VICTOR MANUEL GUZMAN VILLENA
El libro titulado El Asno de Oro, tiene una importancia valiosa para
entender el culto mistérico de Isis, la religión que disputó al cristianismo y
al culto de Mitra, la supremacía religiosa del Imperio romano. Probablemente escrita durante la madurez de
Apuleyo, representa el viaje alegórico del alma desde su caída al cuerpo del
hombre hasta su liberación, después de las tribulaciones de la vida cotidiana.
Aparentemente el libro es la historia de un joven griego llamado Lucio que
estando de invitado en casa de un amigo cuya mujer es maga, quiere experimentar
la emoción de transformarse en pájaro. Esta, sin embargo se equivoca con el
ungüento y lo transforma en asno, aunque conserva intactos el intelecto y la
conciencia. Al ser irreconocible, puede observar lo que hacen los hombres y
tomar nota de todos los comportamientos increíbles y desconcertantes. Después
de muchas peripecias, consigue volver a ser hombre gracias a la intervención de
la diosa Isis y a la iniciación en sus misterios.
También se encuadra en la narración varias
historias, que son alegorías de los ritos de iniciación. La más conocida y
hermosa es la de Amor y Psique, una representación dramática de la iniciación
del alma (Psique) a los misterios de Isis, a través de sus sufrimientos
amorosos.
La fábula describe todo el proceso iniciático,
no de forma explícita sino comprensible del mundo isiaco. En esta clave de
lectura, Psique es el adepto (mista) que quiere ser iniciado a los misterios de
la diosa egipcia Isis.
Eros, el amante, en el Egipto helenístico
recibe el nombre de Arpócrates y corresponde a Horus, hijo de Isis. El objetivo
de su descenso es devolver al alma, mediante un vínculo sentimental con la
divinidad, el deseo de estar de nuevo en el lugar celeste de donde ha caído.
Las bodas de las que habla el oráculo serán
bodas de muerte: la iniciación es matrimonio y muerte. También
es típico que anuncios de este tipo se
produzcan a través de un sueño o de un oráculo. La exigencia de secreto de Amor
corresponde a la que se pide siempre al iniciado que ha de jurar no revelar el
secreto ni sus familias o miembros. Si viola el juramento, se aleja del camino
hacia la divinidad y para recuperarlo debe superar pruebas difíciles y largas
peregrinaciones.
El ingrediente de la narración que tiene un
gran valor simbólico es la escena de la lámpara que representa la relación
entre el adepto y la posibilidad de acceder a una visión real del dios. El
encuentro con lo divino es, por una parte maravilloso, pero, por otra, tiene
una breve duración. El iniciado quizás ha visto la cabeza de dios en el templo,
pero ahora debe volver a la vida de todos los días.
Otro elemento iniciático simbolizado en la
fábula es el baño ritual, correspondiente al bautizo: Psique se arroja al río
con la intención de morir. Así, el iniciado muere en el pecado, para renacer
renovado. El agua aparece a menudo en las ceremonias de la iniciación: una de
las muchas pruebas es la búsqueda del agua de la vida, que mana de la fuente de
Estige (que estaría situado a la altura de las primeras cataratas del río Nilo)
y que se recuerda simbólicamente bebiendo agua de un punto concreto del templo.
Las fábulas y la anécdotas se intercalan en el
texto y encuentran su justificación en la última parte de la narración, en el
libro XI, que representa, esta vez, de manera explícita, los ritos de
iniciación del protagonista al culto de Isis. Entonces se ve claramente que
todo el libro no es más que una alegoría del paso de la vida del no iniciado a
la vida del iniciado, que encuentra en los misterios de Isis el camino hacia la
liberación de la condición de inferioridad y el paso a un mayor conocimiento.
