VICTOR MANUEL GUZMAN VILLENA
M:. M:.
En este espacio virtual de las Cartas del Alquimista hemos hablamos durante mucho tiempo sobre la felicidad, los dones del amor. Hoy publico el ritual que elaboré y que hoy entrego a vosotros. Es un documento que contiene las enseñanzas y tradiciones de la cultura masónica, celtas, druida, gitanas y wilca. Este ritual de matrimonio por la unión de la sangre es un reconocimiento y confirmación del amor que la pareja se profesa. Igualmente es una recuperación de un rito muy antiguo que se practicada en las antiguas fraternidades y comunidades, y que han permanecido guardadas en los archivos del olvido por mucho tiempo.
Para celebrar estas bodas es indispensable que la pareja esté libre de cualquier vínculo que una con otra persona. Que sea de buenas costumbres, y que su estado de salud sea correcto, a fin de no contraer contagio alguno por parte de los contrayentes. Estos pactos son indisolubles, primero porque son sagrados y para toda la vida, no hay disculpa que diluya esta promesa. Segundo, crean lazos de unión invisibles ya que mezclamos nuestras sangres y le convertimos a partir de ese momento en uno solo ser en dos cuerpos que comparten fortalezas y debilidades, dolor y éxtasis, sentimientos y sensaciones; el destino estaba unido desde ese momento.
ELEMENTOS A UTILIZARSE EN EL RITUAL
El Maestro de la ceremonia, antes de comenzar el ritual constatará todos los elementos que deben estar dispuestos en el ara de juramentos y prepara sus elementos:
La espada: Después de limpiarlo con vino y secarlo recitarás estas palabras con mucha atención: “Agla on penta grammaton, on atanatos, agraton, Tela, justus, Tomon.”
Del cuchillo: que la hoja sea de un acero muy puro y que el mango sea de madera. los lavarás y los secarás tal como se ha dicho de la espada, hecho lo cual, recitarás la oración siguiente: "hel, ya, yac, va adonay, Cados, Cados, Cados, oborel, Elohim, agla, hagiel, asel, Sadon, Esul, Elhoy, heloim, delis, yeuy, del, Agios, Agios, Agios, Rafael, Rafael, Rafael, domine deus omnipotens qui luncta creasti ex Nihilo, nc despicias servum tuum, N. quite suplicitcr orat, ut tibi placeat haec cultra benedicere, purificare et santificare ut sint digna et efficacia ad meas operationes complendas; et jubé angelis tuis venire et adsistere huic mea operationi. O domine omnipotens reminiscere patris mei cui tribuisti omnium rerun cognitionem, fac ut per virtutem illius praeceptorum pura evadant haec cultra et sint tibi grata per tuum nomen quod est sanctum Tetragramaton."
De la copa: Conviene tener una copa para depositar unas gotas de la sangre que los esposos depositaran encima de un papel blanco donde están escritos sus nombres y apellidos como muestra de fe de su comprometimiento. El maestro de la Ceremonias recitará hoc istud vasculum, . Hecho lo cual, la reservará para la operación. Una cinta de color blanco de unos 50 centímetros para envolver las muñecas de la pareja
Tres velas que se colocará en el ara en forma de un triángulo.
Una copa de vino
RITUAL El Maestro de la Ceremonia entra dentro del círculo trazado en el suelo y preside desde el ara. Enciende las velas (disposición en forma de triángulo) e invita a los comprometidos a entrar al círculo, mientras que los asistentes se pongan tras de de la línea que traza el circulo. Luego lee La Senda de la Realización Cósmica, poema de Víctor Hugo, el gran humanista Iniciado, quien dijo textualmente lo siguiente:
El hombre y la mujer
El hombre es la más elevada de las criaturas.
la mujer es el más sublime de los ideales.
La naturaleza hizo para el hombre un trono;
para la mujer un altar. El trono exalta; el altar santifica.
El hombre es el cerebro. La mujer el corazón.
El cerebro fábrica la luz; el corazón produce el amor.
La luz fecunda; el amor resucita.
El hombre es fuerte por la razón.
La mujer es invencible por las lágrimas.
La razón convence; las lágrimas conmueven.
El hombre es capaz de todos los heroísmos.
La mujer de todos los martirios.
El heroísmo ennoblece; el martirio sublimiza.
El hombre tiene la supremacía.
La mujer la preferencia.
La supremacía significa la fuerza;
la preferencia representa el derecho.
El hombre es genio. La mujer un ángel.
El genio es inmensurable; el ángel indefinible.
La aspiración del hombre es la suprema Gloria.
La aspiración de la mujer es la virtud extrema.
La gloria hace todo lo grande; la virtud hace todo lo divino.
El hombre es un código. La mujer un evangelio.
El código corrige; el evangelio perfecciona.
