalar a su sucesor u otro Venerable Maestro mediante invitación recibida para el objeto.

2.            Presidir la logia por ausencia del Venerable Maestro y siempre que no estuvieren presentes los Vigilantes.

3.            Hacer iniciaciones y dirigir los ceremoniales en cualquier logia, previo acuerdo e invitación de ésta. (7)

4.            Presidir el Consejo de Asistencia Masónica y cooperar con el Hospitalario en todas las obras en que se encuentre empeñado el taller.

5.            Servirá de defensor de oficio de los hermanos acusados ante el Tribunal de Honor de la logia.

VIGILANTES

Los vigilantes son los dos primeros oficiales que siguen en orden jerárquico al Venerable Maestro y le suceden en la Presidencia de la Logia durante sus ausencias. Este importante cargo es muy antiguo, pues con distintos nombres ya se lo conocía en los misterios de la antigüedad. Pero en el siglo IX, cuando los compañeros constructores alemanes se emanciparon del dominio de los monjes que dependían y se establecieron para trabajar por su cuenta propia, decidieron reunirse una vez al mes para tratar de asuntos importantes para el gremio y estas reuniones eran presididas por el  compañero o director o Venerable Maestro del taller, a quien acompañaban y ayudaban dos contramaestres escogidos entre los compañeros más hábiles e inteligentes, con la misión de controlar y vigilar a los obreros congregados, velando por el orden y la compostura para que nada viniera a turbar el desarrollo de la reunión, y por esta razón se los llamo Vigilantes.

El Primer Vigilante es la Segunda Luz del Taller y su primer Vicepresidente. Se sienta en la columna del Norte, cerca de Occidente y vigila la columna del Sur. Los hermanos  y los compañeros que deseen hacer uso de la palabra la solicitarán por intermedio del Primer Vigilante. El es el encargado de dar instrucción a los compañeros  y de interrogar en el examen para su exaltación. También se acostumbra a ser el encargado de contar el contenido del Tronco de Pobres o también llamado saco de Solidaridad corrido por el hermano Experto.

El Segundo Vigilante es la Tercera Luz del Taller y su segundo Vicepresidente. Se sienta en la columna del Sur y vigila la columna del Norte. Los hermanos sentados en esta columna solicitarán la palabra por intermedio del segundo Vigilante. Él es el encargado de dar instrucción a los Aprendices y de interrogar en sus exámenes de aumento de salario.

Funciones

1.            Son guardianes y conservadores del silencio y del orden en sus respectivas columnas. Los Vigilantes repiten y transmiten a quien corresponda las órdenes del venerable Maestro.

2.            Piden directamente la palabra al Venerable maestro por un golpe de mallete.

3.            En ausencia del venerable Maestro, el primer Vigilante lo reemplaza en sus funciones, y en ausencia del  primero toca al Segundo Vigilante presidir los trabajos.

4.            Los Vigilantes ayudan al venerable Maestro en la administración de la Logia; cuidan de que cada uno de los oficiales desempeñen cumplidamente sus deberes, debiendo siempre hacerse obedecer en las órdenes que transmitan y den.

5.            Deben instruir a los hermanos de sus columnas y ayudarlos cuando no pueden contestar libremente a las preguntas de instrucción.(8)

6.            Su un hermano usare  la palabra sin permiso, el Vigilante respectivo le impondrá silencio con un golpe de mallete, previniéndole que antes debe perdiera, y que solo el venerable Maestro tiene derecho a concederla.

7.            Los Hermanos Vigilantes  no pueden dejar el sitial sin haber pedido al venerable maestro que los haga reemplazar, pero cuando los trabajos de la logia no permitieran llamar la atención al Venerable Maestro y fuera urgente la causa que motiva su salida, los Hermanos Vigilantes tiene derecho a proveer ellos mismos a su reemplazante.

8.            No pueden conceder permiso a los hermanos para salir del Templo. Únicamente  el Venerable Maestro consentirá que salgan los hermanos.

9.            Los Hermanos Vigilantes solo podrán  ser amonestados en Logia por el venerable Maestro en términos que no menoscaben la consideración y respeto debidos a su rango.

10.         Deben citar a los hermanos de sus columnas a Tenidas de Instrucción en las que se estudiarán: historia de la Masonería, el simbolismo y todo lo concerniente a la doctrina y filosofía del grado, debiendo informar mensualmente por escrito a la logia de sus actividades desarrolladas.

La joya del Primer Vigilante es un nivel de albañil, que simboliza la equidad que ha de guardar en sus pareceres, y es el símbolo de la igualdad masónica, a la cual están sujetos los más encumbrados y poderosos personajes, lo mismo que el más humilde de los iniciados y que no se distinguen por otro título que el de hermanos.


