jueves, 15 de octubre de 2009

LOS GIMNOSOFISTAS DE LA INDIA


VICTOR MANUEL GUZMAN VILLENA
Una de las sectas religiosas de la India antigua fue la de los gimnosofistas que se distinguió por su desapego hacia las luchas del mundo y por su conducta inspirada en los ideales de pureza. Predicando la austeridad con el ejemplo llegaron a hacer proselitismo y así conquistar millones de adeptos, extendiendo su credo en los pueblos de oriente y de Grecia.

Tendiendo a despojar a todo ser de su parte material sólo veían en él un espíritu, representación del alma universal, siendo la metempsícosis, que es la creencia en la transmigración del alma de un cuerpo en otro, especialmente su reencarnación posterior a la muerte como la base de sus creencias. Vivían aislados y sólo cuando las necesidades lo requerían se presentaban en los centros poblados que los llamaban en su auxilio. Permanecían célibes y se alimentaban de vegetales. La conducta que observaban estaba dominada por una rigidez de pensamiento, llevados a una extraña aversión hacia todo lo que significase belleza corporal. Maceraban horriblemente sus carnes y adoptaban durante horas posiciones en extremo incómodas y que produjeran molestias y fatiga con objeto de experimentar intensos dolores.
Los miembros de esta Fraternidad eran representativos de toda clase de psicopatías. Unos se esforzaban en permanecer varios días seguidos en vigilia; otros en no probar bocado sino cada tres, ocho y veinte días: otros, en fin vivían en fosos o cavidades donde tan sólo les era posible permanecer constantemente encorvados. Estos, pasando años enteros apoyando el pie en el alto de una columna, otros enjaulándose y permaneciendo inmóviles en la cúspide de una montaña, sufriendo los rigores del clima.
Cada una de estas mortificaciones era considerada como un grado más en el camino de la santidad. Era preciso vencer la materia rebelde, pero no en vano se lucha contra los designios inapelables de la naturaleza. Estas prácticas transformaban a los hombres en espectros o casi cadáveres, y cuando estaban en comunidad sufrían las más extrañas exaltaciones distinguiéndose por un orgullo desmedido que les impedía apreciar el verdadero valor de las cosas y el resultado de su propia obra.
Los monarcas de la India veían en los gimnosofistas un poder misterioso e invisible. Estos demostraron constantemente aversión a los honores y riquezas, viviendo siempre en soledad más absoluta. Su ascetismo lo llevaban con exageración y les hizo reacios a toda labor colectiva. Cuéntase de ellos que, ni aun en momentos difíciles cuando las calamidades azotaban al país, se dignaban salir de su aislamiento que se habían impuesto. Jamás se rindieron a los llamamientos que les dirigían, y llevaron su independencia al extremo de no prestar jamás atención al oráculo.
Algunos historiadores, al estudiar a los gimnosofistas, refieren que el mismo Alejandro magno, tan experto en hacer suyas las influencias que podían contribuir al sostenimiento de su vasto imperio, quiso llamar a sí a los jefes de los gimnosofistas; pero éstos huían a su paso, y en vez de presentarse a él se refugiaban en lugares inaccesibles, significándole con su noble arrogancia que era el discípulo quien había de solicitar las enseñanzas del maestro. Este grupo alcanzó gran preponderancia al desmembrarse el imperio de Alejandro, extendiendo su dominación en regiones que antes habían permanecido indiferentes a su credo. La preponderancia fue debida al crédito que inspiraron sus profecías respecto a la anarquía entonces reinante; extendiéndose por todo el valle del Éufrates, pasando por Arabia a Egipto. También se hizo sentir su influencia en Grecia, pues se ha puesto de manifiesto que algunos filósofos griegos se inspiraban con frecuencia en las doctrinas gimnosofistas, entre ellos Pitágoras, Zenón y Sócrates.
Finalmente las mismas doctrinas de esta Fraternidad inspiraron a Mahona y el mismo cristianismo luego plagió algunas de sus prácticas como el supremo bien y el mérito indiscutible a los ojos de la divinidad, la tendencia sostenida y tenaz de algunos santos de torturar su carne para triunfo del espíritu.

4 comentarios:

  1. Víctor que interessante processo. Las mientes humanas san como balas perdidas que va allá de la imaginación de cada tribo.
    No llamo eso de la sabiduria más respecto sus posiciones,y que allí estaba bien para con todos ya que eran personas separadas de leis y credos.
    Veamos eso: La conducta que observaban estaba dominada por una rigidez de pensamiento, llevados a una extraña aversión hacia todo lo que significase belleza corporal. Maceraban horriblemente sus carnes y adoptaban durante horas posiciones en extremo incómodas y que produjeran molestias y fatiga con objeto de experimentar intensos dolores.
    Que triste que los hombres vean la vida atraves su propio malo ,más que tal cada uno es cada uno.
    Bueno Víctor tenga mi carino y uno bello final de semana desde Brasil.

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  2. victor,cuesta creer en costubres,tan masoquistas ,exelente su carta como siempre, felicitaciones, p.d muy bueno el candelabro con vela. que siempre lo ilumine,con todo cariño
    amanda
    16/10/09hs9.22 a.m

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  3. interesante entrada
    muchas personas buscan una evolución hacia la purificación existencial pero hay otras que
    sin duda dan para un estudio acabado en psiquiatría, pues lleva a las personas a desligarse de lo que les rodea, evadiéndose de la realidad ?

    una secta,cualquiera que sea , sus componentes tienden a hacer "sacrificios" para redimir "culpas" o solidarizar con las ideas de su lider, forman uno de los fenomenos que cada cierto tiempo pone en jaque lo socialmente establecido, lo "normal", pero también no hay que olvidar a los muchos que se han inmolado a causa de los desequilibrios mentales de estos líderes.

    un abracito Víctor, que tengas un fin de semana precioso
    buscar el equilibrio dice el tao
    es algo tan difícil de conseguir y cuando se logra el mantenerlo es aún un reto más
    besitos de luz

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  4. Gimnosofista, filósofos desnudos era el término dado por los Griegos a ciertos filósofos de la India, los cuales buscaban el ascetismo hasta el punto de tachar la comida y el alimento como enemigos de la pureza del pensamiento sadhus o yogis.

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