VÍCTOR MANUEL GUZMÁN VILLENA
El silencio no puede existir si no hay
sonido, por lo que hay que hacer el ejercicio del silencio para llegar al
sonido. El silencio tiene una particularidad, forzar al individuo a conversar
consigo mismo, a mirar a si mismo y a conocerse a si mismo. Por tanto este
misterio no se encuentra ni se descubre en el mundo, se encuentra y se aprende
en el corazón de los humanos que lo buscan para mejorar su existencia. El
silencio, aunque parezca raro decir, puede ayudar al ser humano a encontrar
respuestas a nuestro propio misterio.
Hay tres tipos de silencio:
- El silencio físico que consiste en no
hablar y estrictamente no generar ruido.
- El silencio mental se reduce a no pensar.
- El silencio espiritual es llegar al
silencio total para encontrar el campo de la manifestación suprema.
Los pasos para encontrar el silencio son: El
silencio como ejercicio mismo; y la meditación.
El primer paso es el silencio por el
silencio, que radica en la fuerza de voluntad para ejecutarlo. Es aprender a
controlar el manejo exacto de las palabras. Para lograr este silencio es
necesario concentrar la atención en elementos mucho más sutiles casi imperceptibles
que nunca está acostumbrado a escuchar como es el latir del corazón, el crujir
de los pisos, la respiración.
El otro paso es callar para escuchar: Si estamos en la naturaleza magnimus y optamos por callar y suspender toda acción humana y demostramos un acto de humildad y de respeto aprendemos a escuchar los mensajes de la naturaleza a través del viento, el agua, los árboles y todo ello constituye un alimento a nuestro espíritu para sentir los mensajes puros sin prejuicios e intenciones.
El tercero es la meditación: Es un paso más
allá del silencio en sí. Ya no es un alimento para el alma sino que constituye
la esencia divina. La meditación nos permite realizar el silencio físico y el
silencio mental, donde ya no es la voluntad sino que existe una fuerza más
ajena que nos hace callar a nuestra mente. Es el momento en que tenemos que
aceptar al pensamiento como un río, que fluyen ideas hasta que llega un momento
en que se calla y lograr que fluya solo energía.
La concentración de la energía y la atención en el asiento del alma, sin aprehensión, sin deseos, sin ansiedades, dejando que se haga es imprescindible. La vida que llevamos tiene poca soledad, pero la misma que está cargada de penas, conflictos, alegrías, pero se vuelven insensibles, ya que jamás estamos solos, ya que estamos atados al ayer, al recuerdo; y los llevamos con nosotros estas cargas que no nos permiten dejar atrás el pasado y solamente cuando afrontamos y resolvemos en el momento preciso llegamos a la soledad.
Es importante llegar a la soledad y dar a este espacio importancia en la búsqueda de la virtud y la libertad. Ninguna virtud puede funcionar sin este espacio vasto en sí mismo, nos es necesario el silencio ya que no podemos tener contacto con lo nuevo si no estamos solos, sin ninguna experiencia, influencia, es decir tenemos que estar vacíos, -la vasija tiene que estar vacía para llenarlo-, y solo su espíritu silencioso tiene la posibilidad de ser claro. La única meta es generar un estado de espíritu capaz de dominar el pensamiento y si nosotros no establecemos verdaderos fundamentos contra el miedo, dolor, ansiedad no podremos salir y tener un espíritu libre de tortura.
El espacio y el silencio son necesarios para ir más allá de las limitaciones de la conciencia. La pregunta es ¿Cómo un espíritu activo puede estar en calma? Nosotros podemos moldearlo, perseguir un ideal que consiste en tener un espíritu calmado, pero no tiene ningún efecto si actuamos con rigor ya que se estanca. Ejercer un control en cualquier forma es represión, es decir se ejerce un conflicto, y la mayor parte de nuestras vidas son disciplinadas por las presiones exteriores de la sociedad, de la familia, de nuestros sufrimientos, de nuestras experiencias, nuestro conformismo a una ideología y a su estructura. Estas disciplinas son mortales, por lo cual debemos evitarlos a través de eliminar las represiones, temores.