La joya del Segundo Vigilante es la perpendicular y recuerda a los Aprendices que deben esforzarse por superarse constantemente. Simboliza la rectitud que debe resplandecer en todos los actos y juicios de buen masón, y es también emblema de justicia y equidad que deben tener todos los fallos emanados de los tribunales Masónicos. Es costumbre en casi todas las logias que el Segundo Vigilante presida la Comisión de Justicia en su taller y el Primer Vigilante la de Cultura Masónica, Ritual y Simbolismo.

Los Vigilantes manejan el mallete como símbolo de autoridad.

Siempre que los Vigilantes estén en el pavimento, ya sea entre columnas o para formar la cadena de la unión, o en cualquier otra circunstancia, el Primer Vigilante debe estar al lado Sur, y el segundo Vigilante al lado Norte.

El  ORADOR

Es el Fiscal del Taller y su Cuarta Luz. Se sienta en el Oriente y a la izquierda del trono del venerable Maestro y algo más abajo, de modo que queda a la cabeza de la columna Sur. So joya es un libro abierto que representa su papel de Fiscal del taller, guardián y conservador de la aplicación de la Constitución, reglamentos generales de la orden y de los particulares del taller. Representa el heraldo de los antiguos misterios y simboliza a la palabra, o sea a la vida.

El cargo de Orador es el más difícil y delicado de todos, y sus funciones superan en algunos casos las del mismo Venerable Maestro y a criterio de de Luís Umbert Santos en su Manual Ortodoxo del Orador Masón: “El Orador puede ser comparado hasta cierto punto con el Ministerio Público de los Tribunales en el orden profano. Este, si no puede prevenir los abusos, puede cuando menos denunciarlos, detener y contrarrestar su acción”.

El Orador viene a ser el contrapeso del Venerable Maestro. Si el Orador posee un recto juicio y una sólida erudición, es muy difícil que un Venerable Maestro se equivoque o se exceda en sus funciones, y la logia no corre el peligro de estar sometida a una voluntad única; y la libertad, la igualdad y la fraternidad se encuentran garantizadas. “Desgraciados del taller que viera o sufriera al Venerable Maestro y al Orador coaligados en su contra”.(9)

Deberes

1.            Cuidar el cumplimiento de los reglamentos particulares de la logia.

2.            Como órgano oficial de la logia, en cualquier circunstancia, tanto en logia como fuera de ella, es el encargado de usar la palabra en nombre de ella.

3.            Tienen la obligación de cerciorarse, antes de abrirse los trabajos de que las cintas que están en la Biblia estén marcando los lugares debidos.(10) 

4.            Explicar a los iniciados y aumentados el simbolismo del grado.

5.            Presentar en las tenidas de posesión del venerable Maestro la memoria anual de los trabajos llevados a cabo en la logia.

6.            Pronunciar en las ceremonias fúnebres, discursos que recuerden los trabajos y servicios prestados a la Institución por los hermanos fallecidos.

Las principales cualidades de un Orador es el buen criterio. Este es preferible a la elocuencia, pues de nada sirve un Orador con una gran facilidad de palabra y que entusiasme a los hermanos con sus discursos, si sus conclusiones están erradas. Por eso se debe elegir para desempeñar el cargo de Orador a un hermano que piense y juzgue con sano criterio, y que sepa imponer y mantener la regularidad y la justicia.

Al término de todas las discusiones en los asuntos a tratarse el Orador debe dar sus conclusiones para que los hermanos se pronuncien a favor o en contra de ellas, por el signo de adhesión(11)

El Orador pide la palabra directamente al Venerable Maestro y éste se la debe conceder cuantas veces se la solicite. Pero para mantener la equidad y la justicia en los debates, el Orador no debe expresar su opinión personal en los mismos, para no influenciar a los hermanos debe simplemente mostrar las ventajas o desventajas de alguna proposición, y así sus palabras versarán sobre el asunto a tratarse, y no en pro o en contra del mismo. Terminada la discusión, hará un resumen, y dará sus conclusiones, que el taller aprueba o rechaza por medio del signo. Los que estén de acuerdo con sus conclusiones realizarán el signo de adhesión o asentimiento, y los que no estén de acuerdo, no lo hacen.

Después de las conclusiones del Orador no es lícita discusión alguna sobre el tema de las mismas. Por esta razón las conclusiones del Orador deben ser claras, cortas y convincentes para que los hermanos puedan votar con perfecto conocimiento de causa y plena convicción, pues una conclusión ampulosa y con palabras rebuscadas y sobre todo sin convicción crea confusión, quienes no quedan contentos con las conclusiones del Orador y además se sienten frustrados al no poder seguir debatiendo sobre el tema para pedir mayor aclaración, y sobre todo, como sucede generalmente que el Orador pide la aprobación o el voto favorable, y los hermanos se sienten vulnerados en sus derechos y víctimas de lo que creen una ley opresiva y autoritaria. Esto es lo que constituye generalmente el principio de las discordias en los talleres y la semilla de donde se forman las camarillas y incisiones en las logias. Porque lamentablemente hay muchos hermanos que piensan que las conclusiones del Orador se deben acatar sumisa y obligatoriamente. este es un grave error, pues los hermanos son completamente libres de aceptar o rechazar las conclusiones del Orador según lo que dicte su conciencia. (12)

El Orador es el encargado de dar instrucción sobre los símbolos de cada grado a los iniciados en sus ceremonias. Por tanto tiene la obligación de instruirse y estudiar a fondo sobre el simbolismo de cada grado, a fin de formarse un buen sistema de instrucción. Es preferible que en cada ocasión repita sus palabras a que busque variaciones en sus discursos, sin con esto pierde profundidad. Al Orador no se le pide palabras bellas sino conceptos claros. Debiera ser norma de todo Orador el decir unas palabras de instrucción sobre el simbolismo en cada tenida.

