VICTOR MANUEL GUZMAN VILLENA
El culto de Mithra es desconocido y aun su relación
con las creencias de Persia. Por un lado parece tener todos los caracteres del
mito aryo, mientras por otro lado parece de origen semítico. Mithra como todas
las divinidades antiguas, presenta fases opuestas y contradictorias. Así como
en la religión védica, Mithra y Ahrimán aparecen como dos aspectos diferentes, aunque siempre asociados, de la
luz solar divinizada, el primitivo Mithra parece que representó aquel planeta
que es el lucero de la mañana y el primero de la tarde, he aquí el doble
carácter que presenta como dos auroras, bajo dos aspectos el físico y el moral.
Los romanos con su gran poder de asimilación, introdujo en sus ritos el culto de Mithra. Parece que conocieron este culto por medio de los piratas de Cilicia, capturados por Pompeyo hacia el año 70 antes de N. E. El culto de Mithra arraigó en tiempo del emperador Domiciano y fue establecido con regularidad por Trajano hacia el año 100 después de N.E., y por Cómodo hacia el 190.
Los romanos con su gran poder de asimilación, introdujo en sus ritos el culto de Mithra. Parece que conocieron este culto por medio de los piratas de Cilicia, capturados por Pompeyo hacia el año 70 antes de N. E. El culto de Mithra arraigó en tiempo del emperador Domiciano y fue establecido con regularidad por Trajano hacia el año 100 después de N.E., y por Cómodo hacia el 190.
La fe en las divinidades en Grecia y Roma empezaba a
desaparecer, y los espíritus abrazaban con entusiasmo un culto cuyo carácter
misterioso hablaba más a la imaginación, dilataba el campo de las esperanzas y
favorecía las aspiraciones a lo invisible que son los principales resortes del
sentimiento religioso; sólo que, como sucede siempre con las religiones trasplantadas
fuera de su propio suelo, el mistracismo se alteró. Mithra sacado fuera de la
teogonía de que formaba parte integrante, fue tomando proporciones y formas de
las divinidades helénicas y latinas, cuyo culto por otra parte iba en
decadencia. Entonces los misterios de Mithra tuvieron un éxito prodigioso y
llegaron a contar millares de adeptos.
El politeísmo antiguo, viendo caer su prestigio, se
refugia en el sagrado de las creencias orientales. Mithra llegó a ser adorado,
no sólo en Persia, sino también en Armenia y Capadocia, en donde se dejaba
sentir poderosamente la influencia romana. Llegó a ser tan popular que en el
tiempo de Adriano, que un escritor griego, Palas, compuso sobre esto un tratado
especial. Así, pues, sin perder del todo su carácter exótico, había Mithra
tomado asiento en la teogonía grecolatina, o sea en la religión oficial del
imperio, en los últimos siglos del paganismo.
Su culto hería vivamente la imaginación del pueblo,
era un objeto de horror para los cristianos, los cuales acusaban a los
mithríacos de recurrir a los sacrificios humanos. Del emperador Juliano el
Apóstata se sabe que los quiso apoyar y ello le valió la acusación de haber
inmolado víctimas humanas y la fama de sanguinario. Por lo demás, no parece
cierto que el sacrificio humano fuese
práctica habitual en el culto mithríaco, y si hubo algo de esto, fueron más
bien intemperancias del emperador Cómodo, en su devoción exagerada a Mithra.
ORIGEN
Los historiadores coinciden en afirmar la creencia de
que nació de una roca, es decir que había visto la luz en la hendidura de un
peñasco o gruta. Esta leyenda concuerda con una cantidad de símbolos, conocidos
no solamente por los persas, sino también por los primeros cristianos. Por la
misma razón, los misterios de Mithra, en memoria de su nacimiento místico,
celebrabas en oriente, en grutas naturales o artificiales,
mientras que el Occidente sus santuarios estaban instalados en subterráneos:
una sala precedida de un pórtico, daba acceso a una escalera que conducía a una
cripta dividida en tres partes: la primera, la Cella (dependencia o cárcel); segunda, podía (galerías para los asistentes a la ceremonia); tercera, el adyton (santuario) algo más elevado, en
cuya pared delantera se veía una
representación del sacrificio del toro y en el fondo había dos altares, ante la
imagen de Mithra, un pequeño foso para la sangre de las victimas y unos
recipientes para el agua lustral.
La iglesia mithríaca tenía sus sacerdotes, sus obispos (antistites) y un sumo pontífice, y un cierto número de sus fieles hacían votos de castidad. Exteriormente había comunidades organizadas (sodalitia), con sus dignatarios, era una organización parecida a la iglesia cristiana, profesando una especie de monoteísmo sincrético como aquella; lo cual no es de extrañar, pues era la obra de una misma raza, de unos mismos hombres, de unas mismas ideas e iguales necesidades. Esta analogía afectaba no solamente a la organización sino también al dogma en su aspecto exterior; Mithra tenía muchos puntos de contacto con el logos (verbo encarnado), había una adoración de los pastores, una cena, una ascensión (Mithra sobre el carro del sol), y su sacrificio creador y redentor.
