martes, 2 de septiembre de 2014

EL GRAN VALOR SIMBOLICO DEL ASNO DE ORO


VICTOR MANUEL GUZMAN VILLENA

El libro titulado El Asno de Oro, tiene una importancia valiosa para entender el culto mistérico de Isis, la religión que disputó al cristianismo y al culto de Mitra, la supremacía religiosa del Imperio romano. Probablemente escrita durante la madurez de Apuleyo, representa el viaje alegórico del alma desde su caída al cuerpo del hombre hasta su liberación, después de las tribulaciones de la vida cotidiana.

Aparentemente el libro es la historia de un joven griego llamado Lucio que estando de invitado en casa de un amigo cuya mujer es maga, quiere experimentar la emoción de transformarse en pájaro. Esta, sin embargo se equivoca con el ungüento y lo transforma en asno, aunque conserva intactos el intelecto y la conciencia. Al ser irreconocible, puede observar lo que hacen los hombres y tomar nota de todos los comportamientos increíbles y desconcertantes. Después de muchas peripecias, consigue volver a ser hombre gracias a la intervención de la diosa Isis y a la iniciación en sus misterios.

También se encuadra en la narración varias historias, que son alegorías de los ritos de iniciación. La más conocida y hermosa es la de Amor y Psique, una representación dramática de la iniciación del alma (Psique) a los misterios de Isis, a través de sus sufrimientos amorosos.

La fábula describe todo el proceso iniciático, no de forma explícita sino comprensible del mundo isiaco. En esta clave de lectura, Psique es el adepto (mista) que quiere ser iniciado a los misterios de la diosa egipcia Isis.

Eros, el amante, en el Egipto helenístico recibe el nombre de Arpócrates y corresponde a Horus, hijo de Isis. El objetivo de su descenso es devolver al alma, mediante un vínculo sentimental con la divinidad, el deseo de estar de nuevo en el lugar celeste de donde ha caído.

Las bodas de las que habla el oráculo serán bodas de muerte: la iniciación es matrimonio y muerte. También
es típico que anuncios de este tipo se produzcan a través de un sueño o de un oráculo. La exigencia de secreto de Amor corresponde a la que se pide siempre al iniciado que ha de jurar no revelar el secreto ni sus familias o miembros. Si viola el juramento, se aleja del camino hacia la divinidad y para recuperarlo debe superar pruebas difíciles y largas peregrinaciones.

El ingrediente de la narración que tiene un gran valor simbólico es la escena de la lámpara que representa la relación entre el adepto y la posibilidad de acceder a una visión real del dios. El encuentro con lo divino es, por una parte maravilloso, pero, por otra, tiene una breve duración. El iniciado quizás ha visto la cabeza de dios en el templo, pero ahora debe volver a la vida de todos los días.

Otro elemento iniciático simbolizado en la fábula es el baño ritual, correspondiente al bautizo: Psique se arroja al río con la intención de morir. Así, el iniciado muere en el pecado, para renacer renovado. El agua aparece a menudo en las ceremonias de la iniciación: una de las muchas pruebas es la búsqueda del agua de la vida, que mana de la fuente de Estige (que estaría situado a la altura de las primeras cataratas del río Nilo) y que se recuerda simbólicamente bebiendo agua de un punto concreto del templo.

Las fábulas y la anécdotas se intercalan en el texto y encuentran su justificación en la última parte de la narración, en el libro XI, que representa, esta vez, de manera explícita, los ritos de iniciación del protagonista al culto de Isis. Entonces se ve claramente que todo el libro no es más que una alegoría del paso de la vida del no iniciado a la vida del iniciado, que encuentra en los misterios de Isis el camino hacia la liberación de la condición de inferioridad y el paso a un mayor conocimiento.

El libro  XI es la parte más importante de la obra porque en él se describe una ceremonia isiaca tal como tenía lugar en el siglo II d. de C., lo cual es un ejemplo completo y único en el mundo antiguo. El interés de este último capítulo reside en el hecho de que se muestra expresamente cómo estaba estructurada la gran fiesta de Isis y cómo, dentro de ella, aparecían claramente los elementos iniciáticos: Lucio, que a causa de la transformación de bestia a ser humano resucita gracias a la intervención de Isis, es invitado a entrar en la orden  a convertirse en un fiel de las religión de lsis, primero, y de Osiris, después.