Es deber en tenidas agradecer la presencia de los hermanos visitadores y darles la bienvenida; también debe rendir homenaje según la ocasión y en los banquetes o reuniones de los hermanos es el indicado para ofrecer el brindis o hablar en nombre del taller.

El Orador es el encargado de celebrar con trozos de arquitectura todas las fiestas y las ceremonias fúnebres que realice la logia, y estas planchas deben enriquecer los archivos del taller. Si esta recomendación se cumpliera en todos los talleres, esta importante colección de discursos podría llegar a ser de inestimable valor para la investigación posterior de historiadores así como para la historia monumental y biográfica de la Orden.(13)

El primer cuidado del Orador debe encaminarse a adquirir un conocimiento profundo del corazón humano.

El Libro de Oradores de Timón recomienda: “Entrad en materia con sencillez y sacad nuestro exordio en forma natural del mismo tema de que se trata. No afectéis una falsa modestia ni un desdén soberbio. No seáis humilde ni altivo, sino veraz”. Y agrega luego: “Si el que os procedió fue grave, sed gracioso; si fue gracioso, vos sed grave. Pensad que no siempre es grato escuchar el mismo tono”.

Decálogo del Orador(14)

1.            Cumplir y observar que se cumplan las leyes, estatutos y reglamentos de la orden.
2.            Ejemplarizar los hechos legales a fin de sentar cátedra de cumplimiento.
3.            Fraternizar la exigencia en la observancia de los derechos de todos.
4.            Exigir el deber y las obligaciones para merecer el derecho.
5.            Ser imparcial en sus juicios para significar su cargo.
6.            La rectitud en sus conclusiones le harán digno de sus representados.
7.            El combate a la anarquía, a la dictadura y a la imposición, será el punto básico de su actuación.
8.            Criterio y buen juicio en sus resoluciones, le merecerá el respeto y estimación del pueblo masónico.
9.            Firmeza, seriedad y honradez en el desempeño de su delicada encomienda, será la divisa característica.
10.         El silencio de su opinión particular en los asuntos de logia, enaltecerá su actuación.

EL SECRETARIO

Es la Quinta Luz del Taller y se ubica a la derecha del venerable Maestro y frente al Orador. Es la cabeza de la columna del Norte. Su cargo es posiblemente el de mayor trabajo y el que más ingratitudes acarrea, pero del Secretario depende la imagen que las demás logias puedan tener sobre la de él. Es el oficial que trabaja más estrechamente en colaboración con el venerable Maestro para la buena marcha del taller.

Su joya son dos plumas de ave cruzadas que simbolizan su trabajo para trazar las planchas de arquitectura, y que, si con la una se equivoca, con la otra debe corregir los errores.

De Secretario dependen el orden y la regularidad de la logia en lo interior en el cumplimiento de los deberes constitucionales y de la correspondencia con la Gran Logia, y también del mantenimiento y desarrollo de las buenas relaciones que la unen con las demás logias de la Obediencia.

Su trabajo es intenso y debe estar siempre atento al desarrollo de las tenidas para consignar en acta la fidelidad de las mismas, pero al mismo tiempo debe saber resumir los temas, pero al mismo tiempo debe saber resumir los temas discutidos para no cansar a los hermanos con la lectura de actas largas y tediosas. A propósito de esto, se debe recomendar que la lectura de actas y correspondencia debe hacerse en voz alta, clara y amena, pues nada hay tan cansado como escuchar una lectura monótona, descuidada e imperfecta, que hace perder el interés en los que la escuchan.

La labor del secretario no termina con las tenidas, pues cuando los obreros, al final de ellas se retiran, allí comienza a poner en orden y preparar la correspondencia y las actas para la siguiente tenida. Como una acta no es un trabajo académico en el que se pueden verter nuevos conceptos y dar rienda suelta a la imaginación, el Secretario debe tener mucha habilidad y tacto para limitarse a hacer un extracto de la sesión, con un relato fiel y conciso, en términos que pueda será bien comprendida la síntesis de la misma, para que no pueda dar lugar a reclamaciones y rectificaciones.(15)

