VICTOR
MANUEL GUZMAN VILLENA
Morir
no tiene por qué ser necesariamente un acontecimiento desgraciado. Lo es, sin
embargo, la mayoría de las veces. Esto se debe a que seguimos creyendo este
suceso desde una visión muy pobre y distorsionada de su esencia y significado.
Estamos fuertemente condicionados para ver en la muerte sólo a una enemiga.
Pero ¿Por qué habría de serlo? Esta sencilla reflexión puede bastar y
permitirnos obrar sensatamente en esas circunstancias que son, es obvio
decirlo, en extremos delicados.
Es
preciso tener un punto de vista más preciso sobre estos hechos. Aprender a
encausar adecuadamente el proceso de morir para hacer posible una muerte digna.
Ayudar a que la persona pueda entrar en ella como entró en la vida, suavemente,
con la armonía y belleza que tienen los hechos propios de la naturaleza.
Ciertamente,
morir es mucho más que la mera extinción de los signos vitales del cuerpo
físico. Por esa es la mirada habitual con la que estamos identificados. Aquí
quiero mostrar cómo vive una persona ese proceso. Como es recibir la propia
muerte. En otras palabras, cómo se muere la existencia y se abandona el cuerpo
y con él el mundo fenoménico. Porque así es como se muere un ser humano. Esta
es su verdadera muerte.
La tarea
de morir va a significarle a esa persona tener que reacomodar su relación con
el mundo, intentar despedirse bien de sus familiares y amigos, reflexionar
(cada uno lo hará a su manera) sobre el posible significado de su paso por esta
vida, revisar su aprendizaje y ponerse de acuerdo en todas sus actuaciones más importantes de su paso terrestre antes de su partida.
Por
otra parte, el desconocimiento de lo que pueda ocurrir luego de producida la
muerte suele provocar intensos temores. Otras veces el miedo es a la soledad.
Morir es como quedar absolutamente solo, sin ninguna protección, como cuando
éramos niños. Eso atemoriza. Los apegos de todo tipo también dificultan mucho
el relajarse para morir bien. Dejar, o mejor dicho soltarnos de las personas y
cosas que uno ama y necesita puede resultar muy penoso y hasta angustiante.
Hay
veces en que la persona está preparada para su partida, hizo una buena
elaboración, pero es interferida por algún familiar que no quiere aceptar esa
muerte. Aunque puede resultar asombroso, muchas veces, algunas personas
postergan su partida como dándole tiempo para elaborar esa despedida. Esa es
una situación muy conmovedora. Por eso se necesita la ayuda de la familia.
También
se ha observado la misma postergación en espera de la llegada de un amigo o
familiar ausente. Otras veces la persona siente que todavía no ha concluido con
sus actividades en la vida, que tiene demasiadas cosas pendientes por hacer. Es
lo normal en los jóvenes y lo habitual en las personas acostumbradas a
postergar. Les resulta particularmente lamentable morir.
Luego
se inicia el repliegue de conciencia que en medicina se llama estado de coma,
en el primer estadio. Aquí prefiere permanecer silencioso y con los ojos
cerrados la mayor parte del tiempo. Creo que en ese
momento se inicia o se acentúa una apertura de la conciencia a una dimensión
diferente de la realidad. No debe ser estimulado ni llamado a nuestra realidad.
De este primer estadio retorna varias veces espontáneamente. Si está tranquilo
y sin miedo es posible que nos regale algún comentario de esa experiencia con
el que nutrimos nuestro aprendizaje y nuestro asombro. Con el correr de las
horas o los días, según el caso, esta situación se profundiza hasta que llega
un momento en que sentimos claramente que perdimos contacto. Se produjo
la muerte clínica, la abstracción total y definitiva.
Lamentablemente,
dadas nuestra noble incomprensión y aun nuestra insensibilidad con respecto a
estos temas, lo habitual es que la persona muera en una gran soledad. Con
miedos y preguntas que no tuvo a quién formular (la gente rehúye a hablar de
cosas tristes) Sabiendo que debe seguir avanzando hacia lo desconocido, tal
vez, sin sentirse preparado o siquiera acompañado en ese trance. La muerte es
una puerta que se abre al misterio de lo desconocido. Se requiere coraje,
también preparación para cruzarlo con confianza, celebrando el tránsito con una
sonrisa en los labios. Pocos mueren así.