En el recorrido de cualquier rito iniciático: el hombre antiguo necesita morir para nacer como hombre nuevo.
Aceptando las nuevas reglas impuestas y las enseñanzas de los iniciadores, la persona que se somete a la ceremonia se desprende de la piel vieja (la del asno), cargada de culpas y de pecados, y se viste de una nueva, igual ocurre en las fraternidades iniciáticas contemporáneas, cuando el nuevo iniciado es investido con una nueva indumentaria y con la espada es recibido como nuevo miembro, esto es un signo de renovación de su espíritu, que a partir de ese momento está protegido por los símbolos de la orden.

LA FABULA DEL AMOR Y PSIQUE

Psique es una doncella a la que todos consideran más bella que la propia diosa Venus. Ésta, envidiosa
encarga a su hijo Eros (Amor) que haga que se enamore  de Psique, pero Eros al verle se enamora de ella.

Como nadie quiere casarse con Psique, sus padres, obedeciendo a la respuesta del oráculo, la llevan a una alta montaña para entregarle en matrimonio a un monstruo terrorífico. Al llegar allí, es llevada a un palacio maravilloso, donde se encuentra con su esposo, que la visita cada noche, pero ella tiene la prohibición de verle el rostro.

Las hermanas de Psique, celosas de su suerte, la convencen para que descubra la identidad del esposo misterioso. Entonces, mientras este duerme, Psique lo ilumina con la lámpara y la observa embelesada. El marido resulta ser Eros, dios del Amor. Mientras lo mira, una gota de aceite hirviendo de la lámpara cae sobre su piel. El dios se despierta, se da cuenta de que psique no ha cumplido con su palabra y huye hacia el cielo, abandonándola.

Presa de dolor, la muchacha se tira al río, pero éste no acepta su muerte y la devuelve a la orilla. Allí encuentra al dios Pan, que la anima a ponerse en busca de su Amor.

A lo largo de esta empresa, Psique deberá superar muchas pruebas y se vengará de sus hermanas, hasta que por fin podrá estar de nuevo en los brazos de Amor, que la conducirá al cielo para compartir la suerte de los dioses.

EL LIBRO XI DE LAS METAMORFOSIS

Escapando  de su cautiverio, el asno Lucio llega a las orillas del mar y suplica a la diosa, llamándola Regina Coeli, reina del cielo, que le deje ser de nuevo un humano o, si no se le concede, por lo menos que le permita morir.

Al oír sus invocaciones, emerge del mar una divinidad de aspecto maravilloso: largos cabellos rizados, una corona de flores en la cabeza, un disco luminoso en la frente. A la izquierda y derecha, dos víboras la escoltan. detrás de su figura, hay un fondo de espigas. Viste una túnica de colores tornasoles y está envuelta en un precioso manto negro repuntado de estrellas, con una luna luminosa en el centro, bordado con una guirnalda de flores y frutos. En la mano derecha lleva el sistro de bronce que, si lo hace sonar tres veces emite un sonido argénteo, y con la izquierda sostiene una lámpara de oro. Sus pies están calzados con hojas de palma.

La diosa misteriosa se presenta y dice que se ha manifestado en respuesta a sus súplicas. Es la madre del universo, señora de todos los elementos, el origen primero de los siglos, la más grande entre los dioses: los frigios la llaman madre de los dioses; los áticos, Minerva Checropia; los chipriotas, Venus de Pafo; los cretenses, Diana; los sicilianos, Proserpina Estigia, pero los etíopes y los egipcios son los únicos que la veneran y la llaman por su nombre verdadero: Isis Regina. Y da a Lucio las instrucciones que debe seguir para encontrar la salvación.