El libro XI es la parte más importante de la obra
porque en él se describe una ceremonia isiaca tal como tenía lugar en el siglo
II d. de C., lo cual es un ejemplo completo y único en el mundo antiguo. El
interés de este último capítulo reside en el hecho de que se muestra
expresamente cómo estaba estructurada la gran fiesta de Isis y cómo, dentro de
ella, aparecían claramente los elementos iniciáticos: Lucio, que a causa de la
transformación de bestia a ser humano resucita gracias a la intervención de
Isis, es invitado a entrar en la orden a
convertirse en un fiel de las religión de lsis, primero, y de Osiris, después.
En el recorrido de cualquier rito iniciático:
el hombre antiguo necesita morir para nacer como hombre nuevo.
Aceptando las nuevas reglas impuestas y las
enseñanzas de los iniciadores, la persona que se somete a la ceremonia se
desprende de la piel vieja (la del asno), cargada de culpas y de pecados, y se
viste de una nueva, igual ocurre en las fraternidades iniciáticas
contemporáneas, cuando el nuevo iniciado es investido con una nueva
indumentaria y con la espada es recibido como nuevo miembro, esto es un signo
de renovación de su espíritu, que a partir de ese momento está protegido por
los símbolos de la orden.
LA FABULA DEL AMOR Y
PSIQUE
Psique es una doncella a la que
todos consideran más bella que la propia diosa Venus. Ésta, envidiosa
encarga a
su hijo Eros (Amor) que haga que se enamore
de Psique, pero Eros al verle se enamora de ella.
Como nadie quiere casarse con Psique, sus padres, obedeciendo a la respuesta del oráculo, la llevan a una alta montaña para entregarle en matrimonio a un monstruo terrorífico. Al llegar allí, es llevada a un palacio maravilloso, donde se encuentra con su esposo, que la visita cada noche, pero ella tiene la prohibición de verle el rostro.
Las hermanas de Psique, celosas
de su suerte, la convencen para que descubra la identidad del esposo
misterioso. Entonces, mientras este duerme, Psique lo ilumina con la lámpara y
la observa embelesada. El marido resulta ser Eros, dios del Amor. Mientras lo
mira, una gota de aceite hirviendo de la lámpara cae sobre su piel. El dios se
despierta, se da cuenta de que psique no ha cumplido con su palabra y huye
hacia el cielo, abandonándola.
Presa de dolor, la muchacha se
tira al río, pero éste no acepta su muerte y la devuelve a la orilla. Allí
encuentra al dios Pan, que la anima a ponerse en busca de su Amor.
A lo largo de esta empresa,
Psique deberá superar muchas pruebas y se vengará de sus hermanas, hasta que
por fin podrá estar de nuevo en los brazos de Amor, que la conducirá al cielo
para compartir la suerte de los dioses.
EL LIBRO XI DE LAS METAMORFOSIS
Escapando de su cautiverio, el asno Lucio llega a las
orillas del mar y suplica a la diosa, llamándola Regina Coeli, reina del cielo,
que le deje ser de nuevo un humano o, si no se le concede, por lo menos que le
permita morir.
Al oír sus invocaciones, emerge
del mar una divinidad de aspecto maravilloso: largos cabellos rizados, una corona
de flores en la cabeza, un disco luminoso en la frente. A la izquierda y
derecha, dos víboras la escoltan. detrás de su figura, hay un fondo de espigas.
Viste una túnica de colores tornasoles y está envuelta en un precioso manto
negro repuntado de estrellas, con una luna luminosa en el centro, bordado con
una guirnalda de flores y frutos. En la mano derecha lleva el sistro de bronce
que, si lo hace sonar tres veces emite un sonido argénteo, y con la izquierda
sostiene una lámpara de oro. Sus pies están calzados con hojas de palma.
La diosa misteriosa se presenta y
dice que se ha manifestado en respuesta a sus súplicas. Es la madre del
universo, señora de todos los elementos, el origen primero de los siglos, la
más grande entre los dioses: los frigios la llaman madre de los dioses; los
áticos, Minerva Checropia; los chipriotas, Venus de Pafo; los cretenses, Diana;
los sicilianos, Proserpina Estigia, pero los etíopes y los egipcios son los
únicos que la veneran y la llaman por su nombre verdadero: Isis Regina. Y da a
Lucio las instrucciones que debe seguir para encontrar la salvación.