El
significado de la muerte en las enseñanzas tibetanas no es más que otro momento
de practicar la atención y constituye la más liberadora de las meditaciones. La
muerte es el momento de la verdad, cuando nos enfrentamos cara a cara con la
realidad. En el Tibet, el morir es visto como un proceso de purificación, ya
que a través de él se retorna a la clara luz, a nuestro estado natural e
intrínseco de luminosidad, para disolvernos en él. En el momento de la muerte,
surge para todos está clara luz de la realidad. En su naturaleza radiante,
conocida algunas veces como Rigpa, el
despertar iluminado. Sin embargo para beneficiarse de ese momento de la verdad,
para conseguir la liberación se debe estar preparado. De otro modo, ese momento
pasará de lado sin que se dé cuenta.
En
otras culturas a la muerte la describen como un gran orgasmo donde las
fronteras del yo se diluyen y “dentro” o “fuera” son dimensiones que dejan de
existir. En ese instante se producen profundos cambios fisiológicos y
eléctricos acompañado por un estallido de energía. Las ondas emitidas por el
cerebro se modifican radicalmente situando a la persona en un verdadero estado
alterado de conciencia y su organismo libera
una gran cantidad de endorfinas que acuden directamente a drogar las
neuronas y con ello exhala su último suspiro.
Querido Victor Manuel:
ResponderEliminarDebo decirte que me sorprendió este reflexió, por mi parte
no temo a la muerte en si, sino al modo en que llegue mi momento final.
Por lo demás espero que estés bién y que la vida te sonría
Abrazos
Patty Gallardo
Chile, 17 de octubre del 2013
Gracias por enviárme este archivo, Victor Manuel,es excelente y me llegó para confirmar mi creencia en relación a la muerte.
ResponderEliminarEs una experiencia muy triste el fallecimiento de una persona amada, pero es fundamental que los que nos quedamos ayudemos a su alma a partir y a aceptar esa nueva situación. La aceptación de esa realidad y el saber que los lazos de amor que existieron entre las personas no desaparecen con la muerte de una de ellas, unicamente cambian su expresión por estar en dimensiones diferentes,ayuda mucho para seguir nuestro camino.
Un abrazo, Luz para ti.
Ana Lucía Ponce
Quito-Ecuador, 17 de octubre del 2013
Excelente artigo, querido amigo. Eu creio na vida após morte e tanbém creio em reencarnação. Só isso pode explicar tantos contrastes em nosso mundo.
ResponderEliminarBeijo grande
Rose Mori
Brasil, 18 de octubre del 2013
Gracias querido Víctor Manuel por presenter este interesante e importante tema, que es de competencia de todos.
ResponderEliminarUn abrazo muy grande con mucho amor fraternal
Margoth Proaño
Quito-Ecuador, 18 de octubre del 2013
Amigo, su reflexión ha llegado a lo más profundo de mi alma, porque por coincidencia en estos días estoy pasando por momentos muy dolorosos por la muerte de un tio muy querido. Estoy conciente que la muerte nos llega a todos, pero es muy difícil aceptar que no podremos seguir disfrutando de la presencia de esos seres especiales en nuestra vida.
ResponderEliminarGracias por compartir sus valiosos temas y un saludo fraterno
Margarita Solorzano
Portoviejo- Manabí, 19 de octubre del 2013
Felicitaciones por tu blog que contienen excelentes temas relacionados con la parte espiritual del ser humano. Relacionado con el tema que planteas sobre la muerte, puedo decir que forma parte de la vida; no es una ruptura sino ciclos con lo que vamos avanzando en nuestro perfeccionamiento.
