VICTOR MANUEL GUZMAN VILLENA
Tanto la música interna como
la externa pueden servir de guía al alma en su desplazamiento hacia los reinos
reales de la tierra. La música nos puede poner en el camino, acompañarnos en el
trayecto, y hasta puede estar allí al final del viaje. Desde el más allá de los
tiempos se ha empleado en el campo de los cambios psicológicos, ya que produce emoción. La
música como medio de iniciación, conduce a actitudes de éxtasis que luego
acompañada con conocimientos metafísicos nos lleva a nuevos estados de
conciencia. Podríamos decir que nos puede llevar a sentir embriaguez en la que
el conocimiento no está ausente.
La belleza de la música nos lleva
a nuevas realidades cósmicas y metafísicas, en especial la de ejecución
instrumental que actúa como conductora
del alma, donde se oirá y se sentirá la belleza indescriptible que existe en
las fuerzas intemporales más allá de las
experiencias humanas.
Las resonancias de la
ejecución musical tienen un efecto beneficioso sobre el cuerpo y la psiquis:
calma, infunde solemnidad y armoniza. Pero hay más todavía: es un vehículo que
puede elevarnos hasta donde seamos capaces de hacerlo, en la identificación con
nuestra melodía interior, que nos permita el ingreso a transitar por el sendero
que nos conducirá a nuestro templo espiritual, donde encontraremos paz, armonía
y felicidad plena. Y allí dentro contemplaremos nuestra vida y si queremos
podemos transformarla siguiendo el ritmo de las siete notas musicales que son
la base de la composición de nuestra melodía, cual es el entendimiento, la
sabiduría y el aporte hacia los demás. Esta composición sinfónica de acciones
amerita ser transportada en un viaje al universo para ser testigos visuales o auditivos de nuestras
propias experiencias místicas donde
participamos, siendo estimulados a aportar a nuevos conocimientos y
percepciones de esa música superior.. Allí podemos trascender, y entrar en esa
totalidad, como el pleroma, o sea la relación de cumplimiento de
plenitud, elemento común a muchas doctrinas gnósticas, que significa encontrar el verdadero universo
de armonía, unidad y de luz, opuesto a la oscuridad. El canto llano, como misterio
de un oficio religioso, un mantra, o un baile de un místico, ofrece a cada uno, lo
que cada uno es capaz de recibir.
Cuantas veces nos hemos estremecido al escuchar una ejecución musical donde no interviene la palabra. Es en este éxtasis donde podemos apreciar la mejor imagen de las armonías secretas y el misticismo individual y la labor de elevación colectiva. Las melodías sin palabras son eternas y errantes, alas que transportan al alma hacia los reinos superiores, en la tarea de redimir lo que destruimos; ayudando no sólo a renovar y acrecentar la chispa interior, sino también el de todas las demás innumerables chispas aprisionadas en el mundo manifiesto. La música nos permite oír un débil eco de esas dulces modulaciones que el oído de los mortales comunes no puede captar. Nos despierta el elevado recuerdo de lo que oímos en una vida anterior. Nos puede provocar un apasionado amor y los deseos de surcar el cosmos en busca de respuesta a nuestros interrogantes, nos sentimos libres de nuestra envoltura de barro. De todos los instrumentos, dicen los entendidos, que la lira de siete cuerdas es el más apto para recordar a los hombres el concierto eterno de la gran sinfonía cósmica, exhorta al alma a que se eleve a realizar este ascenso y se insufle de sabiduría en la búsqueda de nuevas fuentes de experiencias.
