martes, 25 de octubre de 2016

DECRETAR ES ENERGIA EN ACCION


VICTOR MANUEL GUZMAN VILLENA



Decretar es usar el poder de tu palabra para obtener los resultados que deseas. Es una afirmación verbal o mental que es emitida por una persona con la autoridad de saber que se cumplirá. Un decreto es una orden para el universo para que se cumpla de manera positiva y armoniosa o también puede ser negativa en contra de determinada persona o cosa.


El poder de la palabra es tan grande que muchas cosas que nos suceden se deben al uso de ella. Quienes se la pasan diciendo cosas negativas crean situaciones negativas, lo contrario de aquellos que hablan positivamente. Hay quienes dicen cosas como "La situación del país cada día está peor", "Este tráfico está terrible", "A mí nadie me quiere", “soy fea, por eso nadie se enamora de mí”, "Es que yo si soy de malas", "No hay que confiar", "La clase política es corrupta", etc. Al estar usando nuestra palabra para afirmar estas cosas les estamos dando mayor fuerza y estamos permitiendo que ellas existan y cada vez se manifiesten con mayor fuerza en forma negativa negando la posibilidad que sea favorable a la persona y a su entorno. Estas  formas de pensar y actuar se heredan anteriores generaciones, o por el sistema cultural en que se vive, donde el pesimismo era y es la regla por múltiples causas. La repetición de frases negativas va formando una fuerte creencia en nuestro subconsciente y hace que eso se convierta en realidad. Estas son las llamadas cristalizaciones, o convicciones negativas que hemos creado y sostenido con la palabra. Por ejemplo, a un niño se le puede decir continuamente "No salgas descalzo porque te enfermas". Si el niño, algún día llega a salir descalzo es seguro que se va a enfermar, entonces el papá y la mamá le van a decir "Si ves que era cierto, por salir descalzo te enfermaste." Sin embargo, ¿cuántos niños hay descalzos, sucios, que hasta comen tierra y viven sanos? Ellos han estado libres de esa repetición verbal. Todo lo que nos repitan se va cristalizando hasta que se convierte, para nosotros, en una realidad difícil de rechazar.


Recordemos nuevamente que el poder de las afirmaciones está íntimamente ligado al poder de las palabras, entonces los decretos son todas aquellas ideas que decimos y que producen efectos positivos o negativos en nuestro mundo. Son declaraciones que se escriben o repiten verbalmente en forma regular para ayudar a provocar un cambio en distintas áreas del individuo, por lo que tenemos que tener mucho cuidado en pensar algún suceso que queremos que se cumpla, por lo que es recomendable decreta siempre en positivo, ya que la palabra pronunciada o idealizada está creando situaciones.


ENERGIA


Las palabras tienen una energía propia. Hay palabras que son afirmaciones que construyen y otras que destruyen o nos mantienen indefinidamente en el estado o condición que deseamos cambiar o modificar, por lo que debemos concentrarnos en lo que genuinamente queremos que nos suceda. Es un trabajo al principio concreto y difícil, ya que debemos abandonar viejos hábitos y nos puede servir de herramienta para cambiar hábitos negativos y dar lugar a lo nuevo en nuestras vidas. Hay momentos en que sentimos que debemos dejar una afirmación o modificarla porque esa área ha cambiado, se ha transformado por pedido nuestro, ya que cuando hablamos, evocamos un pensamiento y le damos vida, haciendo audible lo que está oculto dentro de nosotros. 


PENSAR PARA HABLAR


Tenemos que saber utilizar el poder maravilloso de la Palabra, para que ella pueda alcanzar un objetivo cósmico, comunicando el orden y el equilibrio del Universo. El lenguaje revela lo que somos ya que encierra un propósito, que puede tener dos intenciones: benéfico, así como el lenguaje incorrecto puede crear una forma que tenga un objetivo maligno. Sin darnos cuenta, hablamos incesante e irresponsablemente día tras día, empleamos palabras; multiplicamos sonidos, y nos rodeamos de mundos de formas creadas por nosotros mismos. La palabra puesta en nuestra boca es un arma poderosa, por lo que es indispensable hacer buen uso de la palabra y tener un propósito positivo y lleno de valores.


