domingo, 18 de marzo de 2012

EL MISTERIO DEL ALMA



VICTOR MANUEL GUZMAN VILLENA

La muerte de mi madre me indujo a  escribir sobre el misterio del alma y como actúa para vivir con la aptitud de elevados ideales como ella tuvo y practicó dando ejemplo para que todos  vivamos dignamente para llevar con honra la presencia humana en la tierra, regando de valores de sabiduría, inteligencia, gratitud, desprendimiento, perdón; excitando la dulzura,  la sensibilidad, es decir hacerse todo para todos y tener así el privilegio de poseer los dones de la alegría, la bondad y la benignidad, entre otros.

Siendo el alma ese principio espiritual que da vida al cuerpo y forma el ser humano. Por tanto no puede observarse por los sentidos, sino por las acciones que realiza. Por ejemplo, reflexionar. Igualmente el alma es inmortal por ser espiritual. Los seres materiales pueden aplastarse, pudrirse, dividirse en partes. En cambio, nada de esto afecta a los seres espirituales.  Pero cuando en la vida el cuerpo humano se va deteriorando y llega un momento en que el alma es incapaz de mantenerlo vivo, entonces llega la muerte: el cuerpo pasa a ser un cadáver y el alma viaja al cosmos en una oportunidad de vivir en constante unión con el infinito.  Es decir regresa a su estado natural. Su conciencia se mezcla con la llama de luz que es su verdadera identidad. Las cargas terrenales se levantan de sus hombros. Es  restituido a su estado angelical natural es una sensación de arrobamiento donde el alma vuela  y es libre para investigar libremente la miríada de mundos que constituyen el universo. Hay tanto por explorar y por experimentar. Una vez que ustedes nacen en un cuerpo terrestre, más o menos pierden contacto con esta libertad y sensación de estar sin límites.

Somos inmortales y para lograr esa libertad que hemos dicho es indispensable hacer acciones de tipo espiritual,  hacer el bien en nuestra existencia terrenal porque poseemos un principio espiritual que llamamos alma; y lo espiritual no puede morir existirá por siempre, será libre. Por ello es importante entender el concepto del alma,  decir que todo ser humano tiene cuatro cuerpos inferiores: 1) Cuerpo físico, 2) Mental, 3) Emocional y 4) espiritual o etérico. El alma siempre ha estado desde la primera encarnación contigo y sus 4 cuerpos inferiores a su vez, así mismo el alma tiene memoria y es fácil darse cuenta de que posees esta memoria así cuando tú conoces a alguien, tu alma inmediatamente reconoce y vas a sentir una atracción o un rechazo por esa persona, y es porque hay karma positivo y recuerdos agradables o karma negativo que se tiene que saldar o transmutar.

Por tanto todos los días debemos elevar nuestras cualidades y potencializar nuestras virtudes para que el cuerpo y el alma mejoren,  adquiriendo nuevas cualidades. El cuerpo progresa en capacidades materiales; el alma acrecienta sus cualidades espirituales. En ambos casos el avance se consigue mediante la repetición de buenos actos. Así los hechos aislados se convierten en cualidades y se adquiere facilidad y soltura para continuar la línea de actuación. El alma avanza más rápidamente hacemos acciones con pureza donde  intervienen los dones que han dado la vida, agradándonos  con generosidad y buenas acciones hacia los demás y así el alma recibe también gracias abundantes.

Pero si somos violentos, malos, causamos dolor, extendemos el miedo con pensamientos y acciones negativas, el alma empeora de varios modos. En el plano humano, el alma se empobrece cuando no se ejercitan sus facultades de guiar bien a la inteligencia y a la voluntad. En el plano sobrenatural, el daño mayor para el alma lo produce las malas acciones. Siempre hay que ser constructores de nuestro templo utilizando nuestros dones divinos  que todos tenemos dentro, esas acciones de ser buenos beneficia al alma. Por esto, las malas acciones es lo que más perjudica y nos hace sufrir y nos debilita tanto nuestro organismo como intranquila al alma que  empeora con la repetición de actos malos, que la transforman en un alma viciosa, más inclinada al mal.

Por eso hay que propender a tener un alma, más sensible a los intereses de la humildad y del prójimo. La dureza extrema en los grandes del mundo, en los ricos avariciosos, en las personas voluptuosas y en los que no ablandan su corazón con los ejercicios de  generosidad y altruismo traen sufrimiento y desolación. Esta dureza se encuentra también frecuentemente entre los sabios que no unen su crecimiento personal con la ciencia y que para justificarse de este defecto lo llaman solidez, la diferencia es que los verdaderamente sabios han sido siempre piadosos y humildes.

MISTERIO DEL ALMA


El alma tiene tantos misterios que por ello hay que lograr que el espíritu se expande dentro de niveles más amplios y más profundos de conciencia. Esencialmente y gradualmente regresemos al centro de quienes somos, es decir al centro de nuestro yo, al alma, a la chispa divina interior. Cuanto más entramos – o regresamos – a ese estado de conciencia, más se desprenderá la personalidad terrestre en la dimensión de la Tierra. Sentiremos el flujo del ser que se extiende más allá de ese aspecto que tenemos. Entraremos en contacto con otras vidas que pasaron en la Tierra, encarnaciones en donde personificaron otros aspectos del alma. Nos volveremos conscientes del espacio sin límites que es nuestra alma y de las muchas experiencias que han acumulado en el viaje hacia el universo.


Siempre hay que lograr alcanzar el plano de la esencia, el plano del Tú eterno, es el asiento de la conciencia divina desde la cual se origina toda la creación, por ello somos el micro y el macro cosmos, donde  atravesamos tanto al plano astral como al plano terrenal y tenemos el poder de atravesar el cosmos entero. Y esa presencia de la fuerza física que vive en nosotros es la que organiza el universo, pura y no contaminada y allí, en ese instante, podemos sentir  un profundo silencio, completamente pacífico pero rebosante de vida y de creatividad. Desde esta fuente brota toda la creación y a esa fuente retornaremos.

Y cuando alcancemos el plano esencial en la vida después de la muerte, seremos capaces de hacer elecciones conscientes en cuanto a nuestro destino futuro. En este plano podemos arreglar, con la ayuda de maestros y guías, otra encarnación en la Tierra, o planear un viaje diferente, dependiendo de las metas que tengamos. En el plano esencial podemos oír claramente la voz de su alma que busca ser  más conscientes para partir de esta dimensión durante su vida en la Tierra,  por ello hay diferencia al morir, unas son largas, dolorosas y las iluminadas y ejemplares tienen  una muerte  pacífica y dulce, luego de su muerte,  parten inmediatamente a otros plano astral, es decir  hacia el plano de la esencia divina que el alma es.

Muchos de ustedes están atrapados en una fiebre de pensamiento. Ustedes piensan en la vida febrilmente; cómo resolver los problemas, cómo llevan a cabo todas las cosas que piensan que necesitan hacer. El desprendimiento significa que no toman tan seriamente este aspecto pensante de ustedes. ¿Esto es hacer algo trágico? No. En lugar de eso, trae luz y frescura a su vida.

Es por su impulso excesivo a tener control que la vida se vuelve una lucha, agotadora y pesada. El desprendimiento trae paz a la mente, humor y atención. Ser consciente de la finitud de la vida inspira el deseo natural de cuidar de ella. Y es ahí donde su centro divino puede fluir sin esfuerzo a través de ustedes, desde el plano esencial a su realidad terrestre. Una vez que esto suceda, habrán conquistado la muerte antes de morir.



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