El hombre piensa. La mujer sueña.
Pensar es tener en el cráneo una larva;
soñar es tener en la frente una aureola.
El hombre es un océano. La mujer es un lago.
El océano tiene la perla que adorna; el lago la poesía que deslumbra.
El hombre es el águila que vuela. La mujer es el ruiseñor que canta.
Volar es dominar el espacio. Cantar es conquistar el alma.
El hombre es un templo. La mujer es el sagrario.
Ante el Templo nos descubrimos; ante el Sagrario nos arrodillamos.
En fin: el hombre está colocado donde termina la tierra.
La mujer donde comienza el cielo.
la mujer es el más sublime de los ideales.
La naturaleza hizo para el hombre un trono;
para la mujer un altar. El trono exalta; el altar santifica.
El hombre es el cerebro. La mujer el corazón.
El cerebro fábrica la luz; el corazón produce el amor.
La luz fecunda; el amor resucita.
El hombre es fuerte por la razón.
La mujer es invencible por las lágrimas.
La razón convence; las lágrimas conmueven.
El hombre es capaz de todos los heroísmos.
La mujer de todos los martirios.
El heroísmo ennoblece; el martirio sublimiza.
El hombre tiene la supremacía.
La mujer la preferencia.
La supremacía significa la fuerza;
la preferencia representa el derecho.
El hombre es genio. La mujer un ángel.
El genio es inmensurable; el ángel indefinible.
La aspiración del hombre es la suprema Gloria.
La aspiración de la mujer es la virtud extrema.
La gloria hace todo lo grande; la virtud hace todo lo divino.
El hombre es un código. La mujer un evangelio.
El código corrige; el evangelio perfecciona.
El hombre piensa. La mujer sueña.
Pensar es tener en el cráneo una larva;
soñar es tener en la frente una aureola.
El hombre es un océano. La mujer es un lago.
El océano tiene la perla que adorna; el lago la poesía que deslumbra.
El hombre es el águila que vuela. La mujer es el ruiseñor que canta.
Volar es dominar el espacio. Cantar es conquistar el alma.
El hombre es un templo. La mujer es el sagrario.
Ante el Templo nos descubrimos; ante el Sagrario nos arrodillamos.
En fin: el hombre está colocado donde termina la tierra.
La mujer donde comienza el cielo.
Estas frases sublimes del gran Iniciado humanista Víctor Hugo, invitan a vivir el Sendero del Matrimonio Perfecto. Bendito sea el Amor. Benditos los seres que se adoran.
Maestro de Ceremonias expresa: Estas bodas de sangre es consecuencia de una reciprocidad de amor y respeto, y es teniendo en vista esos sentimientos que él se efectúa. Vamos a celebrar un acto auspicioso para vuestras vidas y desde hoy integran nuestra Gran familia Universal. Desde hoy esta unión conyugal eleva a los esposos y los estimula a la práctica de las virtudes. Confiamos en que reine en vuestro hogar siempre la paz, y con eso bastará que os améis, estiméis y respetéis recíprocamente, pues así llegaréis a comprender que, para los que saben amarse, nada hay más hermoso que la vida en que dos seres se unen en una dulce fusión de una sola voluntad. No debéis olvidar nunca, que la mujer es vuestra igual, que debéis tratarla siempre con respeto, con moderación y cariño. Debéis entender la emotividad femenina con ternura, consagración y sacrificio espontáneo. Ella será vuestra colaboradora, vuestra fuente sentimental de apoyo en las vicisitudes de la vida, hada generosa de todas las grandezas espirituales, a ella recurrirás en vuestras atribulaciones y en vuestras alegrías. Quien mejor que ella sabrá alimentar una bella esperanza y curar con un beso, las más ondas heridas del alma. Por eso debéis construir todos los días esa felicidad y contribuir para la felicidad universal; pero, al mismo tiempo, debéis subir a la cúspide radiosa de su espiritualidad, porque el amor es la esencia pura de los más nobles sentimientos que emana el alma y sino lo encontraras como compañera que el destino lo depara, sufrirán la nostalgia en el reino del espíritu, frente a las flores marchitas de los sueños, vertiendo lágrimas de la decepción. Os recuerdo y espero que los dos consigan en la unión de sus existencias hechas a base de amor y no de férreas tiranías legales, verdaderas ligas de afecto, de comprensión intelectual y sentimental, pues es así que se forman los lazos atractivos y durables. La dulzura, la justicia, los buenos sentimientos y la candidez deben prevalecer en el trato entre vosotros, debiéndose recordar que la virtud alimenta el bien y enseña la moral.