Al día siguiente tendrá lugar la
gran fiesta de Isis, Lucio deberá participar en ella en pureza total. El
sacerdote llevará en la mano derecha, en torno al sistro, una corona de rosas.
Lucio deberá abrirse camino entre la multitud, acercarse al sacerdote y comer
las rosas. De este modo se convertirá nuevamente en un ser humano. A cambios,
la diosa pide a Lucio devoción total hasta el final de sus días.
Lucio, cuando el alba anuncia un
día maravilloso, se da cuenta de que un cortejo religioso se está
aproximando.
El cortejo está formado por varios grupos de personas. El primero, no
religioso, recuerda a un carnaval por los disfraces de los participantes: Luego
está la parte más propiamente religiosa: mujeres vestidas con ropa clara y
guirnaldas primaverales que arrojan flores por el camino. Otras mujeres llevan
espejos brillantes colgados de la espalda y otras esparcen perfumes. Muchos de
los que participan en la ceremonia sostienen lámparas, antorchas y velas,
indicando que Isis, en tanto que madre de las estrellas que están en el cielo,
encuentra en la luz su elemento natural y más verdadero.
El cortejo sigue con los músicos
y los iniciados, hombres y mujeres vestidos con ropa de lino claro, que llevan
sistros de oro, plata y bronce.
Seguidamente llegan los
sacerdotes con los objetos de culto, una lámpara, un altar, un palmón, el
caduceo de Mercurio y una copa para las libaciones.
Primero se muestra Anubis, con el
caduceo en la izquierda y un palmón en la derecha, luego una ternera
(simbolizando la fecundidad de la diosa), un sacerdote con la cesta mística que
contiene los símbolos misteriosos del culto y, finalmente, otro sacerdote que
lleva símbolos de la diosa, hecho en oro resplandeciente. Es una especie de
urna de pequeñas dimensiones, de base circular y con representaciones egipcias
con una abertura puntiaguda. El asa está envuelta por una serpiente espiral que
yergue el cuello.
Ha llegado por fin el momento
mágico en que Lucio dejará de ser un asno y se convertirá en hombre. Aparece el
sacerdote que lleva en la mano el sistro y la corona de rosas espléndidas.
Lucio avanza lentamente hacia él y devora las flores perfumadas. La escena de
la transformación, un acto de magia propiamente dicho, impresiona a la gente,
que se postra en adoración por esta intervención maravillosa de la diosa. El
sacerdote hace vestir a Lucio para ocultar su desnudez y la anuncia que la
diosa, la única capaz de desligarlo de sus cadenas, lo ha rescatado. Si Lucio
desea recibir todavía más protección por parte de Isis, deberá iniciarse en sus
misterios. Después de un sueño profético y de las pruebas patentes de la
atención de la diosa. Lucio decide iniciarse, aunque será la diosa quien
determine el día. Mientras tanto él deberá mantenerse alejado tanto de exceso
de celo como de la indisciplina y deberá abstenerse de ciertas comidas.
Cuando llega el día establecido,
el gran sacerdote lo acompaña delante de la gran puerta del templo, celebra
la
ceremonia de abertura, realiza los rituales de la mañana y toma de la celda más
secreta unos libros escritos con caracteres desconocidos, de los que lee a
Lucio las instrucciones para la iniciación. Seguidamente lo llevan a los baños,
donde recibe el agua sagrada y vuelve para arrodillarse a los pies de la diosa,
la cual le transmite una enseñanza
secreta.
Durante diez días no puede tomar
determinados alimentos y bebidas. El décimo día, al anochecer, llega gente de
todas partes que le rinden homenaje ofreciéndole regalos. Luego, una vez que se
han marchado los profanos, es cubierto con un vestido de lino y conducido ante
el sacerdote que le estrecha la mano y lo lleva a la parte más interna del Sanctum
Sanctorum.