ResponderEliminarMartha Guerrero Zaldumbide
Quito Ecuador, 19 de octubre del 2013
Querido Victor: He leído releído con mucha calma tu ensayo, y realmente me haces reflexionar otra vez en la muerte y mis deseos de bien para los seres queridos de mi familia, que aún están conmigo, y para los que han partido. A todos los me han dado la experiencia de vivir la despedida. Lamento a veces, -antes más, ahora ya no tanto-, porque no con todos ha sido una experiencia hermosa. Coincido contigo, ya que estoy convencida que puedes tener una muerte ligera, sin cargas emotivas pesadas, ni miedos , ni desajustes de pánico. Y no es precisamente una cuestión de convencimiento si no de comprensión y de sinceridad con uno mismo, de aceptación en el mejor de los casos, y preparación como el último acto creador en este plano.
ResponderEliminarLas contradicciones las he vivido como eso ,simplemente.
Me hubiera gustado que mis padres tuvieran una partida linda y armoniosa con el cosmos cuando partieron, pero no se tomó la preparación adecuada. El pretexto esra que no había tiempo; lo cual me parecía una contradicción, si nosotros somos el tiempo! En fin, no había la disposición al tema. Y luego , como dice el poema de que "la muerte no pide permiso", de llegar. Pero cómo, querido ! si , ella está siempre con nosotros. Y lo que parece de repente, es siempre.
En fin¿cómo hacerle , ante estos sentimientos de lamento por lo que no se hizo al momento de partir tus seres queridos? He vivido tan de cerca la muerte con cada persona que he visto partir. Cuando era niña, mi abuela, luego mi perro, luego yo misma cuando me dio sarampión, y que parecía que me moría y tenia alucinaciones y miraba ese mundo extraño de seres del otro lado de la vida, todo eso.. Más mis padres , mi tíos, mi hermano...
En fin querido, la estadística familiar ha crecido. Mi vida esta llena de misterios y con contactos con el gran espíritu que nos rodea, porque mi búsqueda ha sido en función de esto: ver la otra cara de la vida con mas armonía y entrega al cosmos.....Me encanta tu ensayo por eso, porque me acerca a ellos, y a su vida, así como a la esperanza de vivir la muerte despedida armonizada con la vida, o al menos en el intento de replantearme cómo he de morir yo , cómo debo de prepararme. Lo mas sano y hermoso que puedo hacer para darle paso a mi vida.
Te mando un gran abrazo.
Te pido por favor que no dejes de mandarme tus escritos.
Elizabeth Cazessus
México, 21 de octubre del 2013
Me encantó. Muchas verdades a las que debemos reflexionar para acostumbrar a esa realidad infalible.
ResponderEliminarBesos,
Valeria
21 de octubre del 2013
QUE HERMOSO Y TAN BIEN DESCRITO! GRACIAS MI Q.´.H.´. RECIBE MIL ABRAZOS DE MELINA.
ResponderEliminarMéxico, 25 de octubre del 2013
Gracias por abrir esta PUERTA MÁGICA ,podría trasnochar sin descanso, me encanta esa forma fluida y clara que facilita el entendimiento, que lo mantiene expectante por cada uno de los temas .
ResponderEliminarHace algunos años en mi curiosidad y habida de conocimiento , en esos andares por los caminos de querer encontrar la verdad, conocí una que desde mi punto de vista empezó a despertar mi maestro , se llama CIRCULO HEFE, en su profundización es una canalización de seres de luz . Algo que siempre tengo presente es que era primordial compartir nuestros conocimientos y lo explicaban con una frase " ABRE TUS ALAS MARIPOSA" ya que decían que las alas se fabricaban a medida que compartías tus conocimientos........Igual te digo mi hermoso amigo.
Un abrazo , gracias por permitirme compartir contigo........
Claudia Patricia Ferreira
Guayaquil- Ecuador, 8 de noviembre del 2013
La curiosidad superó a mi pena. Allí delante suyo la contemplé exalar y llegué a contar sus últimos extertores. Conté hasta el úitimo, 13. Antes le pedí que no siguiera luchando y que se volviera con los suyos a Francia, donde sus padres.
ResponderEliminarEn el tanatorio le bailé unos pasos de Tai-chi y despedí así a mi madre.