LEY DE CAUSA Y EFECTO


El decretar pone en movimiento una causa y ésta trae una consecuencia, positiva o negativa, que dependerá de la causa puesta en movimiento. Por cada acción, existe una consecuencia, es decir entra a funcionar una de las siete leyes del universo que se denomina la ley de la causa y efecto: “Toda Causa tiene su efecto, todo efecto tiene su causa”, y también se conoce como Acción- Reacción. Esta ley funciona en todos los planos y trae a la realización todo lo que sembramos, tanto en pensamiento, palabra y acciones. Esto quiere decir que todo lo que hacemos pone en movimiento una causa y ésta trae una consecuencia, positiva o negativa, que marcará en muchas ocasiones nuestras vidas. No existe el azar, la buena suerte o la mala suerte, sólo resultados.


En conclusión siendo nuestras vidas un conjunto de consecuencias de nuestras acciones, del mismo modo, nuestro futuro dependerá de los caminos que elegimos recorrer hoy. Así, mantener una mentalidad optimista nos facilitará la elección de senderos de felicidad y paz, en pro de alcanzar nuestros sueños, ya que tenemos el control de nuestras vidas.





sábado, 1 de octubre de 2016

LA FUERZA Y PODER DE LOS RITOS


                                            VICTOR MANUEL GUZMAN VILLENA

Las religiones, sociedades y órdenes secretas e iniciáticas tienen base y apoyo sobre tres columnas fundamentales: la fe, que es la confianza en lo que cree o hace; los ritos que son ceremonias o costumbres que siempre se repiten de la misma forma, tienen un valor simbólico; y los símbolos sirven para representar, de alguna manera, una idea que puede percibirse a partir de los sentidos y que presenta rasgos vinculados a una convención aceptada. Como todo elemento de la vida social, estas instituciones evolucionan, pero los ritos y las ceremonias se mantienen inalterables, dando fijeza, permanencia, por lo cual no pueden pasar por alto ni abolirle, ya que gracias a su acción continua la creencia incorporándose al inconsciente. Por tanto de su simple adhesión momentánea, llega a convertirse en convicción sólida capaz de orientar la conducta. Por tanto, si se lo privara de los ritos, símbolos y reducida únicamente a la fe, ninguna de estas agrupaciones podrían ser duraderas y se disolverían con el transcurrir del tiempo. Por ello sus ritos deben ser rigurosamente observados y los símbolos bien definidos y concretos, y para efectuar estas ceremonias se necesitan de templos, donde el rito y el símbolo se vuelve visible y constituye elementos de adhesión a la causa.
 
Los ritos derivados de los dogmas adquieren poder, un poder superior a la misma doctrina, llegando incluso a ignorarse, pero los ritos se respetan siempre, y bajo la influencia de los ritos y símbolos que dominan las imaginaciones individuales, manteniendo la unidad de fe del grupo social. El rito crea imperiosas obligaciones como consecuencia del poder místico que se le atribuye.

La inmensa fuerza de los ritos les hacen sobrevivir largo tiempo a la creencia, ejemplo en la religión católica el bautismo, la primera comunión, el casamiento, el entierro, son observados todavía aun por personas desapegadas de toda creencia. Igual sucede con las fraternidades, el rito es inalterable lo que le da consistencia en su accionar, funciona a través de jerarquías y tiene su propia precedencia.

Ritos y símbolos presentan además grandes analogías en todos sus cultos. Esta semejanza es, sin duda, consecuencia de la inclinación del espíritu humano a emplazar concepciones dentro de los cuadros mentales, poco numerosos a los que los filósofos dan el nombre de categorías de entendimiento. Estos moldes del pensamiento condicionan la expresión de las cosas, limitan las posibilidades de las concepciones innovadoras del pensamiento y sobre todo de los ritos que las mantienen.

En todas las religiones los ritos coinciden, las semejanza en su funcionamiento y en sus ceremonias se parecen extraordinariamente a las que se efectuaban en los templos egipcios hace cuatro mil años. El lenguaje del espíritu místico no ha sido nunca variado. Y no solo sucede con las religiones sino con las fraternidades iniciáticas donde el rito y el símbolo toman un papel relevante de estabilidad y prestigio en las sociedades, llegan a adquirir poder y una reserva moral en la política de los pueblos.

Es común observar como en las fiestas nacionales, grandes conmemoraciones, las banderas, estandartes, estatuas, las pompas oficiales, las togas de los magistrados, el aparato de la justicia con sus simbólicas balanzas, son los más seguros sostenes de las tradiciones y de la comunidad, y de ese sentimiento constituye la fuerza de las naciones. Por ende tienen gran influencia en la conducta de todos sus habitantes.

De lo expuesto muestro sobre qué elementos psicológicos se edifican las concepciones dogmáticas y filosóficas que permiten presentir por qué se presentan ellas, bajo diversos aspectos de profundas analogías. 
     

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