La analogía es clara: del mismo modo
que Anubis lleva de la mano al difunto a la sala de Osiris, el sacerdote lleva
de la mano a Lucio a la parte más sagrada del templo. Por la mañana, una vez concluida
la noche sagrada, sobre la que Apuleyo anuncia no querer revelar nada, Lucio,
vestido espléndidamente, con una corona de palma en la cabeza y una antorcha en
la mano izquierda, es invitado a subir los tres escalones hasta alcanzar el
podio para que todos los presentes puedan admirarlo. Todo termina con un gran
ágape.
Al cabo de un año, Lucio tiene
una nueva y extraña visión: la diosa se le aparece en sueños y le habla de una
nueva iniciación y consagración. Después de meditarlo, entiende que la nueva
iniciación es la de los misterios de Osiris.
A partir de las visiones, Lucio,
que vive en un estado de pobreza, decide vender una gran parte de sus
vestimentas para obtener todo lo necesario para la iniciación. Pero nuevamente,
sin que haya transcurrido mucho tiempo, los dioses le manifiestan, incitándole
a una tercera iniciación. Esto le deja muy perplejo, porque
está convencido de haber obtenido ya la consagración definitiva, pero un nuevo
sueño le aclara las dudas: el hecho de ser iniciado varias veces debe ser
motivo de alegría, porque los demás a duras penas lo son una vez.
El simbolismo del tres (en Egipto
antiguo, es la forma para indicar el plural, es decir, todos) debería
garantizarle que su felicidad durará para siempre.
Después de su tercera iniciación,
Lucio, habiendo obtenido el favor del más grande de todos los dioses, Osiris,
pasa a ser uno de los sacerdotes, y más tarde es elegido al cargo sacerdotal
máximo del culto de Isis.
Felicitaciones por el contenido del blog. Muy interesante e interpretativo para el conocimiento de lo que siempre estuvo oculto. Refrente al Asno de Oro, siempre lo he considerado como uno de los mejores que se han escrito. Constituye un clásico y su interpretación simbólica que ha realizado encierra mucha sabiduría y conocimiento.
ResponderEliminarCarlos Chávez Proaño
Lima-Perú, 16 de septiembre del 2014
Querido Hermano felicitaciones por los textos relacionados al libro de Apuleyo, El Asno de oro. Un libro de referencia sobre los acontecimientos de la historia de la humanidad, en sus comienzos.
ResponderEliminarFernando Hidalgo Morales
México DF, 16 de septiembre del 2014
Maravillosa alegoría de un gran texto.
ResponderEliminarIngrid Salvatere Obando
Bogotá-Colombia, 16 de septiembre del 2014
Es la primera vez que leo una interpretación nueva sobre las fábulas de Apuleyo que están condesadas en la novela El Asno de Oro. Felicitaciones y me siento halagada de ser amiga de un hombre lleno de sabiduría.
ResponderEliminarAdela Melisa Biagioli
mar del Plata- Argentina, 17 de septiembre del 2014
Muy buen trazado Q:. H:. su lectura constituye una cátedra para el conocimiento que ha estado oculto por miles de años. Nos desvela las claves del desarrollo de la civilización actual.
ResponderEliminarMario Castro Guerrero
Santiago de Chile
19 de septiembre del 2014
Víctor Manuel con los contenidos del blog nos haces saber las distintas vertientes que enriquecen el pensamiento humano. Resalto el actual trabajo: El Asno de Oro,obra magnifica para valorar la historia de una época donde el humano se desarrollo hasta llegar a los actuales estados.
ResponderEliminarPatricia Mera Núñez
Popayán-Colombia, 19 de septiembre del 2014
El Asno de Oro una obra magnifica sobre los acontecimientos de la historia de la Humanidad en sus comienzos. Felicitaciones Victor Manuel y gracias por ilustrarnos con tus conocimientos.
ResponderEliminarTe admiro siempre
Hipatia