miércoles, 23 de septiembre de 2009

KARMA PARA LA EVOLUCION


VICTOR MANUEL GUZMAN VILLENA 
“Toda causa tiene su efecto; todo efecto tiene su causa; Todo ocurre de acuerdo con la Ley. Azar no es más que el nombre que se da a una ley desconocida; Hay muchos planos de causación, pero ninguno escapa a la Ley”
 El Kybalión (Tres Iniciados)

El destino no es nada más que la fuerza colectiva de las propias acciones realizadas en las vidas pasadas y puede ser superado por esfuerzos de esta vida, sin son suficientemente fuertes, así como mediante el abandono de hábitos viejos por el cultivo de nuevos y opuestos hábitos. Nuestros deseos son innumerables e ilimitados y muchos de ellos chocan entre sí. Nosotros tenemos que escoger algunos y desechar otros, pues el humano es un ser racional y está dotado de poder de discriminación y mando. Con la ayuda de este poder se puede provocar una orden en el reino de los deseos, pues algunos de ellos son para el goce de los placeres del mundo, mientras que otros son para la perfección moral y la libertad espiritual. Los pensadores comprendieron que todo en la vida humana no debe dedicarse a la persecución de riqueza, placer y poder, pues de ser así se atrofia el espíritu. Por eso podemos decir que los deseos tienen dos cabezas: los mundanos y los espirituales. El karma es la ley universal de compensación y causalidad. A cada causa que creamos le sigue un efecto. Por cada pena o dolor que causemos a otros, sufriremos en igual grado y manera cuando la energía universal crea que el fruto de la lección sea más efectivo para nosotros aprender. El propósito de la ley no es vengativo, más bien, lo que hace es darnos una lección, hacer que nos demos cuenta del error, para evolucionar. En el proceso no existe venganza ni intención de causar sufrimiento. 

El karma puede ser positivo (crédito) o negativo (débito). Igualmente es de dos tipos, uno individual o personal y otro colectivo. La Ley del karma funciona independientemente de nuestro conocimiento o desconocimiento y se está creando constantemente en nuestro pensamiento. Eso significa que todo ser es obra de una energía, un proceso, una acción, y que todo es una cadena continua en la que cada eslabón enlaza indisolublemente con un pasado infinito. Todo está gobernado por relaciones estables, por una asociación inevitable de causas y efectos, y la verdad fundamental de nuestro ser es nuestro espíritu, pues es el que determina su propia evolución. Esto quiere decir que en esta vida no estamos pagando Karma sino aprendiendo a través de los obstáculos. 

El karma siempre es positivo, porque se trata de un instrumento para evolucionar positivamente, es decir, la voluntad de nuestro espíritu se expresa en nuestro karma. El problema surge cuando nuestro espíritu está condicionado a la mente, pues entonces el karma nos limita, pero cuando trascendemos a la mente se transforma en una ley absolutamente positiva. Todo acto físico, verbal o mental debe tener un resultado y, aunque habitualmente los resultados son visibles, en ocasiones no lo son. El karma no necesariamente no significa acciones pasadas, pues también está unió a las acciones presentes. En cierto sentido, nosotros somos el resultado de lo que éramos y seremos el resultado de lo que ahora somos. En otro sentido, hay que agregar, nosotros no somos totalmente el resultado de lo que éramos, pues tampoco seremos absolutamente el resultado de loq eu somos. El presente no es la muestra de las descendencia del pasado y más bien es el futuro, así de complejo es el funcionamiento del karma. 
 
QUE SON LAS ACCIONES 

Así como cada objeto es acompañado de su sombra. Nuestras acciones van acompañadas inevitablemente por su efecto. Entonces podemos decir que el karma es como la semilla que sembremos, el fruto estará allí para ser recogido. Quien hace bien recogerá el bien y quien haga el mal segará el mal. la semilla que usted plante dará el fruto elegido, no otro distinto. Por lo que podemos afirmar que el karma es una ley en sí misma que opera en su propio campo sin la intervención de cualquier agencia gobernante externa, pues es independiente. Felicidad y sufrimiento acompañan a la humanidad y los efectos son consecuencias inevitables de las causas. No son premios ni castigos, asignados por un ser sobrenatural, un poder gobernante omnisciente a un alma que ha hecho bien o mal. Esta doctrina teíste que es la del dios omnipotente y omnisciente intenta explicar todo lo que acontece e esta vida temporal y en la vida futura eterna, ignorando el pasado y cree que es mejor la justicia divina después de la muerte. por ello considera la felicidad presente y el sufrimiento como las bendiciones y maldiciones conferidos por un gobernante divino omnisciente y omnipotente que se sienta en el cielo sobre su trono para controlar los destinos de la humanidad. Enfáticamente debemos negar semejante ser omnipotente, un dios creador y misericordioso, así como la idea de una alma arbitrariamente creada. 

Por el contrario es la ley natural que actúa en cada ser en forma individual, donde cada acto tiene sus propios premios y castigos y no necesita de ninguna justicia divina. El ser humano se basta por sí mismo para castigarse o premiarse mediante el simple hecho de casusa y efecto.

COMO FUNCIONA 

 El universo, y todo en nosotros es moral, mental, físico. psíquico y espiritual, construido en una ley perfecta de equilibrio y armonía. Eso es lo que hace que tanto el universo como todos sus habitantes poseamos energía a través de sus ciclos de existencia. El karma es la siembra y la recogida, la acción y reacción, causa y efecto, dar y recibir, y eso hace que nuestras vidas sean agradables y armoniosas. Pero cuando el receptor no devuelve nada, su no acción bloquea el flujo del karma y con el tiempo tendrá que reponer con creces esa necesidad no cubierta en su momento.
El acontecimiento kármico no es un simple acto en el tiempo. las reacciones se repiten de nuevo hasta que llegan a perturbar a su poseedor, y cuando esto ocurre las energías discordantes quedan de nuevo en equilibrio. Así pueden remontarse los antecedentes de un acto atrás hasta un pasado infinito, y los efectos pueden afectar a millones de personas en un futuro infinito. Este funcionamiento misterioso de la Ley del karma ayuda al hombre a cumplir con su principal objetivo de la vida en este plano físico, según el punto de vista místico: que es adquirir experiencia, y unirla al conocimiento integral que tengamos de todo y no causa jamás que una persona reencarne en seres menos evolucionados, ya que es de tipo evolutivo-ascendente. Nunca descenderemos en la escala de la evolución física, cualquiera que sea la deuda kármica que tengamos que pagar. Somos lo que pensamos. Pensar en pobreza, eso será lo que se atrae. Anhelar riquezas, eso será lo que tendremos. 

El hombre es el producto de sÍ mismo en su vida. Todo objeto o acto se inician en el pensamiento. La desgracia o la felicidad se inician en el pensamiento, esta es la raíz de la ley del karma. El buen o mal uso de los recursos que tengamos generará un karma, al cual debemos compensar en su debida oportunidad. De ahora en adelante, cuando vayamos a actuar, primero meditemos, visualicemos previamente lo que vamos a realizar, midiendo los pro y los contra de nuestras acciones, ya que tarde o temprano, bien sea en esta vida o en otra, pero siempre sobre este mismo plano existencial, tendremos que compensar. Las decisiones del hombre forman su destino . Cosechamos lo que sembramos. 

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