Deberes

1.            Asistir a todas las sesiones de la logia.
2.            Registrar en los libros respectivos los procedimientos de la logia.
3.            Llevar un registro de los miembros de la logia con numeración individual y correlativa y correspondiente a la asentada en los libros de la Gran Logia.
4.            Registrar por orden alfabético, lo de los rechazados, suspendidos, expulsados, y además rehabilitados por orden de la Gran Logia.
5.            Comunicar inmediatamente a la Gran Logia y a las logias de la jurisdicción, los nombres, edad, patria, ocupación, residencia y demás generales de todo candidato propuesto a la iniciación, filiaciones, regularizaciones. Pasarles igual aviso si fueren rechazados.
6.            Remitir mensualmente a la Gran Secretaría, el cuadro general con indicación de los iniciados, adelantados, exaltados, afiliados, regularizados, dimisionarios, muertos, suspendidos, expulsados, durante el lapso, con las respectivas fechas y circunstancias especiales de cada uno, adjuntando a la vez los correspondientes derechos que deberá de recabar el Tesorero.
7.            Comunicar anualmente a la Gran Secretaría el cuadro de los oficiales y la recopilación de los datos indicados en el párrafo anterior.
8.            Dirigir todas las comunicaciones que acuerde la logia, cuidando que las dirigidas a la Gran Logia lleven la firma del Venerable Maestro.
9.            Cuidar de los sellos y archivos de la logia.
10.         Llevar inventario de los muebles, enseres y demás propiedades de la logia.
11.         Certificar y sellar todo documento que salga de la logia y legalizar la firma del venerable Maestro.
12.         Es el fiel guardador de los secretos del  taller.(16)


Además es obligación del Secretario mantener el siguiente archivo:

1.            Un Libro de oro para archivar por orden cronológico los decretos y resoluciones de la Gran Logia y de su Gran Maestro.
2.            Un registro o Libro de Vida para inscribir a los miembros de la logia por orden de recepción, con datos respecto a edad, lugar de nacimiento, domicilio, patria, profesión, etc.
1.            Este registro debe ser firmado por los candidatos en la tenida de         iniciación o filiación.
2.            En la página correspondiente a cada hermano se anotará la fecha de su     iniciación, aumento de salario, exaltación, cargos desempeñados y todo acto meritorio que la logia acuerde consignar.
3.            Un archivo de actas filiadas para cada grado, donde se consignará la de todas los tenidas que celebre la logia.
4.            Un Libro de Presencia que se colocará en el vestíbulo exterior del templo, para la recepción de las firmas de los hermanos asistentes a las tenidas.
5.            Un Libro de Acuerdos en el que se anotará los que tome la logia y de carácter reglamentario, expresando loa fecha de la tenida en que han sido tomados.
6.            Un archivo para la correspondencia.

El Secretario en las iniciaciones a los distintos grados acompañará al venerable maestro hasta el Ara portando el cojín sobre el que está la espada con la que el venerable Maestro recibe y consagra a los recipiendarios.

TESORERO

Es la Sexta Luz del Taller en el orden jerárquico y tiene su puesto en la cabeza de la columna Sur, al lado del Orador.

Es el responsable de llevar y cuidar las finanzas del taller. Es el encargado de las recaudaciones de fondos y el que verifica los pagos. “Un buen Tesorero debe arreglar su documentación de manera que forme una perfecta estadística en la que consten todas las inscripciones y bajas que experimente el cuadro, con esta especificación de la fecha en que tuvo lugar el movimiento”(17)

Su joya son dos llaves cruzadas que representan el tesoro de la logia y simbolizan que con la una guarda los caudales de la logia, y con la otra su reputación.

Deberes

1.            Recibir todos los dineros de la logia.
2.            Llevar cuenta ordenada de ellos en correspondientes libros.
3.            Pagar los libramientos que acuerde la logia y con autorización del Venerable Maestro.
4.            Percibir todas las cotizaciones que deben pagar los hermanos y se hace responsable de ellos, si dejase pasas tres meses sin poner en conocimiento del taller quienes son los hermanos que se encuentra debiendo al tesoro.
5.            Bajo su responsabilidad deberá recabar los derechos correspondientes a la Gran Logia para que por su intermedio sean entregados al Gran Tesorero, recabando los correspondientes recibos para su descargo.

Además presentará cada trimestre el balance de la contabilidad de la logia para que sea examinado por la Comisión de Hacienda y una vez aprobadas las cuentas, el Tesorero tendrá derecho a un certificado que compruebe el fiel desempeño de su cargo.(18)

El tesorero debe ponerse en contacto con los candidatos a iniciaciones o aumentos de salario, o con sus padrinos, para que se pongan a cubierto con todas las obligaciones del tesoro, y no debe mostrar complacencia o condescendencia en estas obligaciones, sin el cumplimiento de las cuales no se puede dar paso a la ceremonia correspondiente.

Al comienzo de la gestión el Tesorero debe confeccionar el presupuesto del taller, el que se presentará a los estamentos correspondientes para su aprobación antes de la primera tenida ordinaria. Y al fin de la gestión presentará un balance general donde se pueda ver el movimiento económico de la logia durante el cumplimiento de su función. Es conveniente que tanto el presupuesto como el balance general se distribuyan por escrito a los hermanos del taller.