Al día siguiente tendrá lugar la gran fiesta de Isis, Lucio deberá participar en ella en pureza total. El sacerdote llevará en la mano derecha, en torno al sistro, una corona de rosas. Lucio deberá abrirse camino entre la multitud, acercarse al sacerdote y comer las rosas. De este modo se convertirá nuevamente en un ser humano. A cambios, la diosa pide a Lucio devoción total hasta el final de sus días.

Lucio, cuando el alba anuncia un día maravilloso, se da cuenta de que un cortejo religioso se está
aproximando. El cortejo está formado por varios grupos de personas. El primero, no religioso, recuerda a un carnaval por los disfraces de los participantes: Luego está la parte más propiamente religiosa: mujeres vestidas con ropa clara y guirnaldas primaverales que arrojan flores por el camino. Otras mujeres llevan espejos brillantes colgados de la espalda y otras esparcen perfumes. Muchos de los que participan en la ceremonia sostienen lámparas, antorchas y velas, indicando que Isis, en tanto que madre de las estrellas que están en el cielo, encuentra en la luz su elemento natural y más verdadero.

El cortejo sigue con los músicos y los iniciados, hombres y mujeres vestidos con ropa de lino claro, que llevan sistros de oro, plata y bronce.

Seguidamente llegan los sacerdotes con los objetos de culto, una lámpara, un altar, un palmón, el caduceo de Mercurio y una copa para las libaciones.

Primero se muestra Anubis, con el caduceo en la izquierda y un palmón en la derecha, luego una ternera (simbolizando la fecundidad de la diosa), un sacerdote con la cesta mística que contiene los símbolos misteriosos del culto y, finalmente, otro sacerdote que lleva símbolos de la diosa, hecho en oro resplandeciente. Es una especie de urna de pequeñas dimensiones, de base circular y con representaciones egipcias con una abertura puntiaguda. El asa está envuelta por una serpiente espiral que yergue el cuello.

Ha llegado por fin el momento mágico en que Lucio dejará de ser un asno y se convertirá en hombre. Aparece el sacerdote que lleva en la mano el sistro y la corona de rosas espléndidas. Lucio avanza lentamente hacia él y devora las flores perfumadas. La escena de la transformación, un acto de magia propiamente dicho, impresiona a la gente, que se postra en adoración por esta intervención maravillosa de la diosa. El sacerdote hace vestir a Lucio para ocultar su desnudez y la anuncia que la diosa, la única capaz de desligarlo de sus cadenas, lo ha rescatado. Si Lucio desea recibir todavía más protección por parte de Isis, deberá iniciarse en sus misterios. Después de un sueño profético y de las pruebas patentes de la atención de la diosa. Lucio decide iniciarse, aunque será la diosa quien determine el día. Mientras tanto él deberá mantenerse alejado tanto de exceso de celo como de la indisciplina y deberá abstenerse de ciertas comidas.

Cuando llega el día establecido, el gran sacerdote lo acompaña delante de la gran puerta del templo, celebra
la ceremonia de abertura, realiza los rituales de la mañana y toma de la celda más secreta unos libros escritos con caracteres desconocidos, de los que lee a Lucio las instrucciones para la iniciación. Seguidamente lo llevan a los baños, donde recibe el agua sagrada y vuelve para arrodillarse a los pies de la diosa, la cual le transmite  una enseñanza secreta.

Durante diez días no puede tomar determinados alimentos y bebidas. El décimo día, al anochecer, llega gente de todas partes que le rinden homenaje ofreciéndole regalos. Luego, una vez que se han marchado los profanos, es cubierto con un vestido de lino y conducido ante el sacerdote que le estrecha la mano y lo lleva a la parte más interna del Sanctum Sanctorum.

La analogía es clara: del mismo modo que Anubis lleva de la mano al difunto a la sala de Osiris, el sacerdote lleva de la mano a Lucio a la parte más sagrada del templo. Por la mañana, una vez concluida la noche sagrada, sobre la que Apuleyo anuncia no querer revelar nada, Lucio, vestido espléndidamente, con una corona de palma en la cabeza y una antorcha en la mano izquierda, es invitado a subir los tres escalones hasta alcanzar el podio para que todos los presentes puedan admirarlo. Todo termina con un gran ágape.
Al cabo de un año, Lucio tiene una nueva y extraña visión: la diosa se le aparece en sueños y le habla de una nueva iniciación y consagración. Después de meditarlo, entiende que la nueva iniciación es la de los misterios de Osiris.

