domingo, 15 de marzo de 2009

LA TECNOLOGIA CONTROLA NUESTRA EVOLUCION


VICTOR MANUEL GUZMAN VILLENA

No puede desconocerse que el motor de los cambios profundos y acelerados que experimentamos es la tecnología. Y una mirada más profunda obliga también a reconocer que la tecnología ha sido el motor principal de todos los cambios importantes en la historia de la humanidad. Sin embargo, es frecuente escuchar, en nuestro tiempo, alegatos condenatorios contra la tecnología. Se le acusa en bloque de deshumanizar al hombre, de esclavizarlo, de destruir la naturaleza, de contribuir a la ruina de lo cultural y a la destrucción de lo social. Se mete en un mismo saco a las técnicas de guerra, de transporte y de comunicación y a todas se las enjuicia por igual. Al ponerlas en relación con el aspecto ético de la vida humana, no se las somete a una serena reflexión sino que se parte descalificándolas prejuciosamente de antemano. Algunos llegan al extremo de proclamar la abolición de las tecnologías y la vuelta a un primitivo "estado natural". En suma, cuando de levantar una ética se habla, la tecnología es el demonio deshumanizador. No seríamos lo que somos sin tecnologías. Eso en primer lugar. Y en segundo, no podemos desconocer el enorme beneficio que, día tras días, traen las técnicas a la humanidad. Muchos critican sueltamente la "civilización técnica". 

La pregunta que debemos hacernos es ¿es acaso posible que exista alguna otra clase de civilización?. Es cierto que las actuales tecnologías de guerra son capaces de una destrucción que es repudiable bajo todo respecto. Pero no hay que perder el sentido de las proporciones. No todas las técnicas deben considerarse destructivas. La mayoría no lo son, y habría que computar para los pesimistas y críticos los miles de millones de seres humanos que viven en nuestros días más y mejor gracias al desarrollo tecnológico. Pongámonos a considerar los detalles técnicos implicados al volar un avión, construir un transatlántico, trasplantar un riñón o un corazón, instalar un satélite artificial, filmar la conducta de los animales aéreos, terrestres y marítimos, trazar el gráfico de la actividad encefálica, computar el movimiento de los valores bursátiles, abrir un túnel bajo el mar, instalar una plataforma petrolera, lanzar una nave hacia las estrellas, fotografiar galaxias, reciclar desechos, desinfectar sembrados, extraer energía de las aguas, del viento, del sol, transmitir imágenes de un país a otro, de un continente a otro, etc. ¿Verdad que no se puede menos que resentir el ridículo de los argumentos en contra de las tecnologías?. 

Hay quienes acusan a la televisión de muchos males. Se enjuicia también la computación. En su tiempo también el libro fue objeto de indignación y condena. Hoy, en nombre del libro y la cultura letrada se persiguen las nuevas tecnologías de la imagen. Pero quienes ven una amenaza en el video, la TV y la computadora, están ciegos frente al hecho de que el libro, lejos de morir, hoy está más vivo que nunca, compitiendo eso sí con otros medios de información y transmisión del conocimiento. Pero, fíjense, nunca en la historia se ha leído más Shakespeare o a Platón, por ejemplo, como en nuestro tiempo, gracias a las técnicas contemporáneas de impresión y edición. 

Asimismo, en otro plano, nunca como ahora, y gracias a las técnicas contemporáneas de grabación y emisión, se ha escuchado tanto a los clásicos de la música como, por ejemplo, Chopin, Beethoven o Mozart. Con esto, pues, quiero salir al paso de aquellos juicios sobre que la tecnología atenta contra la cultura y los valores. Por otra parte, gracias a la red eléctrica de comunicación que envuelve el planeta, y que nos permite estar informados simultanea e instantáneamente de lo que ocurre en todo el globo, ha sido posible el establecimiento de una toma de conciencia mundial frente a problemas urgentes como la violencia social y las amenazas al medio ambiente. No todos los problemas que aquejan a la humanidad se están resolviendo, por descontado y lamentablemente, pero muchos si están siendo resueltos gracias al compromiso planetario que implica la globalización informativa electrónica. 

 Finalmente, en este punto, quiero referirme brevemente a los planteamientos de algunas figuras integrantes de movimientos contraculturales o de movimientos "verdes" extremos, que abogan por un rechazo a lo tecnológico y un retorno a condiciones preindustriales. Es obvio que no podemos volver atrás, pero si se pudiera, creo que no es de desear en absoluto. Historiadores y cronistas de tiempos no tan lejanos (de los últimos tres siglos solamente) nos enseñan sobre las dramáticas condiciones de salud, higiene, transporte, comunicación y educación que se vivían en aquellas épocas. Frente a esto, la nostalgia de los románticos hostiles a la tecnología demuestra todo su sin sentido.

1 comentario:

  1. Querido victor, gracias por las palabras que vertiste sobre mi,en mi blog,me llenaron de emocion ya que soy asidua seguidora de Palabras sin Sabanas, y si vos decis que lo que escribo toca el alma es todo un halago...gracias de nuevo aunque confieso que a veces me hablan al oido y solo escribo palabras del cielo....otras veces son testimonios de alguien que ha vivido y sigue viviendo.

    La tecnologia...., y, el ser humano necesita un chivo expiatorio, y la tecnologia no habla,no puede defenderse, pero mi postura en la vida es que todo depende de la mano del hombre, asi que querido amigo si la tecnologia nos invade nuestra mano lo permite,sino apaga la tv, celular, etc...simple....creo estamos de acuerdo....Un abrazo del alma

    Tambien te invito a mi otro blog
    http://masalladelabiologia.blogspot.com

    Creo que ambos tenemos un blog del alma y otro podriamos decir "mas profesional", y bueno de eso se trata la vida de jugar con lo que somos...

    ResponderEliminar

Etiquetas