Nuevamentente nos preguntamos y ¿Cómo
hacerlo? No se trata de disciplinarlo y luego adquirir la libertad. La libertad
hay que adquirirlo al principio y no al final. Comprenderlo es liberarse del
conformismo en materia de disciplina. El acto mismo de aprender es disciplina,
es decir se convierte en claridad para comprender la naturaleza de las cosas y
toda su estructura. El silencio permite el encuentro consigo mismo, es un paso
a otro nivel del sonido más armónico, por lo cual el silencio no puede ser
descrito, ya que todo aquello que se puede describir es conocido, y uno no
puede librarse de lo conocido sino sólo muriendo todos los días, para que las
células del cerebro estén siempre frescas e inocentes, Pero esta cualidad no es
de la belleza del silencio, este silencio es un pequeño comienzo como si uno
pasara de un pequeño hueco hacia la inmensidad del océano y no podemos comprenderlo
verbalmente sino hemos comprendido la estructura de la conciencia.
Cuando una lectura te deja sin palabras, lo único que podemos aportar, es el silencio.
ResponderEliminarDespués de haber leído tantos relatos,tantos poemas, tanta Sabiduría en tus palabras, tengo que afirmar que eres un libre pensador, lleno de Luz y Conocimiento.
Gracias.
El silencio se necesita para escucharnos... Muy hermosa entrada. Aprendo de ella. Gracias.
ResponderEliminarEs un placer regresar de la entrañas del silencio, intentando armonizar mi piel con mi espíritu y encontrarme con esta Puerta Mágica hacia los sentidos.
ResponderEliminarMe alegro de haber tocado en tu entrada, para retomar mi vida.
Un abrazo enorme.
Un tema muy interesante, en medio de tantos sonidos, poder estar en silencio significa poder estar a solas con uno mismo, captar el susurro del viento, la musica de las aves, el murmullo de las olas, aprender a escuchar a los demas,el silencio que mas he disfrutado siempre es el que me ofrece la lectura , este articulo me ha ofrecido pautas para aprender a disfrutar y a aprender a traves del silencio, gracias por este tema que has elegido, un gran abrazo
ResponderEliminar"El silenciuo oculta muchos sonidos" Entre el alma y la razón
ResponderEliminarUn abrazo
Celia Alvarez
Asturias, 23 de mayo del 2012
Muchas gracias Victor Manuel, valoro mucho sus mensajes y me gustaría conocerlo personalmente. Le invito para que el día Martes 29 de mayo conversemos en vivo y directo, en la Radio de la Casa de la Cultura, en el programa "A Pleno Sol" a las 10:30. Le ruego por favor confirmarme su asistencia.
ResponderEliminarAtentamente
Beatriz Fuentes
23 de mayo del 2012
VICTOR, MIS PALABRAS SON TAN POCAS PARA TAN GRAN SABIDURIA, ME ENCANTO, TRATARE DE APRENDER, BENDICIONES Y BESOS CON CARIÑO
ResponderEliminarAMANDA
23/5(/12 HS 18:19 P.M
Gracias, Victor Manuel, tus mensajes son muy valiosos para mí. Pienso que tanto el silencio como la soledad nos ayudan a conocernos,aceptarnos, comprendernos y así aprender a amarnos a nosotros mismos, algo muy importante para podernos relacionar mucho mejor con los demás.
ResponderEliminarUn abrazo.
Paz, Armonía y Felicidad para ti.
AnaLucía Ponce
Victor Manuel:
ResponderEliminarProfundo tu artículo; estoy de acuerdo. finalmente nos construimos en el silencio y la soledad. de ahí salimos energetizados a propagar nuestra luz.
Stella Amanda Valderrama
Medellín - Colombia, 24 de mayo del 2012
Estimado Victor, te agradezco tus publicaciones, son verdaderas enseñanzas, te ruego avisarme como suscribirme a tu portal, tambien te solicito si tienes alguna lectura sobre los ángeles.
ResponderEliminarCordiales Saludos:
Jose Luis Villagómez Valle
24 de mayo del 2012
Gracias Víctor por este tema, me apasiona el silencio.
ResponderEliminarGracias amigo por enseñarme a valorar el SILENCIO
ResponderEliminarAbrazos
Consuelo Sánchez Manzzini
Guayaquil - Ecuador, 27 de mayo del 2012
En mi silencio se expresa mi alma
ResponderEliminarcuando te miro a tu ojos
mi mirada habla en silencio
con esa palabra
que es la mas bella
Stella Maris taboro
México, 27 de mayo del 2012
Mi querido poeta:
ResponderEliminarLas palabras sobre el silêncio, el alma y el corazón tienen um poder de penetrar en el intimo de nuestro ser e nos quedar callados para usufruirmos de las benesses de la vida verdadera. Eso eres tu, mi querido.