EXPERTOS

Son la Séptima Luz del Taller en su orden, y se sientan, el primero en la columna del Norte junto al Hospitalario y el segundo a la derecha del Primer Vigilante.

Sus funciones simbolizan la protección interna y externa que proporcionan para los trabajos en logia, al comprobar antes de abrir los trabajos si están a cubierto de la indiscreción de profanos o de hermanos de grado inferior al que se está trabajando. Llevan una vara en la mano derecho.

Las joyas son: en el Primer Experto un martillo; el segundo experto una llana de albañil o bailejo.

Deberes de los expertos

1.            Dispondrán lo necesario para las ceremonias
2.            Prepararán y guiarán a los candidatos hasta el momento que pasen a prestar su juramento.
3.            Cuidarán que los hermanos observen en sus columnas la debida compostura y que obedezcan las órdenes del Venerable Maestro  y de los hermanos Vigilantes.
4.            Circularán con los sacos de proposiciones y solidaridad.
5.            Impedirán la entrada al templo de todos los hermanos visitadores o de la logia que posean grado inferior al que se trabaja.

MAESTRO DE CEREMONIAS

Es el oficial de la logia encargado de advertir y de dirigir el ceremonial que debe observarse en los trabajos, fiestas, banquetes y demás ceremonias que se acostumbran en una logia.

El Maestro de Ceremonias deberá hacer un estudio profundo y concienzudo del simbolismo, de la doctrina y muy  especialmente de la liturgia, prácticas, usos, costumbres y ceremonias universalmente admitidas y practicadas en los distintos ritos y por las distintas potencias sobre la tierra.

El taller deberá consultarle siempre en todo lo que tenga relación con el ceremonial, puesto que los Maestros de Ceremonias son los especialmente encargados, tanto dentro como fuera del templo, de hacer los honores en nombre del mismo.(19)

El Maestro de Ceremonias se sienta en la columna del Sur, delante del tesorero y pide la palabra al primer Vigilante.

Su joya es dos reglas o dos bastones cruzados enlazados por una cinta y simboliza la rectitud con que debe dirigir las ceremonias ritualísticas que le ordene en venerable Maestro. Es interesante notar que según los ritos hay diferencias en las joyas del maestro de ceremonias. Así por ejemplo, se la describe como “un compás abierto con un sol entre sus ramas” (20)  O bien por una luna, cuyo significado es que así como la luna cambia en el firmamento, el Maestro de Ceremonias es el único funcionario en la logia que puede marchar por la derecha o por la izquierda, sin romper el orden establecido para andar por el templo. El Diccionario Enciclopédico de la Masonería la describe y presenta en sus ilustraciones con dos espadas cruzadas, mientras que para un experto dice que la joya son dos reglas enlazadas por una cinta, pero más adelante aclara que en otros rituales es al revés, como en el Escocés Antiguo y Aceptado.(21)

El Maestro de ceremonias lleva además como parte de su decoración un báculo en la mano izquierda.

Deberes

1.            Cumplir y hacer cumplir todo el ceremonial masónico.
2.            Invitar a los hermanos del taller y visitadores ya conocidos a pasar para la apertura de los trabajos del día, cuidando que los primeros estén con sus joyas respectivas y que todos ocupen el puesto que le corresponde.
3.            Retejer por orden del venerable Maestro a los hermanos visitadores que lo hagan.
4.            Cumplir con escrupulosidad todo lo que sea ordenado por el Venerable Maestro.
5.            Acompañar a las comisiones y visitadores desde su entrada al templo hasta que ocupen el lugar que les designe el Venerable maestro.
6.            En los banquetes cuidarán que tanto los oficiales como visitadores  y demás hermanos ocupen sus respectivos lugares.(22)

También tiene la obligación de cuidar de que el templo y sus ornamentos se hallen debidamente preparados antes de la tenida.

El Maestro de Ceremonias es también el encargado de hacer firmar las actas después de leídas por el Secretario y aprobadas por los presentes en la tenida, y debe hacer en este orden: Venerable Maestro, Primer Vigilante, segundo Vigilante, Orador,  y finalmente por el Secretario donde deposita  el acta y luego de verificar que éste firme, regresa a su sitio e informa al venerable Maestro que el acta ha sido suscrita.

También es el encargado de llevar los mensajes del o al Venerable maestro, cuando éstos no deben transmitirse por intermedio de los Vigilantes.

Como hábil Maestro debe portarse según las circunstancias, solícito, afectuosos o simplemente atento y cortés.

Como en logia casi nunca recibe más órdenes que del Venerable Maestro, jamás debe perder de vista al Oriente, para que con una sencilla mirada o signo del Venerable Maestro pueda acudir a ejecutar sus órdenes inmediatamente.