Cuantas veces nos hemos estremecido al escuchar una ejecución musical donde no interviene la palabra. Es en este éxtasis donde podemos apreciar la mejor imagen de las armonías secretas y el misticismo individual y la labor de elevación colectiva. Las melodías sin palabras son eternas y errantes, alas que transportan al alma hacia los reinos superiores, en la tarea de redimir lo que destruimos; ayudando no sólo a renovar y acrecentar la chispa interior, sino también el de todas las demás innumerables chispas aprisionadas en el mundo manifiesto. La música nos permite oír un débil eco de esas dulces modulaciones que el oído de los mortales comunes no puede captar. Nos despierta el elevado recuerdo de lo que oímos en una vida anterior. Nos puede provocar un apasionado amor y los deseos de surcar el cosmos en busca de respuesta a nuestros interrogantes, nos sentimos libres de nuestra envoltura de barro. De todos los instrumentos, dicen los entendidos, que la lira de siete cuerdas es el más apto para recordar a los hombres el concierto eterno de la gran sinfonía cósmica, exhorta al alma a que se eleve a realizar este ascenso y se insufle de sabiduría en la búsqueda de nuevas fuentes de experiencias.
Interpretar en unos casos y en otros escuchar el
mundo de la música espiritual nos forza
a demostrar que el cosmos tiene su propia
melodía, y que ésta existía antes
de que el humano se dispusiera a evolucionar
en la historia de la vida en la tierra. Estas interpretaciones han durado toda la eternidad y han sido capaces de
transformar el alma de quien quiere escuchar y alcanzar el cambio en la reacción.
En el mundo de los
sentidos, la música nos induce a
observar las visiones de este mundo percibido con el ojo y el oído interno,
hasta conseguir Imágenes arquetípicas de un modo maravilloso, de forma tal que
los ciudadanos celestes alaban a través de sus sonidos y claman y representan la voz de una multitud llena
de espiritualidad y conectada al templo
virtuoso de la música y las armonías. Estas voces al igual que las aguas, el
viento, el fuego, los árboles , las flores, las
piedras, sienten el encanto de la vida
plena, de la soledad y de los estados de conciencia de quienes están a su lado y
nos transmiten una música que jamás cesa: es una música que uno oye por doquier
pero que no está en ninguna parte; a veces es un murmullo; otras veces el oído de un mortal cree que oye
el lamento de una divina armonía, cuyas
variaciones no son terrestres y que nadan en la región media del aire. Las
voces, las modulaciones brillantes, prorrumpen de repente desde lo profundo de
los bosques celestiales y luego se
dispersa por el aliento de nuestros espíritus; estos sones parecen haber
expirado. Sin embargo prontamente, una confusa melodía revive a lo lejos, canta en las orillas del río de la vida, sumergiéndonos en una gran fantasía del universo
mágico.
Estas regiones situadas en
nuestra vida jamás son iluminadas por
nuestra luz diurna sino que un suave resplandor que cae calladamente sobre
las regiones místicas de nuestra alma nos invaden como si fuera nieve que
acompaña al invierno; entonces penetra en todas las sensibilidades , las hace
suavemente radiantes con luz hermosísima y proyecta una belleza perfecta a
quien la mira. El éter, que es tan sutil, sería todavía demasiado material para
este sitio; el aire que uno respira es el amor; aire similar a una especie de
melodía visible que llena todas las blancas llanuras de las almas con igual esplendor
y armonía.
Nuestra vida esta llena de musicalidad, de ritmo, melodias, sonidos armoniosos y otros que no lo son tanto, unos nos elevan, nos deleitan, otros son tan cotidianos que apenas los notamos, pero estan ahi, deleitando nuestro oido, acariciando nuestra existencia, cuando estas a solas, en un lugar lleno de paz, comienzas a escuchar los sonidos del silencio en ese momento entras en contacto con el universo y enriqueces tu mente y tu espiritu, te sensibilidad crece y en tu interior sientes regocijo al entrar en contacto con el universo. Gracias por tan hermoso articulo y por tratar sobre un tema tan interesante y actual
ResponderEliminarPERFECTO, DE TEMPORADA. FEBRERO, MES DEL LENGUAJE SECRETO
ResponderEliminarMARIA DOLORES MORAN
IBARRA- ECUADOR, 6 de febrero del 2013
Excelente articulo como todos los que tu escribes. Relacionado al lenguaje secreto del universo, todo tiene sonido que nos comunica entre el micro y macro cosmos que todos llevamos en nuestro templo interno
ResponderEliminarOswaldo Caicedo Avendaño
Guayaquil- Ecuador, 6 de febrero del 2013
Fuerza del sonido de un cosmos musical, ideas como las escritas por ti Víctor Manuel, con sabiduría y conocimiento deben entrar en la mente colectiva por la puerta trasera de la fantasía.