Irene Zannete
Sao Carlos Brasil, 28 de mayo del 2012
El silencio y la libertad, son comienzos que nunca deberían terminar...
ResponderEliminarFelicitaciones distinguido amigo virtual Víctor Manuel por este mensaje y vuestras obras literarias.
Atte.
Iris Girón Riveros
Huanta - Perú
28 de mayo del 2012
Estimado amigo..... lo del !!Silencio !!! me consta .....
ResponderEliminarBesitos
AUGUSTA
Ibarra Ecuador, 28 de mayo del 2012
El Silencio me habla
ResponderEliminarHay cartas que nunca fueron enviadas por no hacer daño, y aunque el buzón de la vida tiene aristas cortantes en su flagelado nimbo; recuerdos marchitos, pronósticos del ayer; venganza de un recreo florecido que termina en un agua indescifrable como el llanto de la amapola asida al desnudo ligero de su talle, el motivo más pequeño engrandece si no haces grandes cosas a la vista de todos. No me queda más remedio que recurrir a ti, paladín del desierto que enarbola la ingravidez que sustenta y enajena, Silencio; qué cómodo estás en tu butaca de carmín y grana; cómo te denominas abonado del mar si eres como la inflexión, un nudo aparente que se implanta en la llanura del acto. No te detengas, albergue incruento de un dios que a veces provoca la caricia; entrena tus quehaceres, nada es sin el cuidado que exige la constancia. Hoy propongo la disminución de tu cuerpo, no cabrías en mi cuarto, has crecido tanto que deterioras las paredes de mi casa. Sé que estás triste por mí, que no quieres perderme y te lo agradezco; son dichos que plagian la lujuria de tu casta Brahma, pero trátame con igualdad para desheredarte un poco, para liberarte de tu generosa adhesión. Lléname de peros pero absuélveme de ti; a esta inflexión que alojas le faltan “muchos pocos” para propagar la vida. Mas ¡oh, silencio que tanto me diste! no dudes del acento que tus manos revisten en la versificación de tu sonoro silo. Soy literatura amenazada de cerezos cuando la niebla sopla y se aleja al confín del horizonte.
Amenizada tarde la que reprime el verso escondido en la espuma del mar. Vibra el sosiego del crepúsculo entre los árboles que encarnan en hojas transparentes que conducen su savia al reguero de una siembra permanente – todavía no hay nada que recolectar y todo queda por hacer–. Giras entre mis dedos inasequibles al descanso, inasibles a la acción; transitas por entre los racimos de estas ruinas que engarzan un océano en su ocaso, asistido de mi fiel voluntad. Hoy te tengo una sorpresa, amigo Silencio, te saluda la voz que prospera en secreto. No me muerdas con tu brisa de quebranto, esa de cárcel aciaga, sea más bien con la festiva, la del requiebro. Pareces granado en tu misterioso enigma…
El silencio se queda conmigo muchas horas y me insta al oído: –Ahora me voy. Sólo volveré cuando me llames–.
En el crespón colindante al verso dormido se halla un aroma que inunda de alegría la paz del corazón con su flor blanca de jara verde.
(Autora: Laura Olalla. D.R.)
Estimado amigo y colega del pensamiento. Le felicito por tan hondas manifestaciones del alma, y le ruego acepte esta breve reflexión mía "El silencio me habla". Será un gran honor para mí recibir algunas palabras sinceras de este pequeño pensamiento. Le quedo eternamente agradecida. Desde Madrid- España...un fraternal abrazo.