La iglesia mithríaca tenía sus sacerdotes, sus obispos (antistites) y un sumo pontífice, y un cierto número de sus fieles hacían votos de castidad. Exteriormente había comunidades organizadas (sodalitia), con sus dignatarios, era una organización parecida a la iglesia cristiana, profesando una especie de monoteísmo sincrético como aquella; lo cual no es de extrañar, pues era la obra de una misma raza, de unos mismos hombres, de unas mismas ideas e iguales necesidades. Esta analogía afectaba no solamente a la organización sino también al dogma en su aspecto exterior; Mithra tenía muchos puntos de contacto con el logos (verbo encarnado), había una adoración de los pastores, una cena, una ascensión (Mithra sobre el carro del sol), y su sacrificio creador y redentor.
CEREMONIAS
Como en todas las Fraternidades, en el mithracismo
había sus ceremonias para el acto de iniciación a los neófitos y la iniciación
seguía varios grados.
En el primer
grado consistía en lustraciones purificantes a que se sometía al neófito en
cuya frente se hacía una señal, mientras él ofrecía al dios una torta y una
copa de agua. Luego le presentaban una corona en la punta de la espada y él se
ponía en la cabeza diciendo: Mithra es mi corona.
En el segundo grado, el aspirante se vestía una
coraza, y armado arremetía contra los monstruos y gigantes, organizándose una
especie de salvaje cacería en las cuevas subterráneas. Los sacerdotes y
ministros del templo, disfrazados de leones, tigres, leopardos, osos, lobos y
otros animales atacaban al aspirante Allí el
candidato demostraba su fortaleza para vencer y no ser vencido por el
miedo, así salía avante y demostrada su compromiso de ser miembro de la Orden.
En el último grado el aspirante se vestía con un
manto, en el cual se veían pintados los signos zodiacales. Atravesaba el templo
entre gritos y figuras de monstruos que le atacaba en su viaje. Después de
sufrir estas pruebas, si no perdía el valor era saludado como “León de Mithra”,
aludiendo al signo zodiacal del león, en el cual el sol llega a su más alto
grado de fuerza y calor, fecundando la tierra con sus ardorosos y benéficos
rayos. La imaginación oriental cultivaba los dos atributos del poder y de la
fuerza, las dos manifestaciones más s grandiosas que de estas facultades se
conocen, o sea el león y el sol, rey de los animales, el soberano del desierto,
el símbolo de la fuerza y del despotismo por un lado, y por otro, el rey de los
astros, el soberano y la fuente de la luz, el regenerador y vivificador del
mundo sensible, el que prodiga la vida y la fuerza a todos los seres animados e
inanimados que viven y se reproducen con su calor.
Puesto ya en este estado, se comunicaba al neófito el
gran secreto de la Fraternidad. Se ignora cuál fuese éste. Pero es de presumir
que los sacerdotes le hacían sabedor de las más auténticas tradiciones de las
más acreditadas teorías acerca del origen del universo y los atributos,
perfecciones y prodigios de Ormuz.
LEYENDA
La leyenda de Mithra, además de los libros de
Zend-Avesta y de los autores antiguos que de ella hablan Herodoto, Plutarco,
Dionisio Areopagita, Paulino de Nola y otros se pueden sacar varias
interpretaciones como también de los monumentos que subsisten hasta hoy y describen
a Mithra inmolando al toro a la entrada de la gruta sagrada. El dios acompañado
de dos dadóforos, con una rodilla sobre el toro, le hunde el cuchillo hasta la
garganta y vuelve los ojos hacia el cuervo mensajero del sol. En la tradición
persa, el toro es la primera criatura de Ahura Mazda, su sacrificio es el
origen de la creación; de algunas partes de su cuerpo nacen las plantas; sus
semillas purificadas por la luna, da vida a los animales.
Mithra es un dios creador, y será el redentor al fin
de los tiempos después del sacrificio de otro toro y resucitarán los muertos puesto
que él pasó a otro mundo.
Otros dioses subalternos hay en el cielo mithriaco: un
dios con cabeza de león, que representa el fuego con cuatro alas, símbolo del
viento, a cuyo cuerpo se enrosca una serpiente símbolo de la tierra.
El 25 de diciembre coincidiendo con el solsticio de
invierno, se conmemoraba el nacimiento de Mitra. También eran sagrados los días
16 de cada mes. Los adeptos de Mitra santificaban también el domingo, día del
Sol.
Muy interesante y instructivo tu articulo querido poeta como todo lo que sale de tu virtuosa pluma.
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