miércoles, 13 de agosto de 2008

APLICACION DE NUESTRAS VIRTUDES

VICTOR MANUEL GUZMAN VILLENA

El arte del guerrero, cualquiera que sea su religión, no consiste en agredir al otro, sino en cultivar la tradición de la valentía que permite luchar eficazmente contra la angustia y las dificultades. En este sentido, todos podemos cabalgar por la vida sin miedo y sacar a flote lo mejor de nosotros mismos.
Lo que pasa es que la gran mayoría no sabe como. Todo el mundo tiene la capacidad, pero, muchas veces, ni siquiera sabe que la puede explotar. Pues bien, la enseñanza del Shambhala, inspirada en la sabiduría oriental sigue estos objetivos.

El nombre de Shambhala viene del Himalaya legendario. En occidente casi no se conoce, pero se comienza a interesar a todos aquellos a quienes les apasiona el tema del control mental. Las enseñanzas del Shambhala tienen características laicas; es decir no tiene referencia alguna con religión y además, utilizan el lenguaje cotidiano.





En 1975, Chogyan Trungpa, discípulo del Dalai Lama fue llamado a los Estados Unidos para que enseñara el budismo. Cuando éste descubrió el ritmo de vida de los norteamericanos comprendió que, antes de todo, debía enseñarles a tomar la vida con calma. Para ello puso en práctica este tipo de meditación. Les dijo: “Siéntense en un cojín muy cómodo como lo haría un rey en su trono. Todo está bajo control; nada viene de afuera. Así que saquen a flote todas sus fuerzas positivas”. Es un trabajo interior formidable que, bien utilizado, permite a cada uno sacar lo mejor de sí mismo; es decir, que favorece el encuentro de las virtudes guerreras: el valor, la ternura, la preocupación por los demás, la sensibilidad y la fuerza. La meditación libera el alma de todo lo que la perturba. Se apoya en ejercicios respiratorios que buscan apaciguar el espíritu. Así, las cosas parecen más sencillas y las soluciones se encuentran más fácilmente.

Estas enseñanzas no se dirigen al intelecto, sino al corazón y a la intuición y, por eso se dice que las mujeres son más receptivas. El aprendizaje del Shambhala requiere de un ciclo en donde los participantes se inician en el conocimiento de la bondad, el control al miedo, la sincronización del cuerpo y alma y la aceptación de las dificultades para aprender a superarlas. Es un método estructurado en diferentes etapas. En cada una de ellas, uno se acerca más a la verdadera comprensión de sí mismo.

El Shambhala nos sumerge en la autenticidad liberada de razonamientos y nos ayuda a comunicarnos sin sentir temor hacia el mundo. Los adeptos a esta práctica son muy entusiastas y no dudan en invitar a todo el mundo a unirse a ellos. La persona realiza un viaje por su interior, descubre sus potencialidades y aprende a vivir en paz sin ceder a las presiones externas.


Los estudios del Shambhala se componen de cinco niveles de estudio que recorren varios aspectos interesantes:

1) La magia cotidiana que consiste en ver desde una perspectiva diferente las cosas cotidianas;
2) El nacimiento del guerrero, aquí se aprende a conectarse con sus emociones sin sentir miedo;
3) Calma y paz donde se dan conceptos claves para relacionarse con el mundo exterior sin perder el control;
4) El despertar donde se intenta liberar a las personas de los puntos de vista radicales para ampliar su campo de visión; y,
5) Cielo abierto donde se enseña los mecanismos que ayudan a encontrar su propia razón de ser y, en esa medida alcanzar la autenticidad. Con esto logramos explorar nuestro interior y descubrir todas las fuerzas positivas que llevamos dentro.

2 comentarios:

  1. Hola, me encanta el blog.
    Lo siento no escribir más, pero mi español es malo escrito.
    Un abrazo de Portugal

    ResponderEliminar

Etiquetas