Recomendaciones para el ceremonial

Al abrirse los trabajos en la logia el Maestro de Ceremonias es el encargado de encender las luces correspondientes al grado en que se trabaja, exhibir la Carta Constitutiva y abrir el Libro, aunque en algunos Orientes señalan a los diáconos como encargados de abrir los Libros y Pasajes en la parte correspondiente. Al cerrarse los trabajos debe apagar las luces, dar vuelta la carta y cerrar el libro; después recoger las joyas y ornamentos para guardarlos.

En muchas logias acostumbra el Maestro de Ceremonias para abrir y cerrar el Libro del Primer Grado arrodillarse con la izquierda sobre el cojín, formando un compás, mientras que con la pierna derecha forma una escuadra y el Libro Sagrado abriendo en el Evangelio de San Juan y la escuadra estará sobre el compás.

En Segundo Grado se arrodilla sobre la derecha formando un compás y con la pierna izquierda forma una escuadra y el libro abre en Amós 7:7, y la escuadra y el compás estarán entrecruzados con la pierna izquierda del compás sobre el brazo derecho de la escuadra.

En el Tercer Grado se arrodilla sobre ambas piernas y el Libro en el Cantar de los Cantares de Salomón, y el compás estará sobre la escuadra.

Estas posiciones recuerdan las del juramento de cada grado.

En algunos rituales se abre en cualquier página al azar, porque como en todo el Libro representa la ley, cualquier página es buena para ser abierta sobre el ara. También podemos mencionar que en otras logias se acostumbra a poner sobre el ara la Constitución Política del país, en vez de la Biblia, para representar al Libro de la Ley, esto sucede generalmente en México y Francia. En otras logias existe el Libro Blanco, para quienes se declaran librepensadores o practican otro religión que no sea la que utiliza la Biblia como su Libro Sagrado y de esta manera testimonian la universalidad de dogmas de la Masonería.

El Maestro de Ceremonias debe siempre tener el báculo en la mano izquierda para circular por la logia, incluso para hacer firmar las actas, pues el báculo es parte importante de su decoración y es el símbolo de su cargo conjuntamente con la joya.

Cuando el Maestro de Ceremonias juntamente con los expertos deben escoltar a algún hermano o a una delegación, o a la insignia patria  entre columnas, el Maestro de Ceremonias debe colocarse  a la izquierda, del lado de la columna B, y los expertos atrás. En general, siempre que hermanos estén entre columnas, o frente al Ara, en el pavimento, el de mayor jerarquía se colocará a la derecha, y el otro a la izquierda; y si son varios hermanos que estén entre columnas, el de mayor jerarquía se colocará al centro, y los otros se colocarán alternativamente según su rango, uno a la derecha y otro a la izquierda del principal que estará al centro.

Cuando el Maestro de Ceremonias deba conducir al Oriente a las delegaciones visitantes, si estas vienen solamente acompañadas por el presidente de la delegación, lo conducirá tomándolo con la mano derecha el brazo izquierdo o de la mano izquierda; pero si además están el Venerable maestro o los Ex Venerables Maestros entonces el maestro de ceremonias invitará con un gesto de la mano derecha a que los hermanos se dirijan a Oriente y los escoltará sin tomar del brazo a ninguno de ellos.

Pata las tenidas de iniciación o aumento de salario, debe tener preparado todos los elementos necesarios para el desarrollo de las mismas, con la anticipación suficiente que la solemnidad de la ceremonia requiere. Y en los banquetes, el Maestro de ceremonias es el encargado de ubicar a los hermanos en los puestos que les corresponde de acuerdo al cargo que ocupan o a la jerarquía que tienen.

Cuando el maestro de Ceremonias y los Expertos ingresan conduciendo a las delegaciones que acompañan a la Gran Logia, el Maestro de Ceremonias entra encabezando la columna del Norte, el Primer Experto encabezando la columna del Sur.

Cuando el Gran Maestro se presenta a visitar una logia, el Maestro de Ceremonias y los Expertos salen a recibir al vestíbulo exterior y lo introducen bajo la Bóveda de Acero y al batir de malletes del Venerable Maestro y de los Vigilantes, después del saludo el Venerable Maestro bajará hasta el pavimento y le dirigirá una breve alocución de bienvenida y le ofrecerá el mallete para que dirija los trabajos, y les conducirá hasta el Oriente. Al retirarse el Gran Maestro se le tributará los mismos honores que a su llegada. Todos los hermanos deberán estar en pie y al orden en ambos casos. Iguales honores recibirán el Soberano Gran Comendador del Supremo Consejo, el Diputado Gran Maestro, los grandes dignatarios de la Orden, los miembros del Supremo Consejo del Grado 33; siempre que vengan revestidos con las insignias de su grado, pero a ellos no se les ofrecerá el mallete. Serán recibidos de pie y al orden y conducidos al Oriente, los siguientes hermanos: Los Venerables Maestros de las logias de la Obediencia  y de la Correspondencia; el Venerable Maestro cuando llega a las tenidas después de abiertos los trabajos; los Ex Venerables Maestros y Miembros Honorarios; el Maestro que preside una comisión; los hermanos de grado 30º, 31º y 32º, siempre que se presenten con sus insignias que les corresponden; el hermano Diputado representante de la Gran Logia.

