sábado, 19 de abril de 2008

EL ZODIACO Y SU INFLUENCIA EN LA HUMANIDAD


VICTOR MANUEL GUZMAN VILLENA M.·.M.·.
A pesar de la antigüedad de los ritos esotéricos, no es fácil determinar si éstos provienen del imperio caldeo-asirio, pueblo al que, basándose en antiguos monumentos descubiertos, se le asignan unos orígenes que pueden remontarse a cuarenta siglos antes de Cristo. Con respecto a los principios religiosos que formaban las creencias de la cultura caldea-asiria, hay que señalar que el fundamento principal de aquella religión era la astrología. Su doctrina se asentaba, fundamentalmente, en el movimiento de cinco planetas a los que llamaban intérpretes, entre los que el principal era Helios (el sol). Observaban la trayectoria de los astros en el firmamento, así como el color de los mismos, y de estas observaciones deducían todo tipo de fenómenos climatológicos: cambios atmosféricos, tormentas, temperaturas, lluvias, eclipses de luna y del sol, aparición de cometas, etc. Aquellos avanzados astrólogos situaban junto a los cinco planetas treinta astros, a los que daban el nombre de “dioses consejeros”. De ellos, quince habitaban sobre la tierra y los otros quince bajo la misma. Por este método podían diferenciar claramente, según ellos, los asuntos celestes de los humanos. Añadían a continuación, doce señores de los dioses, cada uno de los cuales estaba encargado de presidir un mes y un signo del zodíaco. Sostenían que la luna se encontraba más cerca de la tierra a consecuencia de su peso; y también que sus revoluciones se realizaban en menos que las del sol porque el círculo que describía era mucho menor. Fueron los sacerdotes caldeos los que crearon el Zodíaco e hicieron la división del cielo en doce partes iguales, a las que llamaron las “doce casas zodiacales”. Con el nombre de horóscopo fue designado el principio de la primera casa. 

Esta primera casa era la de la vida;
la segunda, la de las riquezas;
la tercera, la de los hermanos;
la cuarta, la de los parientes;
la quinta, la de los hijos;
la sexta, la de la salud;
la séptima, la del matrimonio;
la octava, la de la muerte;
la novena, la de la religión;
la décima, la de las dignidades; l
la undécima, la de la amistad; y,
la duodécima, la de las enemistades.

El Sol les era favorable y bienhechor, y significada reyes, príncipes, grandes jueces, etc. La Luna melancólica y húmeda. Imperaba sobre los comediantes, taberneros y todos aquellos trabajos se desarrollan de noche. Marte seco y ardiente y dominaba sobre los guerreros, cocineros, panaderos, fundidores, cerrajeros y demás oficios que se empleasen hierro y fuego. Saturno triste y frío. Reinaba sobre los viejos, los eclesiásticos, monjes, conventos y en general sobre todos los que se encuentran apartados de la sociedad, realizando una vida contemplativa. Júpiter templado y benigno y su imperio se extendía sobre sabios, grandes filósofos, los magistrados, etc. Mercurio era variable e inconstante. Influía sobre los astrólogos, geómetras, poetas, historiadores, físicos, inventores y, en general sobre quienes se dedicaban a las ciencias y las artes. Venus fecunda y bienhechora y tenía bajo su protección los amores, las bodas, músicos, joyeros, perfumistas, etc. Los signos dividían en: Positivos: Aries, Leo, Sagitario, Géminis, Libra y Acuario. Negativos: Tauro, Cáncer, Virgo, Escorpión, Capricornio y Piscis. Cardinales: Aries, Cáncer, Libra y Capricornio. Fijos: Tauro, Leo, Escorpión y Acuario. Mutables: Géminis, Virgo, Sagitario y Piscis. Fuego: Aries, Leo y Sagitario Tierra: Tauro, Virgo y Capricornio. Agua: Cáncer, Escorpión y Piscis. Aire: Géminis, Libra y Acuario. 

Todo lo anterior expuesto pertenece a la llamada Astrología Judiciaria, cuyo fundador se cree que fue Hermes Trimegistro, que también practicó otras ciencias ocultas que han recibido el nombre de “hermetismo”, derivado del famoso egipcio. 
 
Existe otro tipo de astrología que es la denominada Astrología Médica, y que trata del influjo de los astros en las distintas partes del cuerpo. Hipócrates mantuvo la teoría de que los astros influían directamente en el desarrollo y aparecimiento de las enfermedades. 