A partir de las visiones, Lucio, que vive en un estado de pobreza, decide vender una gran parte de sus vestimentas para obtener todo lo necesario para la iniciación. Pero nuevamente, sin que haya transcurrido mucho tiempo, los dioses le manifiestan, incitándole a una tercera iniciación. Esto le deja muy perplejo, porque está convencido de haber obtenido ya la consagración definitiva, pero un nuevo sueño le aclara las dudas: el hecho de ser iniciado varias veces debe ser motivo de alegría, porque los demás a duras penas lo son una vez.

El simbolismo del tres (en Egipto antiguo, es la forma para indicar el plural, es decir, todos) debería garantizarle que su felicidad durará para siempre.

Después de su tercera iniciación, Lucio, habiendo obtenido el favor del más grande de todos los dioses, Osiris, pasa a ser uno de los sacerdotes, y más tarde es elegido al cargo sacerdotal máximo del culto de Isis.


7 comentarios:

  1. Carlos Chávez Proaño17 de septiembre de 2014, 10:56

    Felicitaciones por el contenido del blog. Muy interesante e interpretativo para el conocimiento de lo que siempre estuvo oculto. Refrente al Asno de Oro, siempre lo he considerado como uno de los mejores que se han escrito. Constituye un clásico y su interpretación simbólica que ha realizado encierra mucha sabiduría y conocimiento.
    Carlos Chávez Proaño
    Lima-Perú, 16 de septiembre del 2014

    ResponderEliminar
  2. Fernando Hidalgo Morales17 de septiembre de 2014, 10:58

    Querido Hermano felicitaciones por los textos relacionados al libro de Apuleyo, El Asno de oro. Un libro de referencia sobre los acontecimientos de la historia de la humanidad, en sus comienzos.
    Fernando Hidalgo Morales
    México DF, 16 de septiembre del 2014

    ResponderEliminar
  3. Ingrid Salvatere Obando17 de septiembre de 2014, 11:00

    Maravillosa alegoría de un gran texto.
    Ingrid Salvatere Obando
    Bogotá-Colombia, 16 de septiembre del 2014

    ResponderEliminar
  4. Adela Melisa Biagioli17 de septiembre de 2014, 11:05

    Es la primera vez que leo una interpretación nueva sobre las fábulas de Apuleyo que están condesadas en la novela El Asno de Oro. Felicitaciones y me siento halagada de ser amiga de un hombre lleno de sabiduría.
    Adela Melisa Biagioli
    mar del Plata- Argentina, 17 de septiembre del 2014

    ResponderEliminar
  5. Mario Castro Guerrero19 de septiembre de 2014, 10:38

    Muy buen trazado Q:. H:. su lectura constituye una cátedra para el conocimiento que ha estado oculto por miles de años. Nos desvela las claves del desarrollo de la civilización actual.
    Mario Castro Guerrero
    Santiago de Chile
    19 de septiembre del 2014

    ResponderEliminar
  6. Patricia Mera Núñez19 de septiembre de 2014, 10:43

    Víctor Manuel con los contenidos del blog nos haces saber las distintas vertientes que enriquecen el pensamiento humano. Resalto el actual trabajo: El Asno de Oro,obra magnifica para valorar la historia de una época donde el humano se desarrollo hasta llegar a los actuales estados.
    Patricia Mera Núñez
    Popayán-Colombia, 19 de septiembre del 2014

    ResponderEliminar
  7. El Asno de Oro una obra magnifica sobre los acontecimientos de la historia de la Humanidad en sus comienzos. Felicitaciones Victor Manuel y gracias por ilustrarnos con tus conocimientos.
    Te admiro siempre
    Hipatia

    ResponderEliminar

Etiquetas