ResponderEliminarEl Silencio me habla
Hay cartas que nunca fueron enviadas por no hacer daño, y aunque el buzón de la vida tiene aristas cortantes en su flagelado nimbo; recuerdos marchitos, pronósticos del ayer; venganza de un recreo florecido que termina en un agua indescifrable como el llanto de la amapola asida al desnudo ligero de su talle, el motivo más pequeño engrandece si no haces grandes cosas a la vista de todos. No me queda más remedio que recurrir a ti, paladín del desierto que enarbola la ingravidez que sustenta y enajena, Silencio; qué cómodo estás en tu butaca de carmín y grana; cómo te denominas abonado del mar si eres como la inflexión, un nudo aparente que se implanta en la llanura del acto. No te detengas, albergue incruento de un dios que a veces provoca la caricia; entrena tus quehaceres, nada es sin el cuidado que exige la constancia. Hoy propongo la disminución de tu cuerpo, no cabrías en mi cuarto, has crecido tanto que deterioras las paredes de mi casa. Sé que estás triste por mí, que no quieres perderme y te lo agradezco; son dichos que plagian la lujuria de tu casta Brahma, pero trátame con igualdad para desheredarte un poco, para liberarte de tu generosa adhesión. Lléname de peros pero absuélveme de ti; a esta inflexión que alojas le faltan “muchos pocos” para propagar la vida. Mas ¡oh, silencio que tanto me diste! no dudes del acento que tus manos revisten en la versificación de tu sonoro silo. Soy literatura amenazada de cerezos cuando la niebla sopla y se aleja al confín del horizonte.
Amenizada tarde la que reprime el verso escondido en la espuma del mar. Vibra el sosiego del crepúsculo entre los árboles que encarnan en hojas transparentes que conducen su savia al reguero de una siembra permanente – todavía no hay nada que recolectar y todo queda por hacer–. Giras entre mis dedos inasequibles al descanso, inasibles a la acción; transitas por entre los racimos de estas ruinas que engarzan un océano en su ocaso, asistido de mi fiel voluntad. Hoy te tengo una sorpresa, amigo Silencio, te saluda la voz que prospera en secreto. No me muerdas con tu brisa de quebranto, esa de cárcel aciaga, sea más bien con la festiva, la del requiebro. Pareces granado en tu misterioso enigma…
El silencio se queda conmigo muchas horas y me insta al oído: –Ahora me voy. Sólo volveré cuando me llames–.
En el crespón colindante al verso dormido se halla un aroma que inunda de alegría la paz del corazón con su flor blanca de jara verde.
(Autora: Laura Olalla. D.R.)
Tan solo quiero decir gracias, por compartir tantas palabras y verdades maravillosas y que llegaron a iluminar mi mente y tocar mi corazón en el momento que más lo necesitaba para comprender y aceptar situaciones sin questionar tan solo aceptar.
ResponderEliminarGracias.
Pilar Martínez de la Vega.
1 de junio del 2012
Que buen artículo! muchas gracias por compartirmelo.
ResponderEliminarMary Grueso Romero
Buenaventura Colombia,
1 de junio del 2012
Sentimos represion cuando actuamos desde el ego. No oimos el silencio por el ruido constante y llenos de ilusiones que nos ofrece el ego...
ResponderEliminarLis, 12 de junio del 2012
El silencio nos permite escuchar nuestra voz interior.
ResponderEliminarMarisol Suárez Montilla
12 de junio del 2012
Bellísimo momento en la vida...El Silencio...Gracias!!
ResponderEliminarDaniela Jara León
12 de junio del 2012
Gracias por compartir este articulo tan reconfortante
ResponderEliminarMartha Trujillo López
12 de junio del 2012
APRENDÍ DEL SILENCIO. ES IMPORTANTE PARA SER,PARA CREAR, Y SOBREVIVIR
ResponderEliminarGRACIAS !
RAQUEL ORZUJ
INTERNATIONAL EDITORIAL CARTOONIST
www.orzuj.com.uy
SI LA PALABRA ES PLATA , EL SILENCIO ES ORO" ES MARAVILLOSO LO QUE SUCEDE EN UNA SEMANA DE SILENCIO. CUÁNTOS CAMINOS INTERNOS SE RECORREN Y DESCUBREN
ResponderEliminarME GUSTAN TUS ESCRITOS
VAN CON MI CAMINO
MUCHAS GRACIAS
MIL BESOS DE LUZ
Todo lo arrastra el viento.
ResponderEliminarCanta y cuenta la lluvia.
Las letras de agua caen
rompiendo las vocales
contra los techos. Todo
fue crónica perdida,
sonata dispersada gota a gota:
el corazón del agua y su escritura.
Terminó la tormenta.
Pero el silencio es otro.
Hay silencios necesarios, curativos, sagrados,impuestos, voluntarios.........pero nunca las experiencias son iguales. No existe la rutina con el silencio, porque el pensamiento y la reflexión trabajan y nos abre caminos.....
Besos Víctor, excelente artículo