ResponderEliminarMirian Barbosa Neto
Río de Janeiro- Brasil, 6 de 2013
Traducción del portugues al español..
Que buen artículo el aporte suyo al conocimiento que vive en nosotros. Tu sensibilidad y la sabiduría que te dotó el universo nos habla de la celeste música de las estrellas matutinas que cantan junto a las vespertinas juntas transmite a los cantos de las montañas, de los valles, ríos y mares, que desde alli partió la vida a los reinos: vegetal, animal y elemental.
ResponderEliminarFinalmente, los cantos se convierte en lenguaje cuando las criaturas que pueblan la tierra nos convertimos en criaturas parlantes, dotándolas de razón y de libertad para pensar y actuar.
Carlos Miguel Sánchez Flores, Ciudad de México- 6 de febrero del 2013
La gran Música del universo enciende la Llama Imperecedera de nuestros poderes
ResponderEliminarClara Inés Ponce de la Fuente
Madrid- España, 6 de febrero del 2013
Muy interesante.
ResponderEliminarPienso que somos música, por eso la respuesta hacia ella.
Un beso.
Sakkarah
Que inyteresante tema que has desarrollado en este blog que es una magia. El universo es melodía que influye en el desenvolvimiento de nuestra vida, en nuestro organismo, basta con sentir que tipo de emociones despierta en nosotros. Las emociones negativas se diluyen y entran a actúan las positivas que liberan sustancias para el buen funcionamiento de todo nuestro metabolismo.
ResponderEliminarHéctor Hidalgo de la Torre
Bogotá- Colombia,10 de febrero del 2013
Ilustre Maestro y gupia de mi alma su sabiduría siempre me tiene anclado a mis sueños y cuanto quisiera compartir ese tiempo que dedica a escribir. El tema planteado por usted es por demás interesante. Puedo argumentar que La música posee las cualidades de una droga, positivamente hablando, ya que tiene la capacidad de estimular o reprimir funciones del organismo. Al mismo tiempo, la música dispone de un tipo de lenguaje que es imposible convertir en palabras. Es un lenguaje único que solamente se puede interpretar por medio de la energía y la vibración, si nosotros no tenemos este conocimiento en nuestra conciencia, nuestra mente y nuestro cuerpo y espíritu no podremos escuchar. Así que basta una pieza musical para que mente, cuerpo y espíritu actúen solos.
ResponderEliminarMarisol Andrea Fuchsloher Heim
Santiago de Chile, 10 de febrero del 2013
Este lenguaje del universo nos permite despertar el sentido de unidad, de integración social, ayudándonos a comprender y aceptar las ideas ajenas.
ResponderEliminarPero también consigue lo que difícilmente se consigue por medio directo de la ciencia o las religiones, la música eleva el nivel emocional de la mente humana, proyectándola al infinito.
Bertha Cecilia Pozo Zumárraga
Quito- Ecuador, 10 de febrero del 2013
Gracias mi hermano por tan hermoso tema, compartiré a mis QQ:.HH:.Y HHnas:.
ResponderEliminarUn TAF:. con mucho amor fraternal.
Margoth
Quito- Ecuador, 12 de febrero del 2013
Hermoso, Victor Manuel. La música es en verdad mágica, puede transportarnos por mundos y emociones que sin ella no podríamos visitar. Yo pienso que todos tenemos un ritmo musical propio, muy nuestro, que nos marca y nos dota de características únicas. Ese ritmo, en mi opinión, nos define y hace que nuestros sentimientos fluyan de acuerdo con los acordes de esa música con la que llegamos a la vida terrena. Gracias por compartir tu conocimiento, tus ideas, tu manera de pensar, tu música...
ResponderEliminarUn abrazo, AnaLucía.