También serán conducidos de pie y al orden y conducidos a sus puestos y columnas cuando llegan a la tenida después de abiertos los trabajos, todos los hermanos que son Luces del Taller; también los hermanos de los grados 4º al 29º inclusive, siempre que se presenten con las insignias de su grado, y se los conducirá a la cabecera de la columna Sur.

Fuera de los honores prescritos, los Venerables Maestros de las logias podrán tributar a los hermanos visitadores los honores que juzguen convenientes, de acuerdo a su jerarquía.

Cuando el Gran Maestro ya está en el templo, no se rendirán honores a ningún otro hermano con la única excepción del Soberano Gran Comendador. Cuando el Gran Maestro y el Soberano Gran Comendador se presentaren simultáneamente a visitar una logia, el Venerable Maestro dispondrá que sea recibido primero el Soberano Gran Comendador y luego el Gran Maestro.

Cuando el Gran Maestro se presente a visitar una logia, se deben suspender todos los trabajos, incluso la lectura del acta y se lo debe recibir con los honores correspondientes.

Al formar la Cadena de la Unión  en muchas logias del rito se prescribe que el brazo derecho debe cruzarse por encima del izquierdo, y el orden en que deben situarse es el siguiente: El Venerable Maestro al Oriente,  los Vigilantes al Occidente y juntos, salvo algún hermano reciba un grado, en cuyo caso éste se coloca entre los dos Vigilantes; el Primer Vigilante estará siempre del lado Sur y el Segundo Vigilante del lado Norte; el Maestro de Ceremonias se coloca al lado del Primer Vigilante y anuncia al Venerable Maestro que la cadena está cerrada; los demás hermanos se colocan frente a sus puestos hasta cerrar la cadena. Cuando hay más hermanos en una columna que en la otra, se acostumbra a que algunos de ellos pasen a equilibrar la columna del menor número. En otras logias el venerable Maestro al formar la cadena no cruza los brazos sino que los extiende porque irradia luz.

El cargo del Maestro de Ceremonias es uno de los más hermosos y el que más lucimiento da un taller, cuando está correctamente desempeñado, y para esto es necesario que el hermano que lo ocupe estudie a fondo el ritual y dirija el ceremonial con toda solemnidad.

HOSPITALARIO

Es el hermano encargado de visitar, cuidar y socorrer a los miembros del taller y aún a los profanos que el taller le encargue. De la acertada elección del Hospitalario depende que el fin filantrópico que enaltece a la Masonería no quede desvirtuado por falta de tacto o por negligencia en sus funciones.

El Hospitalario se sienta a la cabeza de la columna del Norte, a la derecha del Secretario y frente del tesorero, y para hablar pide la palabra al Primer Vigilante. Su joya es una mano abierta o una arpa, símbolo de socorro y fraternidad.

Obligaciones

1.            Es el encargado de mantener contacto con los hermanos o sus familiares
2.            Visitará y asistirá a los hermanos enfermos o en desgracia e informará a los demás hermanos sobre estos infortunios.
3.            Igualmente debe cumplir los encargos del Venerable Maestro siempre que sean inherentes a su cargo.

En muchas logias, el Hospitalario es el responsable por los fondos que recibe del Saco de Pobres y cuyos fondos son totalmente independientes  de los del tesorero, y están destinados exclusivamente al socorro de los necesitados y a obras de beneficencia, y no pueden dedicarse a otro objeto bajo ningún pretexto.

El Hospitalario lleva un registro de los hermanos a quienes ayuda, pero éste no debe dar a conocer al taller, sino únicamente a las tres primeras luces del mismo.

La idea del tronco de Pobres nació en la Masonería Operativa, en la que se llamaba el saco de la Viuda, y que corría entre los miembros de la logia cuando algún hermano fallecía, para entregar esa recaudación a la viuda y así aliviar siquiera en parte su aflictiva situación. En la Masonería Especulativa se le llama el tronco de Pobres, porque su producto sirve para obras filantrópicas y se recomienda  a los hermanos meter la mano cerrada en el saco, abrirla dentro del saco, y luego retirar la mano cerrada del saco, porque así, en un acto de humildad, nadie sabe cuando ha depositado un hermano, y además da la oportunidad de que si un hermano esta necesitado, pueda retirar del saco el dinero que le aliviará sin sentirse avergonzado ante sus hermanos.

GUARDA TEMPLO INTERIOR

Es el hermano encargado de vigilar la seguridad interna del taller mientras los hermanos se entregan a los trabajos. Su función es anunciar al Primer Vigilante el ingreso de los hermanos al taller y cuidar que estén debidamente vestidos con sus respectivas insignias y decoraciones del grado.