Galeno tenía una especial preocupación por la luna y opinaba que los días claves pertenecían a las diferentes fases del satélite de la tierra. También admite la intervención de los demás astros y se apoya en que si éstos carecen de influjo, y el sol fuente de luz, calor y vida, es el único que rige las cuatro estaciones del año, éstas deberían ser idénticas siempre, sin ofrecer ningún tipo de variación, ya que el curso del sol no varía; por tanto, es preciso hallar otra causa que explique esta falta de uniformidad climática. Para Paracelso, los astros llegan hasta nosotros viciando la atmósfera del éter que envuelve y protege a todos los seres. Los efectos de estas influencias cambian al tenor de la buena o mala disposición del ser sobre quien actúa, dependiendo asimismo de la naturaleza del astro. Hermes Trimegistro incidía sobre la acción de los planetas sobre los cinco orificios de la cabeza. Newton y Mead hacen alusión al influjo de la luna sobre las mareas, de donde se deduce que igualmente puede influir sobre el cuerpo y su sistema. Según los principios generales de la astrología: 

El Sol gobierna el corazón y la cabeza. Domina sobre la felicidad, la esperanza y las ganancias. La Luna gobierna el cerebro y brazo derecho. Tiene dominio sobre los sueños, las heridas y los robos. Júpiter rige el hígado y el vientre. Domina sobre el honor, las riquezas y los deseos. Venus protege los riñones y el brazo izquierdo. Reina en las amistades y los amores. Saturno gobierna sobre el bazo y el pie izquierdo. Marte rige las partes genitales y la hiel. Mercurio el pulmón y el pie derecho.
Los orificios de Hermes a que antes aludimos, se rigen mediante los siguientes influjos:
Júpiter y Saturno, las orejas Marte y Venus los agujeros de la nariz. El Sol y la Luna, los ojos. Mercurio, la boca Con respecto a las divisiones zodiacales, sus influencias sobre las partes del cuerpo son: 
Aries la cabeza. Tauro el cuello. Géminis brazos espalda. Cáncer sobre el pecho y el corazón. Leo el estómago. Virgo en el vientre. Libra riñones y las nalgas. Escorpión sobre los órganos genitales Sagitario sobre los muslos. Capricornio en las rodillas. Acuario sobre las piernas. Piscis sobre los pies. Este arte de leer los astros, pasó directamente de Egipto a Grecia, donde adquirió auge extraordinario y donde se le dio el nombre de ASTROLOGIA, que quiere decir :"ciencia de las estrellas". 
Homero habla a menudo de esta ciencia. Tales de Mileto, Pitágoras y Demócrito la difundieron por toda Grecia. A partir de Alejandro Magno, que en varias ocasiones acudió a los horóscopos cuyas predicciones se cumplieron, se fundieron las distintas ramas de las Astrología.
 
También en Roma tuvo la astrología muy favorable aceptación; confirma el hecho de que todos los patricios que poseían fortuna se costeaban los servicios de un astrólogo particular, al que le llamaban “el matemático”. Durante todos los tiempos, la astrología tuvo gran auge y en el siglo XVI siguiendo una vez más los caminos trazados por los antiguos egipcios y caldeos, sin prescindir de la cábala, la magia, la alquimia se prosiguió y se incrementó el conocimiento de la astrología y fue que uno de sus seguidores Pecho Pomponazzi, partidario de Aristóteles, quien escribió su Tratado sobre la Inmortalidad del alma, donde sostiene que la razón por sí sola está incapacitada para resolver esta cuestión, que sólo puede ser desvelada mediante revelación. Dicho tratado se quemó por orden de los inquisidores de Venecia, yendo además a engrosar el número de las obras prohibidas por mandato del Concilio de Trento. Siguiendo el curso de la historia tenemos a otro famoso astrólogo Miguel de Nostradamus. Era un maestro del don de la profecía; y cada una de las centurias en que el libro se encontraba dividido, fue considerada como un auténtico oráculo cuyo sentido oculto trataban de averiguar. Las predicciones de Nostradamus fueron materia de numerosas publicaciones y fueron reimpresas muchas veces. En castellano existen diversas traducciones bajo el título de "El Talismán de los sueños" y "Visiones Nocturnas". Se dice que Nostradamus que no actuaba como la mayoría de los astrólogos, sino que por su sabiduría y sus estudios de los egipcios y persas logró gran conocimiento sobre los mismos y era capaz de formular, no ya mediante horóscopos o evocaciones de espíritus, sino simplemente por ver a una persona. Y llegamos hasta nuestros días y tenemos al gran astrónomo Hawking con su Historia del Tiempo quien señala que sí la ciencia consigue encontrar una teoría completa del universo, “sería el triunfo definitivo de la razón humana, porque entonces conoceríamos el pensamiento de Dios”. y continua diciendo en su teoría que en tanto el universo tuviera un principio, podríamos suponer que tuvo un creador. 


Pero si el universo es realmente auto contenido, si no tiene ninguna frontera o borde no tendría ni principio ni final simplemente sería. 
¿Qué lugar queda, entonces para un creador?

1 comentario:

  1. Es uno de los temas que me ha encantado, que pena en estos tiempos muchos de nosotros no podemos costearnos los servicios de un astrologo particular y nos seria de gran ayuda, a los humanos de a pie, para concebir el Universo tal y como hoy día creemos que es, porque parece que hasta nuestro idioma se queda corto para entenderlo.
    Gracias Alquimista
    Pilar Alvarez Areces

    ResponderEliminar

Etiquetas