Quito- Ecuador, 12 de febrero del 2013
En verdad, me ha dejado un sabor a hondas riquezas compartidas, este texto que abunda en conceptos que tratan de los viajes interiores y los distintos derroteros que éstos toman llevados de la mano de la música. Hace mucho tiempo, y sin saber por qué, elegí como acompañamiento para mi muerte, o mejor decir, para mi agonía, el concierto N° 4 para piano de Beethoven, pues lo escuché y algo dentro de mí, me condujo a esa situación, y deseé esa música para aquél momento.
ResponderEliminarNo sé dónde mi alma es conducida cuando escucho música, pero sé que cada estilo e instrumento hace vibrar distintos lugares de mi ser, mente, alma, espíritu y cuerpo. La flauta, por ejemplo, en las obras de Mozart. El piano, en las de Schuman, Schubert, Haydn. El chelo, es uno de mis predilectos.También el saxo es un instrumento que me transporta.
La lectura y la pintura, junto a la música, son detonantes de lo interior, de lo mítico, de lo secreto, de lo sagrado, de lo desconocido por nosotros mismos, acerca de nosotros mismos.
El perfume, los perfumes, las fragancias, me transportan y me llenan de experiencias que van más allá de lo físico. Una vez leí un libro, de Peter Süskind,(creo que así se escribe), llamado El Perfume, en el cual un hombre sin olfato lograba atrapar la esencia suprema de las mujeres que elgía para estos fines, al momento en que ellas, asesinadas por él, morían, como si en ese paso final, toda la esencia de lo que somos se vertiera al exterior en un último efluvio de lo que somos.
Víctor querido, agradezco tanto tus envíos y paso tan buenos momentos con estos contactos que me regalas.Gracias. Te abrazo.
Rakel
Buenos Aires, Argentina, 12 de febrero del 2013
La música como la vibración más dulce y tierna del ser, al inicio y final de nuestro viaje, si es que el final existe...........
ResponderEliminarMi bello poeta, siempre refinado y selecto en sus textos, exquisitamente logrado el concepto de música. Felicitaciones.
Cecilia.
13 DE FEBRERO DEL 2013
Querido Víctor Manuel:
ResponderEliminarEs delicioso despertarme para degustar con deleite tu bello escrito sobre el lenguaje secreto del universo. Qué bellas palabras de reconocimiento de ese mundo que nos sirve de escenario de vida... hasta cuando llegamos a la vida plena, espiritual, magnífica que nos conecta y subyuga por su belleza para compartirla sensitiva y trascendentemente porque nos unimos a un coro inmarcesible de "ciudadanos celestes (que) alaban a través de sus sonidos y claman y representan la voz de una multitud llena de espiritualidad y conectada al templo virtuoso de la música y las armonías"
Sigan fluyendo palabras poéticas en el canto permanente de tu pluma.
Cordial saludo
Cecilia Lamprea de Guzmán.
Eres la estrellha mas brillhante en el universo com tu sabiduria. Gracias.
ResponderEliminarIrene
Sao Carlos-Brasil, 19 de febrero del 2013
Victor Manuel,bellisimo trabajo.
ResponderEliminarSoy una enamorada de la Filosofía Oriental,ella representó algo muy importante en mi vida,
me tendió su mano cuando en mi camino senti que mis seres amados habían partido y me encontraba casi sola y en las sombras.
Una causalidad me conectó con el lenguaje universal de esa ciencia milenaria y casi mágica, me dediqué a estudiarla.
Gracias amigo , solo te falto explicar que a medida que nos adentramos en esto , nos damos cuenta cuan largo es el camino a recorrer.
Te cuento que en una oportunidad, consultando el I Ching, y tratando de que saliera el exagrama buscado, el libro me respondió
"Si el alumno es necio el maestro no contesta",¿Que tal?...
Tu amiga argentina.
Lydia R. Pistagnesi
Que bello eres HOMBRE , un ser tan espiritual y mágico ¿como te encontre no se ?, hoy viernes día de buena suerte
ResponderEliminarBello hombre viernes de suerte
ResponderEliminar