El Guarda templo Interior no debe permitir la entrada al templo de los hermanos en los siguientes casos:

1.            Cuando se lee el  acta.
2.            Cuando el hermano Orador da sus conclusiones.
3.            Cuando el Venerable Maestro resume las discusiones y fija las proposiciones.
4.            Cuando se realiza una votación o su correspondiente escrutinio.
5.            Cuando se desarrollan las ceremonias de iniciación, aumento de salario y Exaltación.
6.            Cuando la logia se encuentra ocupada en trabajos que exigen silencio y atención.

Sin embargo cuando el Gran Maestro se presenta a las puertas del templo, el Guarda Templo Interior previo aviso del Guarda templo Exterior debe interrumpir la tenida y anunciarlo, y el venerable Maestro suspende momentáneamente los trabajos y lo recibe con los honores correspondientes.

Para anunciar que llaman a las puertas del templo, el Guarda templo Interior debe pararse entre columnas y poner a la orden.

En las ceremonias de iniciación, aumento de salario y exaltación debe estar siempre presto a ayudar a los Expertos para que se desarrolle de la mejor manera y con solemnidad dichas ceremonias.

Su joya es dos espadas cruzadas que simboliza la seguridad para el desarrollo de los trabajos a cubierto de oídos indiscretos. Siempre debe portar en su mano izquierda la espada.

GUARDA TEMPLO EXTERIOR

Cumple las mismas funciones del Guarda templo Interno pero desde el exterior del taller, comunicándole al Guarda Templo Interno sobre el ingreso de los hermanos y visitadores al interior del templo, mediante tres golpes a la puerta.

Sus funciones primordiales son comprobar que la logia esté a cubierto y acompañar al Maestro de Ceremonias a revisar el parvis del templo.

Cuando existen visitadores que no conozca la logia o que lleguen por primera vez debe revisar la documentación y anunciarlos a la puerta del templo. También acompañar al reteje correspondiente al maestro de Ceremonias o el oficial que haya dispuesto el venerable Maestro.

Su joya es una espada.

De acuerdo a la ritualidad debe permanecer durante la tenida cuidando el exterior del templo, pero se ha hecho norma que esté en su interior junto al Guarda templo Interior y piden la palabra al Primer Vigilante.

NOTAS

1)    Diccionario Enciclopédico de la Masonería; Lorenzo Frau Abrines y Rosendo Arús Arderiu, México, 1995.
2)    Diccionario Enciclopédico de la Masonería; Lorenzo Frau Abrines y Rosendo Arús Arderiu, México, 1995.
3)    Estatutos Codificados el 25 de enero de 1965 e:.v:. en vigencia de la Gran Logia de Ecuador.
4)    Diccionario Enciclopédico de la Masonería; Lorenzo Frau Abrines y Rosendo Arús Arderiu, México, 1995.
5)    Guía del Maestro Masón; Luis Umbert Santos, México, 1988.
6)    Guía del Maestro Masón; Luis Umbert Santos, México, 1988.
7)    Estatutos Codificados el 25 de enero de 1965 e:.v:. en vigencia de la Gran Logia de Ecuador.
8)    Estatutos Codificados el 25 de enero de 1965 e:.v:. en vigencia de la Gran Logia de Ecuador.
9)    Lo que debe saber el Orador,  Editorial Menphis, México, 1991.
10) Estatutos Codificados el 25 de enero de 1965 e:.v:. en vigencia de la Gran Logia de Ecuador.
11)  Cfr. Manuel Ortodoxo del Orador Masón, Luis Umbert Santos, Editorial Pax, México, 1988
12)  Diccionario Enciclopédico de la Masonería; Lorenzo Frau Abrines y Rosendo Arús Arderiu, México, 1995.
13) Cfr. Lo que debe saber el Orador, Editorial Menphis, México, 1991.
14) Cfr. Lo que debe saber el Orador, Editorial Menphis, México, 1991.
15) Diccionario Enciclopédico de la Masonería; Lorenzo Frau Abrines y Rosendo Arús Arderiu, México, 1995.
16) Estatutos Codificados el 25 de enero de 1965 e:.v:. en vigencia de la Gran Logia de Ecuador.
17) Diccionario Enciclopédico de la Masonería; Lorenzo Frau Abrines y Rosendo Arús Arderiu, México, 1995.
18) Estatutos Codificados el 25 de enero de 1965 e:.v:. en vigencia de la Gran Logia de Ecuador.
19) Diccionario Enciclopédico de la Masonería; Lorenzo Frau Abrines y Rosendo Arús Arderiu, México, 1995.
20) Cfr. Los 27 temas del maestro masón, Adolfo Torrones Benítez y Alonso León García González, Editorial Aries, México.
21) Diccionario Enciclopédico de la Masonería; Lorenzo Frau Abrines y Rosendo Arús Arderiu, México, 1995.
22) Estatutos Codificados el 25 de enero de 1965 e:.v:. en vigencia de la Gran Logia de Ecuador.







 

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