Hoy que son esposos no olviden nunca y en todos los actos de vuestra vida que los esposos serán siempre novios muy amados. Ustedes serán administradores de un hogar limpio, lleno de alegría, de una sonrisa oportuna, de una caricia a tiempo, de un dulce consuelo en la dureza de la lucha y una lealtad a toda prueba. Lo que he pronunciado son los deberes fundamentales que acabáis de contraer en vuestra unión de sangre, ya que en los dos cuerpos correrá mezclada la sangre de cada uno de vosotros, y por lo tanto debéis confiar el uno del otro como si confiarás en ti mismo y así consolidaréis vuestra felicidad.
El Maestro de la Ceremonia pregunta si alguno de los presentes que forman la Familia Universal quiere hacer uso de la palabra. (Máxima 2 intervenciones)
Luego del uso de la palabra el Maestro de la Ceremonia expresa: Queridos NN y NN cuidad vuestra felicidad que solo una vez pasa por nuestras vidas al alcance de nuestras manos, y que dejamos escapar por condenable inconsciencia o por egoísmo. Ir al encuentro de esa felicidad que ahora golpea a nuestra puerta. Ya sabéis, cual es el acto que estamos celebrando y las ideas que tenemos sobre el y sobre nuestros deberes futuros.
Maestro de la Ceremonia: Os felicito por vuestra decisión y en presencia de esta Familia Universal os ruego leer este juramento que en vuestros labios siempre será una verdad eterna: "Yo…………………… Hoy quiero jurarte mi amor eterno, delante de todos vosotros, quienes serán testigos de nuestra unión, porque nuestro amor es tan puro y tan limpio como el cielo sin nubes, inmenso como el mar. Este beso que te entrego sellará nuestro amor eterno. Y mi abrazo que rodea tu cuerpo es el símbolo de la entrega de mi amor. Así Juro que nuestro amor dure para siempre y que se extenderá este juramento hacia nuestras vidas futuras dejando el juramento sin límite en el tiempo." (Igualmente el esposo leerá el juramento).
Luego la pareja se colocan uno frente al otro y el Maestro de la Ceremonia con el puñal hace una pequeña incisión en las muñeca derecha de cada uno de los contrayentes y pide que algunas gotas de la sangre los esposos derramen dentro de la copa donde está un papel escrito los nombres, la sangre en el papel es una muestra de fe de sus comprometimientos.
A continuación se unirán las dos muñecas y el Maestro de la Ceremonia enlazará con el cordón las muñecas de la pareja y pronuncia: “Este lazo que hago simboliza que permanecerán unidos por siempre por la sangre”. (Retira el lazo)
Maestro de la Ceremonia: En la tradición hermética, cuando se unen un hombre y mujer, se cumple el gran misterio de la creación, así vosotros serán el Rey y la Reina en el sublime matrimonio alquímico. Sellar y proteger la sagrada llama del amor; que ella nunca se apague, para que no pierda el poder de la Creación.
Maestro de la ceremonia: Tocad entre vosotros las alianzas, símbolos de vuestro compromiso de amor, que vuestra unión sea la más pura y firme, que el metal de las que fueron hechas.
Luego el Maestro de la Ceremonia entregará una copa de vino y hace beber un poco a la novia y luego al esposo.
Maestro de la Ceremonia: Bebiste de la misma copa que representa la vida, repartiendo las alegrías y los dolores, en igual medida, amparándose y consolándose uno al otro.
A continuación el Maestro de la Ceremonia reparte el pan, primero a la esposa y luego al esposo y dice: “Que jamás os falte lo necesario para vuestro sustento. Y si la riqueza golpea a vuestra puerta, no dejéis que ella os torne mezquinos. Reparte responsablemente con espíritu generoso los bienes materiales que la fortuna les confió. Pero si el cielo os reserva días de austeridad, no os tornéis amargos por eso. Sé firmes y confiantes en vuestro futuro, y aceptad con coraje y buen ánimo las pruebas que la vida os impone."
El Maestro de la ceremonia corta a cada uno de los esposados un trozo de cabellos y dice “Es un recordatorio de que la vida que habías llevado, cambió. Todas tus vestiduras deben ser arrancadas y ponerte unas vestiduras que se cubran con la humildad y la sencillez de la vida y así puedan caminar por el sendero sin estorbo alguno, sino con seguridad orientados siempre por el faro de la iluminación”.
Luego el Maestro de la Ceremonia con la espada en la mano se acerca primero a la contrayente y luego al contrayente y poniendo la hoja encima de la cabeza expresa: "Desde hoy os recibimos como esposa y esposo y declaro solemnemente que reconocemos y aceptamos como matrimonio perfecto el contraído por NN y NN". (De igual manera lo hace con el novio) El Maestro de la Ceremonia dice: “Os invito a los presentes a este acontecimiento a dar una fuerte salva de aplausos”. Todos aplauden.
El Maestro de la Ceremonia: Esta ceremonia ha terminado y los trabajos se cierran.
Todos pronuncian "Que así sea".